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Capítulo

En un apartado pueblo en Nueva Zelanda, Carson Dunn se siente aislado y decepcionado, es el alfa recién nombrado de su manada, pero aun no encuentra a su luna, aun cuando ha recorrido cada manada del pais. Un día un sutil aroma lo cautiva, el de su mate, busco durante meses, hasta encontrarla, una humana lo esperaba al final de su busquedad, sin importarle su naturaleza la intento cautivar, pero la joven parecía no sentir nada por su insistencia. >>¿Qué tengo que hacer para que me mires?<< -¿Porque me miras de esa manera? -Quiero tenerte.

Capítulo 1 Su olor

-Gracias por permitirme venir Alfa Dunn -el hombre estrecho su mano de buen humor.

-Me alegro que halla encontrado a su pareja alfa Davis -dijo mientras miraba a la joven a su lado.

Observo como la amorosa pareja se subían al auto y se alejaban, el Alfa Davis tenia 30 años, encontró a su luna en su manada, una chica de 25 años que curiosamente había vuelto de terminar la universidad en España. Pensó para si mismo si su mate se encontraría en otro lado, muy lejos de él, tenia 28 años, hace 4 años que se había convertido en el alfa de la manada, supuso que podría encontrarla si seguía asistiendo a reuniones y juntas con las demás manadas, pero sin importar cuanto buscara, no encontró ni un solo cabello de su pareja, sabia que no tenia que impacientarse, todavía le queda toda una vida para encontrarla, pero no podía evitar sentirse solo.

-¿Ya se fueron? -una dulce voz lo saco de sus pensamientos.

-Si, acaban de irse -se giro a ver a su beta, una joven pelirroja.

-Zach dice que te veías triste -palmeo su hombro- tranquilo Carson, la encontraras, todavía tienes tiempo.

-Es fácil decirlo cuando conociste a tu pareja a los 16 -la miro con una sonrisa de burla-. No estoy deprimido, solo pensaba en el trato sobre la expansión de la frontera, podemos pedirlo a cambio de haberlo ayudado a encontrar a su luna.

Grace Pearce, tenia 26 años, era la beta de la manada, tenia el cabello rojo y los ojos marrones, era alta y definida, su pareja Zach Hansen, tenia solo 20 años, cabello marrón oscuro y ojos azules, era mas bajo que su mate, ella lo reconoció como su pareja al instante y no lo soltó hasta que él cumplió los 16 y pudo marcarlo como suyo.

-No finjas, esta bien, algunos tardan mas -lo miro con una sonrisa- pero si podemos ampliar mas los terrenos, tendremos mas oportunidades de negocios, Emily funcionara como intercambio.

-No es bueno que usen a las parejas de otras personas -agrego Zach mientras abría la puerta- Emily es muy amable, seguro que ella aceptara la expansión de nuestro territorio, no hagan planes macabros -se rasco la cabeza con incomodidad.

-Nunca pensaríamos en hacer nada de eso -Grace lo abrazo y le dio un beso en la mejilla- ¿Cómo te va en la universidad?

-Bien, la chica de la que les conté me ayuda en casi todo, es muy amable, esta en ultimo año, pero aun así, ayuda a los nuevos, quisiera que la conocieras.

-¿Esta bien hablar de otra delante de tu pareja? -pregunto Carson en tono de burla.

-Solo es una amiga, mi mejor amiga, para ser exactos, si, mi mejor amiga -asintió mientras se reía- es muy hermosa, es la mas popular de la universidad.

-Las lobas son mas hermosas que las humanas, no la halagues tanto -levanto una ceja mientras miraba a Grace- ya sabes que dicen de las mas populares.

-Ella no es una cualquiera -lo refuto molesto.

-Déjalo en paz -ella le pego en el hombro- los humanos también son hermosos.

-Nunca me crees, siempre te burlas, seguro que al verla pensarías lo mismo, es muy hermosa, aunque es una humana, pero es mejor así, ¿no?

-¿Qué sea mas hermosa que yo pero que sea humana? -agrego Grace.

-¡No! Tu eres la mas hermosa -la abrazo mientras hundía su nariz en su cuello.

Carson ignoro su muestra de afecto, paso por su lado y entro en la casa de la manada, fue directo a su estudio, tomo una copa, sirviéndose vino mientras miraba su laptop desinteresadamente.

Su estudio era su lugar privado, mas intimo que su propia habitación, era enorme con piso de madera y paredes de piedra grises, había dos juegos de sillones negros, con una enorme chimenea, estantes con libros, y una pared solo de vidrio con vista al patio de la casa de la manada.

Mientras hacia el papeleo sobre la propuesta de expansión, escucho los pasos que se avecinaban, se masajeo la frente, no estaba de humor para hablar con Zach, siempre se preocupaba por lo que no le convenía.

-¿Qué quieres? -mascullo.

-B-bueno, solo quería traerte una taza de té, es bueno para relajarse -contesto mientras abría la puerta- siempre que vienen a buscar pareja te deprimes.

-¿Te parezco deprimido? -pregunto con burla, era un alfa, sabia controlar sus emociones- estoy bien Zach, gracias por el té.

-Bueno, terminamos de hacer la cena, ¿porque no te unes a nosotros? No es bueno que trabajes tanto.

-Ya voy, puedes retirarte.

-Si, alfa.

Suspiro molesto, cerro la laptop después de terminar, se tomo la taza mientras bajaba las escaleras, al entrar en el comedor los vio coqueteando entre ellos, negó con la cabeza, parecía que las parejas lo perseguían, varios lobos habían encontrado a su mate en su manada, como si fuera una broma del destino, se decía que desde que asumió el cargo los lobos encontraban mas rápido a su pareja, solo debían de ir a su manada y la encontrarían, se rio de sus pensamientos.

-Carson, ya esta servido -miro a la mesa- oh, falto el vino, ¿no lo trajiste?

-Creo que lo olvide en el auto -Zach miro alrededor- iré a buscarlo.

-Déjalo, lo hare yo, ustedes sigan en lo suyo -le quito la llave y fue a buscarlo el mismo.

Al entrar al garaje busco su sedan blanco, abrió la maletera pero no encontró nada, pensó en buscar en el asiento del copiloto, al abrir la puerta se quedo congelado, sintió sus ojos cambiar de color, a un negro puro, apretó la manija de la puerta con tanta fuerza que esta se rompió, se acerco desesperado, pegando su nariz a la silla, sus colmillos salieron, junto a sus garras, podía sentir un sutil aroma, tan sutil que si no fuera el aroma de su pareja no lo hubiera captado. Su pareja, esas palabras aparecieron en su cabeza y se negaron a irse, la había encontrado, su respiración se acelero, sus pensamientos no se calmaban, ella había estado en el auto de Zach, la había conocido y no le dijo, la había apartado de su lado, molesto entro en el comedor, necesitaba respuestas, y no le importaba si era la pareja de su beta, le haría decir toda la verdad.

-Carson, ¿qué pasa? -Grace se paro delante de Zach en modo de defensa, sabia que estaba molesto.

-¿Dónde esta, Zach? -pregunto ignorándola, solo podía mirar a Zach.

-¿Q-quien? -comenzó a temblar, el alfa se veía aterrador, nunca lo había visto así.

-¿No sabes? -una risa salió de sus labios, camino y se paro delante de Grace- apártate.

-Carson, es mi pareja -lo miro sin titubear- por favor, no se que paso, pero podemos resolverlo.

-¿Resolverlo? Tu pareja tiene en su auto el olor de mi luna, ¿puedes resolver eso? -dejo que su aura de alfa se impregnara en cada palabra, haciéndola sudar- tráela aquí, ahora.

-¿T-tu pareja? No, no se nada...

-Zach -Grace lo vio sorprendida, sabia que los alfas eran mas territoriales con su pareja, si no se calmaba podía herirlo, trago saliva- Carson, tal vez es una amiga de Zach, si es así podemos buscarla, cálmate, él no ha tocado a tu pareja, estamos emparejados.

-No se quien es nuestra luna pero p-podemos buscarla por su olor, Carson -Zach lo miro asustado.

-Sabes que no pudo haber sabido que era tu pareja -hablo mientras lo escondía detrás de ella- pero puede ayudar a encontrarla -coloco una mano en su hombro- entiendo lo que sientes, pero debes calmarte, Carson.

-Bien -miro a un pequeño Zach temblando- lo siento, ven, tienes que decirme quien es.

Se dio la vuelta para ir al garaje de nuevo.

-Supongo que no comeremos hasta que la encontremos... -murmullo Zach.

-Silencio, y ven aquí, no tengo paciencia para ti hoy -sentencio Carson sin dejar de caminar.

En el garaje dos personas estaban incomodas, la pequeña pareja no pudo percibir el olor del que hablaba su alfa, era tan sutil que ninguno pudo olerlo, esto lo ponía de peor humor, quería gritar y destruir el auto.

