De Esposa a Empresaria

De Esposa a Empresaria

Gavin

5.0
calificaciones
178
Vistas
11
Capítulo

Sofía revisó el reloj, su ceño fruncido. Marco, su esposo, el aclamado gerente de "El Sazón de Mamá", llegaba tarde, de nuevo. Hoy era el festival escolar de su pequeña Camila y la promesa de Marco de verla cantar era el único brillo en los ojos de su hija. Pero el brillo se apagó con una llamada: «Surgió una reunión importantísima de último minuto, mi amor. Representa a la familia por mí». La decepción se clavó en Sofía, no por ella, sino por el rostro de su hija. Con el corazón apesadumbrado, llegaron a la escuela, solo para que el mundo de Sofía se hiciera pedazos. Allí estaba Marco, en el escenario, junto al director, pero no solo. A su lado, con una mano posesiva en su cintura, estaba Ximena, su exnovia. Y con ellos, un niño, Leo. Marco los presentó como su "amada Ximena y su campeón, Leo" , y luego lanzó una bofetada final: se autoproclamó "dueño y fundador" de la empresa que Sofía, con las recetas de su abuela, había construido. La sangre de Sofía hirvió. Ella era la dueña, la fundadora. Marco, solo un empleado con un título inflado. Pero antes de que pudiera procesarlo, Camila corrió hacia el escenario, su pequeña voz rompiendo el silencio: «¡Papá! ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estás con ella? ¡Yo soy tu hija!». La risa de Marco se desvaneció, su rostro se puso pálido. Luego, con una frialdad gélida, dijo: «Lo siento, pequeña, creo que te confundes de persona. Señora, por favor, controle a su hija». Negó a su propia hija. Frente a todos. Frente a su propia madre. El dolor fue insoportable, pero la rabia de Sofía fue aún más fuerte. Y mientras el público aplaudía la "clase" de Marco, Sofía sintió que su mundo se desmoronaba. Un mensaje de Marco llegó: «Deja de hacer un escándalo. Nos vemos en casa y hablaremos. No hagas esto más grande». Una risa amarga escapó de los labios de Sofía. ¿Más grande? Él había cruzado una línea. Esto no era una infidelidad. Esto era una declaración de guerra. "Arturo, soy Sofía. Necesito que vengas ahora mismo al Colegio Westbridge y traigas al equipo de seguridad de la empresa. Llama al notario público, es una emergencia corporativa" . La decisión estaba tomada. Marco Villarreal estaba a punto de descubrir el verdadero significado del infierno.

Introducción

Sofía revisó el reloj, su ceño fruncido. Marco, su esposo, el aclamado gerente de "El Sazón de Mamá", llegaba tarde, de nuevo.

Hoy era el festival escolar de su pequeña Camila y la promesa de Marco de verla cantar era el único brillo en los ojos de su hija.

Pero el brillo se apagó con una llamada: «Surgió una reunión importantísima de último minuto, mi amor. Representa a la familia por mí».

La decepción se clavó en Sofía, no por ella, sino por el rostro de su hija.

Con el corazón apesadumbrado, llegaron a la escuela, solo para que el mundo de Sofía se hiciera pedazos.

Allí estaba Marco, en el escenario, junto al director, pero no solo.

A su lado, con una mano posesiva en su cintura, estaba Ximena, su exnovia.

Y con ellos, un niño, Leo.

Marco los presentó como su "amada Ximena y su campeón, Leo" , y luego lanzó una bofetada final: se autoproclamó "dueño y fundador" de la empresa que Sofía, con las recetas de su abuela, había construido.

La sangre de Sofía hirvió. Ella era la dueña, la fundadora. Marco, solo un empleado con un título inflado.

Pero antes de que pudiera procesarlo, Camila corrió hacia el escenario, su pequeña voz rompiendo el silencio: «¡Papá! ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estás con ella? ¡Yo soy tu hija!».

La risa de Marco se desvaneció, su rostro se puso pálido.

Luego, con una frialdad gélida, dijo: «Lo siento, pequeña, creo que te confundes de persona. Señora, por favor, controle a su hija».

Negó a su propia hija. Frente a todos. Frente a su propia madre.

El dolor fue insoportable, pero la rabia de Sofía fue aún más fuerte.

Y mientras el público aplaudía la "clase" de Marco, Sofía sintió que su mundo se desmoronaba.

Un mensaje de Marco llegó: «Deja de hacer un escándalo. Nos vemos en casa y hablaremos. No hagas esto más grande».

Una risa amarga escapó de los labios de Sofía. ¿Más grande? Él había cruzado una línea.

Esto no era una infidelidad. Esto era una declaración de guerra.

"Arturo, soy Sofía. Necesito que vengas ahora mismo al Colegio Westbridge y traigas al equipo de seguridad de la empresa. Llama al notario público, es una emergencia corporativa" .

La decisión estaba tomada. Marco Villarreal estaba a punto de descubrir el verdadero significado del infierno.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
Entre Cenizas: Un Nuevo Pacto

Entre Cenizas: Un Nuevo Pacto

Cuentos

5.0

El aroma familiar del mole, promesa de un futuro brillante y una beca codiciada, llenaba la cocina de la escuela mientras Sofía Romero se preparaba para el examen final. Justo entonces, un empujón brutal de Daniela Vargas la lanzó contra la estufa, escaldándole el brazo y destrozando su plato. "¿Qué crees que haces, gata arrimada?", espetó Daniela, acusándola de ladrona y de robar la receta ancestral de su familia, la misma que había sido la tradición de los Romero por generaciones. Ignorando a Don Manuel, el viejo ayudante que conocía el pacto secreto, Daniela hundió el preciado cucharón familiar de Sofía en su mole, tirándolo al suelo con desprecio, mientras sus amigas se burlaban de Sofía por "coquetear" con Ricardo Vargas. La humillación culminó en una agresión salvaje: Daniela, con la ayuda de sus cómplices, la tiró al suelo, y con un crujido nauseabundo, le rompió la mano con el tacón. El dolor era insoportable, pero la traición de saber que Armando, el mayordomo que conocía la verdad del pacto que ligaba el destino de los Vargas a su familia, se puso de lado de Daniela, fue aún peor. La advertencia de Sofía, "Están acabando con su propia fortuna", se cernía sobre ellos, pero Daniela solo aumentó la humillación, cubriéndola de harina. En ese instante de abrumadora desesperación y abandono, un pensamiento le dio fuerza: Ricardo Vargas. Ricardo llegó, interponiéndose entre Sofía y su familia, llevándola al hospital y revelando que él conocía el pacto ancestral. "El pacto no está roto, Sofía", le dijo. "Solo está buscando un nuevo ancla. Un nuevo pacto. Entre tu familia y la mía. Mi rama de la familia." Con la decisión de Ricardo de protegerla y establecer un nuevo pacto, Sofía, la chica de origen humilde, se levantaría de las cenizas.

Adiós, Diego: Mi Nuevo Comienzo

Adiós, Diego: Mi Nuevo Comienzo

Cuentos

5.0

El sonido de mi guitarra, mi pasión, resonaba hueco en la hacienda que por diez años llamé hogar, un desafío silencioso a Diego, el hombre al que entregué mi alma y mi genio para construir su imperio de tequila. Pero su respuesta fue una traición helada: "Ximena, deja de hacer numeritos y sube a mi despacho. Ahora" . Y allí, sentado tras su imponente escritorio de caoba, me soltó la humillación más grande: "Quiero que tú y tu mariachi toquen en mi boda" . La boda que me había prometido a mí. No solo me descartaba por otra mujer, Sofía, sino que me exigía ponerle banda sonora a mi propia aniquilación, a mi propia traición. El golpe más cruel llegó en un susurro venenoso desde el pasillo, de boca de su lugarteniente, "El Chato", pero con las frías palabras de Diego resonando: "Ximena es buena para el negocio, para la guerra, para la calle. Pero para casarme, necesito algo… más puro. Una niña bien, educada, limpia. Ximena ya está muy corrida, muy vivida" . Cada palabra era un puñal que me desgarraba: "Sucia", "corrida", "vivida". Así me veía el hombre a quien le había dado todo, solo una herramienta para desechar cuando ya no le servía, valiendo menos que la inocencia fabricada de una desconocida. El dolor fue insoportable, pero en el fondo de ese abismo, algo se encendió: la rabia. La humillación se transformó en una determinación inquebrantable. Me levanté, la cabeza alta, y con una sonrisa forzada le dije: "Claro, Diego. Será un honor tocar en tu boda" . Pero esa no era Ximena, la víctima; era Ximena, la guerrera, a punto de desatar su venganza.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro