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Corazón Traídor

Corazón Traídor

Paola Benet

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Capítulo

Ryan busca casarse con alguna joven para poder obtener la herencia de su padre y así cumplir los designios que dejo en su testamento. Lo que no espera es que elige a la mujer equivocada, una chica que más que amarlo, busca venganza. Sandy promete hacerlo pagar todos lo que el padre de Ryan le hizo al suyo. A ambos los unen intereses en común, nada que ver con el amor. Sin embargo lo que no esperan es que con el corazón no se puede jugar.

Capítulo 1 Encuentra a la mujer perfecta

Era un día cotidiano para Ryan en su oficina, tenía su escritorio atiborrado de documentos, algunos pendientes de firmar, otros tantos de requisiciones de los accionistas, entre muchos más que incluso él desconocía de qué se trataban.

Hasta hace unos días su padre había fallecido, pero el luto para él había acabado. Se sentía más tranquilo inmerso en los negocios que pensando en algo que no tenía remedio.

Richard Graham durante muchos años antes se mantuvo a la expectativa de que su primogénito y único hijo, le diera la dicha de ver su linaje florecer, pero el joven y apuesto caballero de ojos azul profundo, nunca daba su brazo a torcer. En numerosas ocasiones tuvo conquistas, pero ninguna había sido formal. El designio de Ryan consigo mismo, era no durar más de un mes con cada chica que lo intentará atrapar y en cuanto hablaban de matrimonio, emprendía la huida.

Su padre al ser un modesto caballero chapado a la antigua no veía de buen agrado el comportamiento de su hijo, aun así, nunca pudo hacer nada por ello mientras estuvo vivo, ahora que ya no estaba, Ryan creía que las cosas podrían ser distintas.

— Disculpe que lo moleste señor Graham, pero tiene una visita de uno de los abogados de su padre, desea hablar con usted, dice que es urgente —lo interrumpieron en su exploración entre toda esa montaña de papeles que tenía en su escritorio.

— Gracias Meredith, por favor hágalo pasar.

El señor James McCarthy, había sido el abogado de toda la vida de su familia, incluso lo era aun de la compañía GLW, una combinación de siglas de algunos socios fundadores de la empresa, entre ellos incluidos Richard, uno de sus tíos y otro tipo desconocido para Ryan, del cual su padre nunca quiso hablar. Esta empresa tenía ya muchos años en el mercado siendo un imperio en su área, la informática.

— ¡Hola Ryan! — entró James, logrando capturar la atención de Ryan.

— ¿Qué tal James?, pasa por favor, toma asiento y perdona el desorden, pero he estado tan atiborrado de pendientes que olvido en donde tengo incluso la cabeza —La risa se hizo presente y por un momento dejo a un lado todo, para prestar atención a lo que debían decirle.

— No hay problema, no te quitaré mucho tiempo, comprendo lo ocupado que eres Ryan —respondió el abogado, y su receptor lo invito a continuar con un gesto en el rostro —. Mira seguro te imaginas el motivo por el cual estoy aquí, pero debo recalcarlo, esta misma tarde será leído el testamento de tu padre. En su última voluntad, esclareció que debes estar presente.

— ¿Debo estar presente?, supuse que mi padre me odiaba por no haberle dado nietos en vida, quizás su adorado sobrino Dexter, sea el heredero de su fortuna. ¿Para qué debo estar presente?... Para que ese estúpido se ría de mí en mi cara, no James.

Ryan estaba enfadado con su fallecido padre porque este antes de morir, cuando estuvo enfermo, siempre le dijo que no recibiría nada de su herencia. Esa idea el joven la tenía enmarcada en su memoria como un sello, le dolía e incluso guardaba rencor por ello; y su orgullo herido no le dejaba distinguir las cosas con claridad, incluso por eso, después de tan pocos días de fallecido su padre, ya ni siquiera le respetaba el luto.