-Al ser tu mate solo tu podrías sentir un olor tan pequeño... yo no puedo oler nada -Grace lo miraba con dudas- ¿tal vez te equivoc-.

-¿Crees que confundiría el olor de mi pareja? -la interrumpió de mal humor.

-No, no, tienes razón, pero es raro, no huelo nada.

-Su olor es muy pequeño, solo esta en esta parte -Carson, volvió a señalar el reposa cabeza del asiento.

-No podemos oler nada, pero puedo presentarte a mis amigos -cuando lo vio levantar una ceja, agrego- a los que se subieron a mi auto.

-Hazlo ahora, llámalos -sentencio.

-Pero es miércoles, y son las 10 de la noche...

-Entonces dime sus direccione y los visitare yo mismos -demando.

-Pero que no te vean Carson -Zach se veía preocupado.

-¿Quién crees que soy? Dame las direcciones, que no falte ninguna.

-B-bueno...

Al cabo de 20 minutos, anoto las direcciones de todas las personas que en algún momento se habían subido a su auto, ya que el olor era tan pequeño, pensaron que era porque se había subido hace mucho tiempo, y los demás olores lo habían opacado.

Aun preocupado le tendió la lista, Carson la tomo y salió en su auto sin mirar atrás, esa fue una larga noche, el alfa solo regreso cuando el sol apenas salía, y por su cara parecía que no había encontrado nada.

-Te lo volveré a preguntar Zach, ¿estas seguro de que eran todas las personas? -se veía estresado.

-Si, no monto a cualquiera en mi auto.

-¿Entonces porque ninguna persona que visite era mi pareja? Incluso fui a la casa de tus amigos -su paciencia se había agotado, quería a su luna con él.

-N-no se...

-Carson -lo regaño Grace- no lo asustes, tu aura se esta saliendo de control -cuando la miro con enojo, ella suspiro- si te molestas no podrás encontrarla, pensemos, tal vez no se subió al auto, tal vez alguien estaba usando una chaqueta que le pertenecía o un sombrero, y por eso el olor llego a su auto... creo que pudo haber sido eso.

-Una prenda suya... -se veía pensativo- entonces tendremos que vigilar a las personas cercanas a tus amigos, que cada guardia tome una pertenencia, no me importa si es hombre o mujer, hermana o tío, quiero cualquier objeto personal de las personas alrededor de esta lista.

-Seria interesante que tu pareja fuera un hombre -sonrió Grace.

-Silencio, no importa que sea, me pertenece.

-Si, alfa.

Habían pasado meses, había olido cada articulo que le habían traído sus hombres, pero ninguno tenia el aroma de su pareja, comenzaba a pensar que estaba loco o alucinando, tal vez la diosa de la luna le quiso hacer una broma, aun cuando había recorrido su universidad, y sin importar cuanto buscaran, no encontraron de nuevo su olor. Estaba en su estudio, tomando vino mientras miraba por la pared de vidrio como jugaban los niños en el jardín, si tuviera pareja, podrían ser sus hijos lo que viera jugar, tan cerca y tan lejos, se maldijo, su manada tenia a los mates de otros, pero cuando el buscaba a su mate, nadie la tenia, tiro la copa que tenia en la mano al piso, cada día estaba de peor humor, sabia que eso preocupaba a su gente, pero no podía evitarlo.

-Estoy preocupado Grace -Zach la miro servir café para ambos- se ve triste.

-Cariño, esta bien, es normal que este así, cualquiera tendría ese carácter si sabes que tu pareja esta cerca pero no sabes donde.

-Me siento culpable -dejo su bolso en la mesa.

-No es tu culpa, ¿cómo te fue en la universidad?

-Bien, Ellie me dio una copia de los apuntes de su amigo.

-Parece tu chaperona, deberías de invitarla a cenar un día.

-¿Y si ve algo raro? -pregunto preocupado.

-Por la Diosa, no te preocupas tanto, saben comportarse con un humano cerca -le dio un beso.

-Invitar a cenar con un grupo de lobos a la humana que te ayuda con tu tarea, buena idea -agrego Carson al entrar al salón.

-A veces parece que no te agradan los humanos -Zach respondió malhumorado.

-Me agradan, solo que hablas mucho de ella, las mas populares son las peo... -sus ojos cambiaron, miro a Zach como si fuera su presa, en un instante estaba olfateando sus hombros mientras lo sujetaba con fuerza, ese dulce olor estaba en él- Zach, ¿a quien conociste hoy?

-¿Q-que? -lo miro confundido, lo tenia sujetado por los hombros, apretando tan fuerte que sintió que le rompía los huesos.

