Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
No me dejes, mi pareja
Destinada a mi gran cuñado
Regreso de la heredera mafiosa: Es más de lo que crees
Diamante disfrazado: Ahora mírame brillar
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
Extraño, cásate con mi mamá
PV ZAC
—Hermanito, ¿estás en serio seguro que quieres casarte con esa "mujer"? — pongo los ojos en blanco cansado del tema.
—Mariana basta ya, ¿hasta cuando vas a seguir con esa desconfianza hacía mi prometida?
—Zac, hermano, ella no es buena, ¡te engaña! — yo la miro incrédulo, eso es lo peor que pudo haber dicho, me levanto muy molesto.
—Has llegado demasiado lejos Mariana, te amo, eres mi hermanita, pero también amo a Sara ella es mi prometida desde hace 6 meses y mi novia desde hace 8 meses y es la mujer más buena y dulce que conozco, ¿Qué es lo que te pasa con Sara? ¿Por qué la odias tanto? Sí al principio se llevaban muy bien. — de los ojos de Mariana salen lágrimas, y por un momento se perdió en sus pensamientos.
—Tienes razón hermano, lo que pasa es que tengo celos, tú y César siempre han estado para mí, nunca había tenido algo tan serio y formal, siento que cualquiera puede llegar a ocupar mi lugar. — oír las palabras de Mariana hacen que mi enojo se valla. De inmediato la tomo en mis brazos y la abrazo fuertemente.
—Eres nuestra hermana, nuestra princesa ¿cómo vas a creer tan siquiera que alguien va a llegar a quitarte tu lugar?— le digo cariñosamente.
—Lo sé, son celos estúpidos, pero tienes que entenderme.
—Te entiendo hermanita, pero eso de que Sara me engaña no fue algo agradable de escuchar.
—Zac, de verdad lo siento, solo quiero que mis hermanos siempre estén siempre conmigo.
— Y lo estaremos, te lo prometo.
—Zac, prométeme que siempre te vas a cuidar y no vas a estar tan confiado con la gente que te rodea.
—¡Mariana! — digo en modo de advertencia.
—Prométemelo, por favor.
—Está bien, Mariana te lo prometo. — el abrazo de Mariana se hace más fuerte. Me preocupa su actitud, ella no es así, tiene varios meses de estar extraña.
—Será mejor que me vaya a casa, me siento cansada.
—Está bien, vamos te acompaño abajo.
—No te preocupes, debes de tener mucho trabajo.
—Pues sí, soy Zac Lombardi, pero no te preocupes, porque por muy ocupado que esté, siempre tendré tiempo para mi hermanita. — le doy un beso en la frente y camino con ella, cuando paso por donde Lina mi secretaria y le digo que enseguida vuelvo, ella como con su profesionalismo me contesta con un "sí señor".
Cuando llegamos abajo, la abrazo y la beso con cariño, amo a mi hermana, ella es la luz de mis ojos, claro junto con mi madre y mi bella Sara.
—Te vas con mucho cuidado princesa, y llámame apenas llegues ¿De acuerdo?
—De acuerdo señor sobreprotector.
Mari se va, y yo observo cómo se va en su auto. Mi pequeña hermanita está deprimida, y algo asustada, tengo que averiguar qué le pasa.
Al girarme para volver a entrar al edificio choco con un pequeño cuerpo.
—Lo.. lo siento no te ví — digo algo sorprendido y asustado por haber votado a un niño, pequeño, puede tener 7 u 8 años..