— Entiendo tu desconcierto Ryan, lo sé, sé muy bien la fricción que existe entre tú y tu primo, pero es preciso por eso que debes estar presente. Richard dejó una clausula, en donde especifica que no se debe leer el testamento sin tu presencia, es de suma importancia que estés ahí, ya que existe algo especial para ti. Tu padre no te desamparo como suponías Ryan, eres su hijo, jamás lo haría.

— ¿Y yo como tengo la seguridad de que eso sea cierto?

— Debes confiar en mi Ryan, por algo siempre fui amigo de Richard.

Esas palabras fungieron como tentación para él, en efecto eso era un aliciente ideal para estar presente en esa reunión. Al parecer todavía tenía una oportunidad de ser el único dueño y heredero de la fortuna de su padre, guardaba la esperanza de que el viejo hubiese recapacitado en su lecho de muerte, con respecto a la imagen que durante mucho tiempo tuvo de su obstinado e insurrecto hijo.

Cuando la tarde había caído, Ryan desde temprano, luego de la visita de su abogado, se mantuvo a la expectativa de que información contendría ese testamento, por lo cual, por nada del mundo se lo perdería. El testamento fue leído en la residencia Graham, donde vivían su primo Dexter Lugo junto a su codiciosa esposa.

A ese lugar luego de la muerte de su padre, Ryan acudía en aisladas ocasiones, por lo regular prefería mantener la distancia con su odiado primo, aunque era inevitable encontrarlo ciertas veces en el trabajo, ya que laboraban juntos.

— Buenas tardes a todos, por favor tomen asiento, en seguida procederemos a leer el testamento — interrumpió James las miradas intrigadas de los únicos familiares de Ryan y de este mismo.

La esposa de Dexter en algunas ocasiones miraba a Ryan, mientras él permanecía serio sin emitir gesto. Desde el funeral de su padre, en el cual había tenido un lío con Dexter, incluso golpeándose frente al ataúd, no les hablaba ni a ella y mucho menos a su primo. Era engorroso tener que soportarlo a diario, pero solo cruzaban palabra para lo estrictamente indispensable.

Dexter por su parte; se mantenía sorprendido de la presencia de Ryan ahí, aun desconocía el motivo por el cual había llegado. Antes de eso, había sonreído de felicidad al imaginar que su tío le dejaría el control completo de todo a él; su sobrino preferido, quien siempre fue más como un hijo, de lo que era el rebelde Ryan.

— Ahora que están aquí, les agradezco mucho su presencia, antes que nada, como se darán cuenta ustedes fueron los únicos familiares de Richard y es por eso que deben escuchar el testamento. Saber la última voluntad de tu padre Ryan —se dirigió a este con una sonrisa— y en tu caso, tu tío, Dexter.

— De acuerdo, pero dejémonos de formalidades y esas cosas, solo procede a leer el testamento James, nos urge saberlo. Tenemos cosas que hacer —interrumpió Dexter.

— ¿Cosas que hacer? —carcajeó Ryan— ¿tú, Dexter? ¡Por dios!, si no eres más que un papanatas que fingía ser perfecto, para quedar bien con mi padre... ¿acaso crees que te dejo todo a ti?, Pues deberías dudarlo, no creo que haya sido tan estúpido para hacerlo.

— Pues no tengo por qué dudarlo, porque, por si lo olvidas, GLW también le pertenecía a mi padre. Él fue socio fundador —respondió Dexter un tanto irritado mientras su esposa intentaba tranquilizarlo sujetándole la mano.

— ¿Así?, parece que tú también olvidaste que tu tonto padre, despilfarro sus acciones y el mío tuvo que comprárselas para que no se quedara en la ruina. En verdad que tenías que ser su hijo, iguales de imbéciles los dos —Al escucharlo Dexter se paró de su asiento enfadado, lo sujeto por la corbata y lo levantó de la silla— ¡Suéltame! ¡No vuelvas a ponerme una mano encima!, de ser así, no te quedaran ganas de volverlo hacer. Porque te desfiguraré esa cara de caricatura que tienes —le gritó Ryan soltando con brusquedad el sujeto que impuso Dexter en su corbata, ambos hombres se miraban con furia a los ojos.

— ¡Basta por favor caballeros!, actúen como hombres y no como niños, ¿está claro?, al menos aquí háganlo, creo que por la memoria de Richard, es lo menos que merece ¿No lo creen?

A regañadientes los dos jóvenes se separaron y cada quien tomo su lugar, ahora si dispuestos a poner atención a los mandatos del fallecido Richard, impuestos en el testamento que decía;

Queridos hijo y sobrino respectivamente, antes que nada debo agradecerles por su presencia, sé que ha sido muy difícil reunirlos aquí, mucho más a ti, mi querido Ryan, hijo mío, eterno rebelde, sé también que con seguridad piensas que nunca te amé, porque siempre estuve al pendiente de tus errores, haciendo lo posible por corregirte. Pero lo hacía porque te amaba, porque deseaba lo mejor para ti, que sentaras cabeza, que conocieras el amor e hicieras a un lado ese corazón lleno de ambición y codicia que tienes. Por todo eso y más....

El testamento continuó su curso, hablando de temas relacionados con la familia, los recuerdos de Richard referente a su compañía y la importancia de que la administrara bien, quien se quedara a cargo de ella. Ya que era su patrimonio, aquel que había perdurado por muchos años y que él deseaba que continuará así, floreciendo éxitos como lo había hecho hasta antes de su partida. De ese modo él sabía que las generaciones posteriores disfrutarían de esas ideas creativas que su mente quería compartirles.

Luego de todas esas cuestiones, por fin se hizo presente la parte que Ryan estaba esperando, si, aquella donde decía a quien le dejaría todo sus bienes. Porque la primera solo había sido más que nada una carta donde como siempre, reprendía a su hijo por sus repetidos errores. Sin embargo también existió una sección donde aunque Ryan se negara a reconocerlo, lo conmovió.

Después de mucho pensar, en quien sería el candidato ideal de ustedes dos para hacerse cargo de la empresa. Llegue a la conclusión, de que podría ser Dexter, por lo talentoso y ordenado que es, además de la experiencia y el don que posee de su padre en cuanto a armar buenas alianzas con los clientes —Cuando James mencionó eso, la sonrisa de Dexter salió a relucir en su boca, haciendo que él tomara una posición relajada recargando su espalda al respaldo de la silla, mientras se moría de felicidad al ver el rostro furioso de Ryan—. Sin embargo —Ahora hubo un pero y la sonrisa de Dexter se desvaneció y ahora Ryan sonrió—, tengo una última oportunidad para ti Ryan, sí, con esto sabrás que tu padre no se olvidó de ti, y aun muerto sigue pensando en tu bienestar. Pero mi decisión también tiene una limitación y esa es; que debes casarte antes de un mes. La chica debe ser alguien buena, una mujer sensata que te guié por un buen camino, no puede ser una simple modelo, ni mucho menos una artista o de esas chicas con las que sueles salir, hermosas, sí, pero sin cerebro y deshonestas. Eso no, tiene que ser alguien noble que aunque no posea riquezas, te haga feliz. En cuanto James sepa que te casaste con alguien como la estoy describiendo, entonces recibirás el control absoluto de la herencia. Solo así podrás hacerlo, de lo contrario, este trato no será válido y mi sobrino Dexter Lugo, recibirá todos y cada uno de mis bienes, incluidas la mansión en la que ahora viven. Dejándote a ti solo como empleado de nuestra compañía, conservando el puesto de gerente de estrategias que ahora posees.

El rostro de Ryan al escuchar eso se pasmó. La idea de casarse no le resultaba del todo agradable, más bien era horrenda, pero para él era más importante el dinero, poseer todos los bienes de su padre, incluida la compañía GLW. Sería un logro si alcanzaba a llevar a cabo ese designio, y de esa forma le demostrarle a Dexter que era mejor. Así podría hacer con la compañía lo que quisiese, más que nada alejando a su odioso primo para siempre de su vida.

El paso que seguía para este caballero, era encontrar a la mujer perfecta para esa encomienda y creía saber quién era.

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