-¡Carson! -Grace alejo a Zach de sus brazos, ocultándolo detrás de ella- cálmate, lo lastimas.

-¡Tu pareja tiene el olor de la mía! -la miro enojado, quería despedazarlo, sus garras y colmillos estaban expuestos.

-Calma, calma -levanto las manos- entiendo lo que sientes, respira conmigo, no puedo dejar que te acerques en ese estado, Zach -agrego sin apartar la vista- tienes dos aromas muy fuertes alrededor, ¿sabes de quienes son?

-S-si, E-Ellie y Emily...

-Esta bien, puedes decirnos la dirección, así podemos comprobar si alguna es tu pareja -hablo mientras lo miraba.

-Lo siento -suspiro frustrado, se revolvió el cabello- Zach, es importante para mi.

-Lo se, tranquilo, pero no se la dirección de Ellie...

-¿No era tu súper mejor amiga? -agrego con burla- solo dame la de Emily, ¿ella era la loba de la manada de Davis?

-Si...

Sin esperar mas se fue después de tener la información, Zach miro aturdido hacia la puerta.

-Espero que sea su pareja, tendré un infarto si sigue enojándose conmigo...

-Eres muy valiente cariño -lo abrazo con amor.

Tal vez por azares del destino al llegar al bosque la encontró, Emily estaba caminando mientras levantaba su celular para tener señal, se alegro al verla, pero se decepciono al instante, su olor era vulgarmente ordinario para él, no era su pareja.

-Alfa Dunn -ella mostro su cuello en forma de respeto.

Asintió con la cabeza, se dio media vuelta sin dirigirle ninguna palabra, la joven se veía confundida pero no pregunto nada, al llegar a la casa abrió sin esperar la habitación de Zach.

-¡AH! -grito-. ¿Q-qu pasa? -pregunto asustado al escuchar la puerta abrirse de golpe.

-La dirección de tu amiga, ahora -ignoro a Grace que suspiraba a un lado.

-No la se, déjame preguntarle, pero no creo que sea ella... ya sabes... humana, y siempre hablas feo de ella... tal vez Emily tenia una chaqueta de tu mat...

-No, acabo de ver a Emily, y por su olor es la misma ropa que tenia cuando te vio hoy, llámala ahora mismo, pregúntale su dirección.

-Si, si ya voy... pero es tard... -se callo al ver su mirada- ya la llamo.

Con las manos temblorosas busco su numero, rogaba que no fuera Ellie su pareja, era una amiga muy preciada para él, le daba miedo que algo le pasara por ser la pareja de un alfa, al tercer timbre escucho su voz.

-Hola, pequeño.

La voz se escucho en toda la habitación, todos tenían sus sentidos desarrollados, Carson no se perdió ninguna palabra, sintió emoción al pensar que ella era su luna.

-Oh, nada, nada, solo que pensaba en ir a tu casa a regresarte las notas que me diste pero, no se tu dirección.

-Puedes solo llevarlo mañana y dármelo en tu receso -se escucho una risa- no tienes que ser tan serio con todo.

-Pero aun así... no conozco la dirección de mi amiga.

-Bueno, te la puedo enviar, pero no estoy en mi casa ahora, me tengo que ir, te veo mañana -colgo sin esperar mas.

-Solo tenemos que esperar a que mande la dirección y sabrás... -susurro con temor.

Pero aunque pasaron los minutos ella nunca mando su dirección, Zach intento llamarla de nuevo pero no contestaba.

-Olvídalo, dame el celular, rastreare la llamada -dijo Carson mientras le quitaba el celular.

-Espera, no, ella conoce a los del departamento de tecnología, podría saber que rastreamos su celular, espera a mañana, te la presentare -Zach tomo su celular de vuelta asustado, no quería que lo consideraran un loco, y menos su única amiga.

-No se dará cuenta, dámelo -estiro su mano con insistencia.

-¡No! Es mi única amiga, no puedo dejar que piense que soy un acosador, te prometo que mañana la veras -apretó el celular contra su pecho.

-Carson, vamos, es tarde, mañana vamos todos a ver si es ella, si no es, podemos caminar todas la maldita universidad hasta encontrarla.

-Bien.

Se fue azotando la puerta, estaba molesto, no quería esperar mas, ya habían pasado meses desde que olio su aroma, y ahora que pensó que por fin la había encontrado se vuelve a escapar de nuevo, se acostó, quería que el tiempo pasara deprisa. Mañana sin falta la encontraría, y si era necesario la arrastraría y la marcaria, así no volvería a desaparecer de nuevo.

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