CAPÍTULO 1
MARGERY
Mi historia no será emocionante o algo fascinante de leer, tal vez a muchos les aburra y considere que es aburrido y absurdo; pero al fin y al cabo todos en nuestra vida, así no lo admitamos, tenemos algunos clichés que contar.
Porque sí, esta es mi historia, sobre el año en que me volví a enamorar de mi ex novio, el año en el que me volví el cliché de los mejores amigos y todos esperan que sea increíble. Solo que en mi caso será algo retorcido y turbio que acabaría con mis perspectiva de las cosas.
En este pueblo no pasaban cosas muy interesantes, pero cuando ocurren pueden tener giros de trama que te dejarán con la boca abierta.
Todo comienza como cualquier historia de adolescentes a punto de descubrir su razón de ser, con el final del verano y el inicio del último año de secundaria. Llevo meses sin ver a mis mejores amigos, fui de vacaciones con mi abuela a una cabaña fuera de la ciudad y solo los veía a través de las fotografías que me llegaban al teléfono en mis ratos libres.
Y en parte lo agradecí, uno de esos mejores amigos es mi primer ex novio y, también la persona de la que aún tengo sentimientos; verlo mientras sospesaba las opciones que tendré en mi vida a partir de este año solo nublaría mi juicio y mi racionalidad se despediría épicamente de mí. Este instante me ayuda a mí.
– Ya hice las maletas. – dice mi abuela, sentándose a mí lado en la mecedora del frente de la cabaña. La madera antigua crujió bajo su peso mientras nos columpiaba despacio de lado a lado.
Una parte de mí no quería irse de este instante. La paz que me trajo esta cabaña fue buena para mí, me ayudó a no pensar en muchas cosas que pasaron en mi vida, así como también para comprender mis sentimientos y dejar de mentirme a mí misma. Pero la otra parte de mí quería regresar a mi casa para volver a entrar en mi monotonía y la zona de confort que me daba sonrisas sinceras y aceleraba mi corazón, es una lástima que en esa zona solo hubiera una amistad.
– Sabes que te apoyaré en cualquier decisión que tomes. – me recuerda mi abuela, tomando mi mano entre la suya –. Este año no estarás sola.
– ¿Y si aún no sé qué decisión tomar? – pregunto con la mirada en el suelo.
– Entonces tienes toda tu vida para hacerlo. – Sonríe y levanta su pulgar con la otra mano – Nunca es tarde para lo que quieras hacer, lo importante es hacerlo.
Le di las gracias con un pequeño suspiro, levantándome de la banca para dar un pequeño paseo por los alrededores – cosa que he hecho desde que llegué –, para liberar la mente. Quizá mi mayor problema se podría considerar cierto chico rubio y de ojos verdes que ronda en mi cabeza desde hace cinco años, posiblemente me quedé estancada en esa época en la que fui feliz y no aprecié lo que tenía; este año tal vez pueda ayudarme a pasar página y seguir con mi vida.
Miro el cielo despejado de media tarde, escucho a los árboles mecerse alrededor y cierro los ojos, intentando imaginar un futuro ideal que no llega jamás.
– Espero que este año me ayude a comprender este silencio. – digo a la nada, adentrándome un poco en el bosque en busca de paz.