El Fin de un Cobarde

El Fin de un Cobarde

Gavin

5.0
calificaciones
8
Vistas
8
Capítulo

La música de la fiesta ya había cesado, pero en mi cabeza el zumbido del champán y la creciente sensación de que algo andaba terriblemente mal apenas comenzaban. En el bautizo del primer sobrino de mi flamante esposo, Máximo, mis padres habían honrado la unión con un lujoso regalo que estaba a punto de convertirse en mi peor pesadilla. Cuando el gerente del club deslizó la factura sobre la mesa, el número astronómico me hizo parpadear, pensando que era un error de imprenta, pero la ira ya burbujeaba en mi interior. Mi corazón se aceleró al ver el desglose: diez botellas de tequila "Ley del Diamante", cajas de puros Cohiba Behike, un reloj Rolex... ¿y la "restauración de una obra de arte"? Fue entonces cuando vi la sonrisa triunfante de mi suegra, Yolanda, entre su ruidoso clan, y comprendí que todo había sido una estafa perfectamente orquestada para robarme. Máximo, mi supuesto protector, se arrodilló, con lágrimas falsas, mostrándome pagarés por la deuda que su madre había contraído, diciendo que era una "deuda matrimonial" que debíamos pagar juntos. Yolanda me amenazó: o yo pagaba la deuda de su hijo o cedía mi apartamento, justificándolo como el "deber de una esposa". Mi propia casa se había convertido en mi prisión, rodeada de buitres, y el hombre que juró amarme y protegerme, me había vendido a su madre. La traición me golpeó con la fuerza de un puñetazo, dejándome sin aliento, ¿cómo pude ser tan ciega? En ese momento de máxima humillación y peligro, mientras los parientes de Máximo me rodeaban con ojos llenos de violencia, una fría venganza nació en mí: activé mi plan de contingencia y marqué el 911. Esa noche, cuando la policía irrumpió y detuvo a Máximo junto a su familia, supe que no solo había recuperado mi libertad y dignidad, sino que el verdadero juego apenas comenzaba. Le ofrecí un trato: retiraría los cargos más graves contra su preciosa madre a cambio de un divorcio inmediato, sin condiciones y sin compensación. Ese fue solo el primer paso de un plan meticulosamente trazado, pues mi venganza fría y calculadora apenas estaba comenzando.

Introducción

La música de la fiesta ya había cesado, pero en mi cabeza el zumbido del champán y la creciente sensación de que algo andaba terriblemente mal apenas comenzaban.

En el bautizo del primer sobrino de mi flamante esposo, Máximo, mis padres habían honrado la unión con un lujoso regalo que estaba a punto de convertirse en mi peor pesadilla.

Cuando el gerente del club deslizó la factura sobre la mesa, el número astronómico me hizo parpadear, pensando que era un error de imprenta, pero la ira ya burbujeaba en mi interior.

Mi corazón se aceleró al ver el desglose: diez botellas de tequila "Ley del Diamante", cajas de puros Cohiba Behike, un reloj Rolex... ¿y la "restauración de una obra de arte"?

Fue entonces cuando vi la sonrisa triunfante de mi suegra, Yolanda, entre su ruidoso clan, y comprendí que todo había sido una estafa perfectamente orquestada para robarme.

Máximo, mi supuesto protector, se arrodilló, con lágrimas falsas, mostrándome pagarés por la deuda que su madre había contraído, diciendo que era una "deuda matrimonial" que debíamos pagar juntos.

Yolanda me amenazó: o yo pagaba la deuda de su hijo o cedía mi apartamento, justificándolo como el "deber de una esposa".

Mi propia casa se había convertido en mi prisión, rodeada de buitres, y el hombre que juró amarme y protegerme, me había vendido a su madre.

La traición me golpeó con la fuerza de un puñetazo, dejándome sin aliento, ¿cómo pude ser tan ciega?

En ese momento de máxima humillación y peligro, mientras los parientes de Máximo me rodeaban con ojos llenos de violencia, una fría venganza nació en mí: activé mi plan de contingencia y marqué el 911.

Esa noche, cuando la policía irrumpió y detuvo a Máximo junto a su familia, supe que no solo había recuperado mi libertad y dignidad, sino que el verdadero juego apenas comenzaba.

Le ofrecí un trato: retiraría los cargos más graves contra su preciosa madre a cambio de un divorcio inmediato, sin condiciones y sin compensación.

Ese fue solo el primer paso de un plan meticulosamente trazado, pues mi venganza fría y calculadora apenas estaba comenzando.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
Esposa Olvidada En La Frigorífica

Esposa Olvidada En La Frigorífica

Cuentos

5.0

Tres años, toda una vida entregada a él. Sofía, yo fui la tonta que usó hasta el último centavo para rescatar a mi Mateo de la ruina, creyendo en su amor, en sus promesas. Día y noche, mi cuerpo y mi alma cuidaron a sus padres enfermos, soportando humillaciones que nadie más vio. Sacrifiqué mi primer embarazo, mi salud, todo por su "carrera", para que él, el gran Mateo, pudiera levantarse de las cenizas. Pero hoy, mi mundo se hizo pedazos. Justo frente a mí, mi esposo Mateo sostenía a otra mujer, Camila, su "amor de la juventud", la misma que lo humilló cuando no tenía nada. "Camila está embarazada", dijo, sin rastro de culpa, "y tú la vas a cuidar". ¡A mí! ¿Que la cuidara? La burla en la cara de Camila, la sonrisa de las empleadas, la furia de Mateo... sentí que me ahogaba en una pesadilla. "Solo es cuidarla un poquito. No eres una princesa, pero actúas como tal. No seas mezquina". Mezquina. Él, el hombre al que rescaté del abismo, el que ahora volvía a tenerlo todo, ¿me llamaba mezquina? "Tú eres buena cuidando gente", sentenció con la mirada fría. Mi corazón se hizo añicos al recordar las palabras de su madre a Camila: "Cuídate por el bien de mi nieto. Eres la única esperanza de esta familia". ¡La única esperanza! Era obvio. Me habían engañado a mí. ¡A mí! ¡Ellos sabían que era su hijo! ¡Todos me estaban engañando! Sentí el frío del mármol bajo mis rodillas, el dolor agudo de la caída. Quise huir, pero no sin él. No sin mi bebé. Pero, ¿realmente quería que mi hijo naciera en esta podredumbre? "¡Mateo, no quiero ir a la cámara frigorífica! ¡No! ¿Por qué me haces esto?", grité, sintiendo el pánico helado que se apoderaba de mí cuando sus empleados me arrastraban. "¡Estoy embarazada! ¡Mateo, estoy embarazada!" Me miró con desprecio, y la puerta se cerró. Estuve allí tres días y tres noches. Cuando abrieron la puerta, mis ojos ya estaban vacíos. "¿Qué otra cosa te vas a inventar ahora?". Esas palabras… Pero al salir de allí, mis ojos por fin se abrieron. Así que esto es todo lo que soy para ti, Mateo. Un mueble más en tu casa. "Estoy completamente podrido por dentro", susurré al aire. Una semana después, salí del hospital. Mateo me llamó, furioso, como siempre, pero esta vez, yo era diferente. "¿Qué soy para ti, Mateo?", pregunté, mi voz firme, "¿La tonta que te rescató de la miseria? ¿O la enfermera gratuita que cuidó día y noche a tus padres?" "¿De verdad crees que todo lo que hice, fue por un estúpido título?" "Un hombre como tú... me da asco". Colgué. Bloqueé su número. Y nunca miré atrás.

Amor Enterno Después de Todo

Amor Enterno Después de Todo

Cuentos

5.0

El video explotó en internet. Marc Solís, mi exnovio e influencer, publicó un video editado cruelmente, diseñando mi humillación pública. Fui retratada como una "trepadora" desesperada, rogando por fama. Los comentarios se desataron: "¡Qué arrastrada!", "Pobre Marc, se quitó un peso de encima". Miles de sus "leones" inundaron mis redes con insultos, memes y amenazas. Mi imagen, símbolo de mujer patética, estaba por todas partes. Mi teléfono no paraba de sonar, mis amigos, colegas, todos preocupados, pidiéndome que lo demandara, que lo desenmascarara, pero no contesté. Miraba la pantalla, una calma inquietante me invadía. Esto no era sorpresa, era una prueba. Después, Marc me llamó por videollamada, arrogante: "¿Disfrutando tus cinco minutos de fama? Tráeme un café de tu cafetería favorita, tienes una hora, transmítelo en vivo, para que mis leones vean tu 'arrepentimiento' ". Asentí, salí, y la transmisión comenzó, la gente se mofaba. Luego, Marc volvió a llamar: "Cambio de planes, quiero que camines descalza desde aquí a la fuente de la Cibeles, para que todos vean tu arrepentimiento". Sin dudar, me quité los zapatos. El dolor era intenso, pero lo soportaba no por Marc, sino por mi propia purificación. Llegué sangrando, exhausta, justo cuando Marc apareció con Ximena, su nueva conquista. Ximena me humilló; Marc la besó, declarándole su "reina". Me quedé sola, descalza, humillada. Pero en mis ojos brilló un triunfo. La prueba se intensificaba, y yo estaba lista. De repente, Ximena fingió un desmayo, y Marc, con una crueldad medieval, me ordenó: "Vas a caminar de rodillas hasta la Basílica de Guadalupe, rezando por la salud de Ximena, para expiar el daño que le has hecho". Mis amigos horrorizados me rogaron que no lo hiciera. "Lo haré" , le respondí con firmeza, "pero no lo haré por ti, ni por ella, lo haré porque es parte de mi propio camino, y cuando llegue, no rezaré por su salud, rezaré por mi propia liberación" . Marc, ignorando mi verdadero propósito, solo vio sumisión. Me arrodillé, el dolor insoportable, pero cada herida era una ofrenda a mi misión secreta. Horas después, al llegar a la Basílica, me desplomé inconsciente. En el hospital, Ximena me atacó, Marc me abofeteó, gritando: "¡Eres violenta y peligrosa! ¡Esto es justicia!". Mi mejilla ardía, pero una extraña alegría me invadió. Sonreí. "Gracias", susurré. Marc, aturdido, se fue. Meses después, Ximena enfermó, necesitando un riñón compatible. Marc apareció: "Quiero que le des tu riñón. Si lo haces, te casarás conmigo". Recordé que fui yo quien lo salvó en un accidente, no Ximena. "No", le dije. Él, creyendo que eran celos, me amenazó: "¡Entonces te haré la vida un infierno!". El acoso se intensificó, pero yo continuaba, esperando el siguiente paso. Entonces, mi destino se reveló en un sueño: la donación del riñón era la culminación de mi ascenso espiritual. Le di mi riñón a Ximena. Durante la cirugía, mi cuerpo se disolvió en luz, mi alma ascendió, y mi conciencia se convirtió en una entidad divina. Marc, sin saberlo, había sido un instrumento en mi liberación. ¿Cómo cambió la vida del arrogante influencer Marc Solís cuando finalmente descubrió la verdad de lo que había hecho? ¿Y qué significado tendría su "amor" cuando ya era demasiado tarde?

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro