Mi Muerte, Su Ruina

Mi Muerte, Su Ruina

Gavin

5.0
calificaciones
48
Vistas
11
Capítulo

La heredera de una fortuna, Sofía Valderrama, creyó haber encontrado el amor y la salvación para su familia al casarse con Mateo Reyes. Pero su apuesto esposo, a quien ella había salvado de la ruina, resultó ser un depredador implacable. Con información confidencial de mi propia familia, él nos destrozó sistemáticamente. Mis padres murieron de dolor, mi hermano fue encarcelado con acusaciones falsas planeadas por él. De heredera, me convertí en su sirvienta personal en mi propia casa, humillada a diario por él y su harén. Mientras tanto, un terrible secreto me consumía por dentro: un fragmento de obsidiana del cuchillo que usé para salvar su vida se alojaba peligrosamente cerca de mi corazón, moviéndose con cada golpe de su crueldad. ¿Podía haber mayor ironía, morir por su mano después de haberle dado la vida? Él quería verme suplicar, pero mi silencio era mi último acto de dignidad. Y mi muerte, mi venganza más calculada. En la subasta de mis propias reliquias familiares, donde Mateo intentaba destruir mi último gramo de honor, compré el mango del cuchillo roto con mis últimas monedas. Un gesto que desató su furia final... y mi plan perfecto. No le di el gusto de verme llorar. Le di el arte de mi adiós: una muerte inexplicable para él, una justicia definitiva para mí. Porque mi padre, el gran Valderrama, desde la tumba, había tejido una trampa de la que Mateo no podría escapar jamás.

Introducción

La heredera de una fortuna, Sofía Valderrama, creyó haber encontrado el amor y la salvación para su familia al casarse con Mateo Reyes.

Pero su apuesto esposo, a quien ella había salvado de la ruina, resultó ser un depredador implacable.

Con información confidencial de mi propia familia, él nos destrozó sistemáticamente.

Mis padres murieron de dolor, mi hermano fue encarcelado con acusaciones falsas planeadas por él.

De heredera, me convertí en su sirvienta personal en mi propia casa, humillada a diario por él y su harén.

Mientras tanto, un terrible secreto me consumía por dentro: un fragmento de obsidiana del cuchillo que usé para salvar su vida se alojaba peligrosamente cerca de mi corazón, moviéndose con cada golpe de su crueldad.

¿Podía haber mayor ironía, morir por su mano después de haberle dado la vida?

Él quería verme suplicar, pero mi silencio era mi último acto de dignidad.

Y mi muerte, mi venganza más calculada.

En la subasta de mis propias reliquias familiares, donde Mateo intentaba destruir mi último gramo de honor, compré el mango del cuchillo roto con mis últimas monedas.

Un gesto que desató su furia final... y mi plan perfecto.

No le di el gusto de verme llorar.

Le di el arte de mi adiós: una muerte inexplicable para él, una justicia definitiva para mí.

Porque mi padre, el gran Valderrama, desde la tumba, había tejido una trampa de la que Mateo no podría escapar jamás.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
Amor tardío es veneno

Amor tardío es veneno

Romance

5.0

Me llamo Isabella Montoya y mi vida estaba destinada a un matrimonio arreglado. Para salvar a mi familia, me casé con Alejandro Torres, el heredero del imperio vinícola rival. Lo que nadie sabía, ni siquiera él, era que, desde niña, yo lo amaba en secreto. Pero Alejandro me detestaba. Desde el primer día, me humilló frente a los demás. En nuestra boda, me entregó una jaula vacía, diciendo que era para que recordara lo que era la libertad. Los años que siguieron fueron un infierno silencioso. Él no se molestaba en ocultar sus infidelidades, riéndose de mi dolor. Incluso, encontré a su amante usando un valioso collar de diamantes de mi abuela, que él me había quitado "para protegerlo". Luego, cuando la enfermedad me consumía, y mi rostro apenas podía ocultar el dolor, su maldad se tornó indescriptible. Acepté el divorcio, pidiendo solo mi "libertad", pero antes le pedí que me acompañara a cumplir cinco últimas "promesas". Cada una fue una nueva humillación, un nuevo tormento. La última, una cena preparada por él, terminó en una tortura pública. Su amante, Lucía, me arrancó la peluca, revelando mi cabeza calva por la quimioterapia. Y mi propio esposo, sin dudarlo, destrozó los restos de mi peluca, jurando con desprecio: "¡Te odio, Isabella!". ¿Cómo podía alguien caer tan bajo, destruyendo el último vestigio de dignidad de una mujer moribunda? Esa noche, morí en vida. Poco después, mi cuerpo me abandonó. Él pensó que se había librado de mí y de todos mis secretos. Pero lo que ignoraba era que "La Cuentera del Valle"-mi seudónimo secreto como escritora-había dejado un diario. Un diario lleno de verdades que transformarían su vida en una pesadilla de arrepentimiento y locura. Mi venganza silenciosa apenas comenzaba.

Mi Ancla, Su Tormenta

Mi Ancla, Su Tormenta

Cuentos

5.0

Ricardo era cinco años menor, una diferencia que él difuminaba con promesas de eternidad. Yo, tonta enamorada, creí cada palabra. Era su ancla, su faro en la tormenta, hasta que el mar que prometía ser mi salvavidas se convirtió en la marea embravecida que me ahogaría. Esa noche, su teléfono vibró; un número desconocido, el temblor en mis manos al desbloquearlo. Una fecha que fue nuestra ahora se sentía a burla. "Cami Bebé", un chat anclado, un emoji de corazón, el rostro de una modelo de Instagram. Mensajes de "te extraño", "anoche fue increíble", fotos provocadoras. El aire se me escapó de los pulmones. Luego llegó el desprecio, la palabra "sucia" resonando en la grabación de su propio coche. "No como la otra, que a veces hasta me da asco. Se siente... sucia". Sentí cómo mi alma se desgarraba. Mi cuerpo, el que él había amado, ahora era repugnante para él. La confirmación llegó con la llamada de Marco, su amigo, repitiendo la obscenidad. ¿Cómo pudo? ¿Qué hice mal? ¿Era mi edad, mi cansancio, mi entrega? La humillación me ahogaba, pero el shock se transformó en una claridad helada. La chica del MP, esa a la que él despreció en público, era la misma a la que ahora le transfería fortunas y le declaraba su amor. Él no buscaba otra; buscaba borrarme con una réplica joven, una versión "limpia" de mí. En ese instante, me miré al espejo, rota, pero no vencida. La Sofía que construyó su imperio desde cero, la que superó crisis y traiciones, esa guerrera que llevaba dentro, despertó. Ya no había lágrimas, solo una determinación inquebrantable. La guerra acababa de empezar, y él no sabía con quién se estaba metiendo.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro