La Llave Dorada, Mi Poder

La Llave Dorada, Mi Poder

Gavin

5.0
calificaciones
51
Vistas
11
Capítulo

Llegué a la reunión de exalumnos, un fantasma en mi propio pasado, el hijo del conserje entre trajes de diseñador y relojes caros. Mis antiguos compañeros, ahora "exitosos", me ignoraban, como si limpiar pizarras fuera la única marca que dejé. Entonces, la prepotencia de Rodrigo, el hijo del magnate, rompió el silencio con una burla: "¿Qué haces aquí, Ricardito? ¿Vienes a servir tragos?". Las risas estallaron mientras él tiraba un fajo de billetes a mis pies, exigiéndome que me arrodillara para limpiar sus zapatos con mi saco. La humillación era familiar, un sabor amargo en la boca que siempre supe tragar. Sentí la injusticia quemarme el alma: ¿cómo podían estos parásitos comprados y pagados creerse superiores? Pero de mi bolsillo saqué una llave dorada, un símbolo que ellos no reconocían, la prueba de que el poder verdadero no se compra, se gana. Esta vez, el hijo del conserje no se arrodillaría; se levantaría y les mostraría el verdadero significado de la autoridad. Mi padre me enseñó algo que su dinero jamás compraría: dignidad y honestidad. Y ahora, era el momento de abrir una puerta que ellos ni siquiera sabían que existía, una puerta que aplastaría su mundo de privilegios. No solo iba a asistir a la reunión; Rodrigo, acababas de firmar la sentencia de tu propia familia, y ni cuenta te dabas. Porque la Academia, y quienes portamos su llave, no perdonamos. Jamás.

Introducción

Llegué a la reunión de exalumnos, un fantasma en mi propio pasado, el hijo del conserje entre trajes de diseñador y relojes caros.

Mis antiguos compañeros, ahora "exitosos", me ignoraban, como si limpiar pizarras fuera la única marca que dejé.

Entonces, la prepotencia de Rodrigo, el hijo del magnate, rompió el silencio con una burla: "¿Qué haces aquí, Ricardito? ¿Vienes a servir tragos?".

Las risas estallaron mientras él tiraba un fajo de billetes a mis pies, exigiéndome que me arrodillara para limpiar sus zapatos con mi saco.

La humillación era familiar, un sabor amargo en la boca que siempre supe tragar.

Sentí la injusticia quemarme el alma: ¿cómo podían estos parásitos comprados y pagados creerse superiores?

Pero de mi bolsillo saqué una llave dorada, un símbolo que ellos no reconocían, la prueba de que el poder verdadero no se compra, se gana.

Esta vez, el hijo del conserje no se arrodillaría; se levantaría y les mostraría el verdadero significado de la autoridad.

Mi padre me enseñó algo que su dinero jamás compraría: dignidad y honestidad.

Y ahora, era el momento de abrir una puerta que ellos ni siquiera sabían que existía, una puerta que aplastaría su mundo de privilegios.

No solo iba a asistir a la reunión; Rodrigo, acababas de firmar la sentencia de tu propia familia, y ni cuenta te dabas.

Porque la Academia, y quienes portamos su llave, no perdonamos. Jamás.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
Cinco años de amor perdido

Cinco años de amor perdido

Romance

5.0

Tentu, saya akan menambahkan POV (Point of View) ke setiap bab sesuai dengan permintaan Anda, tanpa mengubah format atau konten lainnya. Gabriela POV: Durante cinco años crié al hijo de mi esposo como si fuera mío, pero cuando su ex regresó, el niño me gritó que me odiaba y que prefería a su "tía Estrella". Leandro me dejó tirada y sangrando en un estacionamiento tras un accidente, solo para correr a consolar a su amante por un fingido dolor de cabeza. Entendí que mi tiempo había acabado, así que firmé la renuncia total a la custodia y desaparecí de sus vidas para siempre. Para salvar la imprenta de mi padre, acepté ser la esposa por contrato del magnate Leandro Angulo. Fui su sombra, la madre sustituta perfecta para Yeray y la esposa invisible que mantenía su mansión en orden. Pero bastó que Estrella, la actriz que lo abandonó años atrás, chasqueara los dedos para que ellos me borraran del mapa. Me humillaron en público, me despreciaron en mi propia casa y me hicieron sentir que mis cinco años de amor no valían nada. Incluso cuando Estrella me empujó por las escaleras, Leandro solo tuvo ojos para ella. Harta de ser el sacrificio, les dejé los papeles firmados y me marché sin mirar atrás. Años después, cuando me convertí en una autora famosa y feliz, Leandro vino a suplicar perdón de rodillas. Fue entonces cuando descubrió la verdad que lo destrozaría: nuestro matrimonio nunca fue legal y yo ya no le pertenecía.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro