99 Veces de Traición: No te Perdonaré más

99 Veces de Traición: No te Perdonaré más

Gavin

5.0
calificaciones
98
Vistas
11
Capítulo

Fui Isabella, una bailaora de flamenco aclamada. Perdoné a mi esposo Mateo 99 veces por sus infidelidades, siempre corriendo tras él cuando amenazaba con saltar de un puente. La prensa me apodó "La Santa de los Cuernos". Pero la infidelidad número 100 fue diferente. Mateo me anunció que una cantante de reggaeton era su nueva "musa definitiva", tachando mi flamenco de "arte moribundo". Enfurecido, me empujó violentamente, rompiéndome el tobillo y destrozando mi carrera profesional para siempre. En el hospital, la sentencia fue cruel: no volvería a bailar. Mi identidad como bailaora murió. Mateo, simplemente, me abandonó en el suelo. La humillación pública fue total: me reemplazó con su amante al frente de mi tablao y ambos destruyeron mi legado con su vulgar "Flamencotón". ¿Cómo pude vivir en esa farsa? La "santa" finalmente se hartó. Cuando Mateo intentó su patética táctica de chantaje con un falso suicidio, creyendo que volvería, no sentí ni miedo ni compasión. La última chispa de todo lo que fuimos se extinguió, revelando una indiferencia absoluta. Con una calma gélida, le entregué los papeles del divorcio ya firmados, sellando su sentencia. Con esa libertad y la indemnización, abrí mi "Escuela de Flamenco Isabella", renaciendo. Él, en cambio, se sumergió en la ruina. Hoy, mi verdadera victoria no es el odio, sino la más pura indiferencia.

Introducción

Fui Isabella, una bailaora de flamenco aclamada.

Perdoné a mi esposo Mateo 99 veces por sus infidelidades, siempre corriendo tras él cuando amenazaba con saltar de un puente.

La prensa me apodó "La Santa de los Cuernos".

Pero la infidelidad número 100 fue diferente.

Mateo me anunció que una cantante de reggaeton era su nueva "musa definitiva", tachando mi flamenco de "arte moribundo".

Enfurecido, me empujó violentamente, rompiéndome el tobillo y destrozando mi carrera profesional para siempre.

En el hospital, la sentencia fue cruel: no volvería a bailar.

Mi identidad como bailaora murió.

Mateo, simplemente, me abandonó en el suelo.

La humillación pública fue total: me reemplazó con su amante al frente de mi tablao y ambos destruyeron mi legado con su vulgar "Flamencotón".

¿Cómo pude vivir en esa farsa?

La "santa" finalmente se hartó.

Cuando Mateo intentó su patética táctica de chantaje con un falso suicidio, creyendo que volvería, no sentí ni miedo ni compasión.

La última chispa de todo lo que fuimos se extinguió, revelando una indiferencia absoluta.

Con una calma gélida, le entregué los papeles del divorcio ya firmados, sellando su sentencia.

Con esa libertad y la indemnización, abrí mi "Escuela de Flamenco Isabella", renaciendo.

Él, en cambio, se sumergió en la ruina.

Hoy, mi verdadera victoria no es el odio, sino la más pura indiferencia.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
La Esposa Invisible: Ahora Mírame Brillarr

La Esposa Invisible: Ahora Mírame Brillarr

Cuentos

5.0

Durante doce años, oculté mi fortuna y mi linaje, la poderosa familia Salazar, para convertirme en la esposa perfecta de Mateo Hewitt. Le di mi amor incondicional, mi apoyo, y en secreto, los cimientos de su imperio, creyendo que construíamos un futuro juntos desde nuestro modesto piso en Logroño. Pero en nuestro duodécimo aniversario de bodas, llegó la traición: Mateo entró oliendo al perfume de otra mujer, su asistente Isabel Riley, con una caja de puros cubanos, no flores para mí. Miró con desdén la cena sencilla que preparé, solo para que yo le mostrara una foto de él y su amante, unida a la ecografía de un embarazo de tres meses que ella me envió. Él me insultó, llamó "estéril" y "mueble", e incluso defendió a Isabel por recibir nuestras joyas de familia. La humillación se volvió insoportable cuando, en una gala, Mateo rompió un collar de esmeraldas que era una reliquia Salazar, un regalo de mi abuela, y casi con orgullo me lo arrojó a los pies. Su madre, a quien salvé, me escupió odio por su ruina. ¿Cómo pudo el hombre al que di todo, por quien me arrodillé ante mi padre, por quien abandoné mis sueños, convertirme en un fantasma en mi propia casa? ¿Por qué me trató como basura mientras construía su éxito sobre mis sacrificios y los de mi familia? Con el corazón destrozado y la ira ardiendo, llamé a mi equipo. "Quiero el divorcio," le dije. "Y te juro, Mateo Hewitt, que te dejaré sin absolutamente nada." La verdadera Sofía Salazar acababa de despertar, y su sed de venganza no conocía límites.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro