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Querido esposo, ¡Átame si puedes!

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Eclipse soleil

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Capítulo

¿Cuál fue la decisión más estúpida de toda tu vida? Para Catalina, fue su matrimonio con Benjamín Cash y amarlo locamente. Ella le dio su corazón y su alma, pero eso simplemente la llevo a la miseria. Una vez entrada en razón decidió que para vivir una vida plena, su solución era el divorció, alejarse de él, pero él parecía haber cambiado porque hizo todo lo posible para ganarse su corazón. ¿Debería volver a confiar en este tipo?

Capítulo 1 Dolor

Dolor.

Mucho dolor.

Eso fue lo que sintió Catalina.

Le dolía todo el cuerpo, como si sus huesos se estuvieran rompiendo por dentro.

Catalina abrió los ojos y, a través de su visión borrosa, vio el techo blanco que se alzaba sobre ella. La cabeza le dolía mientras intentaba recordar dónde estaba.

Pero era muy difícil recordar algo porque el dolor en su cabeza seguía aumentando.

El suave colchón debajo de ella se movió, al igual que la sábana que la cubría.

¿¡Qué estaba haciendo ella en una cama!?

Su corazón dejó de latir por un segundo y luego todo comenzó a volver...

...

-El tribunal ya ha dictado sentencia sobre nuestro divorcio. Me casaré con Lisa el mes que viene. Estoy aquí hoy solo para decírselo.

A través de las frías barras de hierro, Catalina miró fijamente al apuesto y noble hombre frente a ella.

En cuanto a apariencia, antecedentes familiares y habilidades, todos eran incomparables.

Aun así, él seguía siendo su marido, pero ahora... habían cortado por completo ese último estalón débil.

Ella pensó que sería su esposa hasta la muerte.

-Y entonces qué... -dijo Catalina temblando de autodesprecio.

Hoy en día el sigue siendo una figura de alto estatus.

¿Y ella? Su rostro, antes joven y hermoso, había sido completamente erosionado por los celos, el odio y el dolor....

¡Peor aún, había sido incriminada y condenada inocentemente, estaba a punto de ser ejecutada a tiros!

¿¡Porque!?

Su único delito fue amar a este hombre con locura. ¿Y a cambio que fue lo que recibió ella? Lo perdió todo.

La mirada de Benjamín era fría e impasible. -Este será nuestro último encuentro. ¿Tienes algo más que decir?

Los labios de Catalina se separaron para revelar sus labios secos y blancos.

-¿Solo quiero preguntar, alguna vez me amaste, aunque sea un poquito?

El hombre no respondió. Su expresión fría y silenciosa lo decía todo.

¡No!

Catalina cerró los ojos con profunda desesperación.

Ella pensó que su corazón se había entumecido de dolor, pero resultó ser capaz de más dolor, un dolor que la dejó sin ninguna esperanza de vivir.

-Todo este tiempo fue solo amor no correspondido -murmuró, logrando soltar una risa tranquila y contenida. -Ya no seré una carga.

Porque ella iba a morir pronto.

Benjamín miró su reloj antes de levantarse.

-Catalina, si sabías que esto pasaría, ¿por qué empezaste? -dijo con voz profunda e indiferente.

Su destino ahora era autoinfligido.

Aparte de un poco de compasión por ella, no tenía otros sentimientos.

Justo cuando Benjamín estaba a punto de irse, escuchó una voz ronca, pero algo seca, desde atrás:

-Benjamín.

Hizo una pausa y se dio la vuelta para ver a Catalina parada contra el filo de la terraza.

-Mi peor error fue amarte. Si lo hubiera sabido, no te habría amado...

El frágil cuerpo de Catalina se desplomo.

Las pupilas de Benjamín se contrajeron.

Él no esperaba que ella eligiera una manera tan despiadada de irse...

Antes esto pensamientos Catalina se estremeció recordaba que se estaba cayendo del piso mal alto de prisión.

Pero ahora...

-Estás despierta. -Una voz fría e indiferente vino desde cerca.

Giró la cabeza y vio a Benjamín Cash, su esposo sentado junto a su cama. En cuanto lo vio, sintió un dolor insoportable en el corazón.

¿No estaba muerta? ¿Por qué no estaba muerta?

Ella no quería volver a enfrentarlo, enfrentar este mundo desesperado, ¿por qué mantenerla con vida?

Incluso si no hubiera muerta, pronto sería ejecutada a tiros.

Con ese pensamiento, el corazón turbuloso de Catalina rápidamente se volvió frío y mortalmente silencioso.

-Catalina. -El hombre se acercó, con una mirada fría y gélida, y un disgusto apenas disimulado en su rostro. -¿Por qué ni siquiera logras suicidarte?

Catalina sonrió levemente. -A mí también me gustaría saber por qué no logré suicidarme.

Benjamín se sorprendió.

Su actitud tranquila no era la que él esperaba.

Él había pensado que, al oír sus palabras, ella discutiría y se enojaría como siempre lo hacía.

Pero su respuesta fue un poco inesperada, aunque a él no le pareció gran cosa.

-Hmph... -Se burló fríamente, sin piedad-. Incluso cuando mueras, no arrastres a otros contigo -diciendo esto, y sin querer volver a mirarla, se levantó y salió.

¿Arrastrar a otros?

Catalina quedó desconcertada por sus palabras cuando entró la nana Zoila.

Ella fue quien crio a Catalina y continuó cuidándola incluso después de su boda.

-Señorita, ¿se encuentra bien? ¿Se siente incómoda en algún lugar? -preguntó preocupada la señora Zoila.

Al verla, Catalina sintió un toque de amargura en su corazón.

Incluso en su estado actual, no esperaba que su nana Zoila todavía se preocupara tanto por ella.

Catalina sonrió levemente. -Estoy bien.

Ella simplemente estaba arrepentida, ¿por qué no había muerto?

La señora Zoila suspiró. -Señorita, ¿por qué es tan tonta? Chocó contra el coche de la señorita Lisa, e incluso un accidente de coche puede fácilmente resultar en una lesión. Además, podría haber tenido graves consecuencias. No vuelva a ser tan imprudente.

Catalina se quedó atónito.

¿De qué hablaba la señora Zoila? ¿Se chocó contra el coche de Lisa?

-No se preocupe, señorita. Este incidente fue silenciado por el Sr. Cash, así que no le afectará. Aunque Lisa también está en el hospital, solo sufrió heridas leves. Por suerte, ambas están bien. Si le pasara algo, ¿cómo me enfrentaría a su abuelo...?

La señora Zoila estaba hablando consigo misma, sin notar la expresión cada vez más extraña de Catalina.

Por sus palabras, Catalina pensó que algo andaba muy mal.

Ella había chocado contra el auto de Lisa hacía mucho tiempo, esa era una vieja historia.

¿Cuándo volvió a chocar el auto de Lisa?

Catalina extendió su mano, tocándose ansiosa y temerosa la frente...

¡Estaba completamente suave, sin cicatrices y no dolió!

Había saltado del piso veinte con determinación para suicidarse, ¿cómo podía su cabeza estar sin cicatrices? Recordaba claramente cómo se le había abierto la cabeza y había brotado mucha sangre...

Incluso si no muriera, ciertamente no saldría ilesa...

-Señorita, el médico dijo que no tiene ningún problema. Puede recibir el alta y regresar a casa hoy mismo -dijo la señora Zoila con una sonrisa amable-. Esta noche, cuando volvamos a casa, le prepararé una comida deliciosa. No pensemos en otras preocupaciones. ¡Debe entender que, por muy cercano que sea el señor a Lisa, ella no puede cambiar su posición mientras sea su esposa, no pueden estar juntos!

-Nana Zoila -de repente Catalina la agarró por la muñeca y la sobresaltó.

-Señorita, ¿qué sucede?

Catalina la miró ansiosamente -Dame tu teléfono ahora mismo.

La señora Zoila estaba confundida por su solicitud, pero rápidamente asintió y le entregó el teléfono

¡Catalina lo tomó, encendió la pantalla e instantáneamente vio la fecha!

Ella abrió mucho los ojos y le resultó difícil creerlo

¿Cómo era posible que esto sucediera? ¡El tiempo había retrocedido dos años!

Catalina sintió que su mente estaba en caos, luchando por aceptar este fantástico giro de los acontecimientos.

Se pellizcó el muslo con fuerza, queriendo tranquilizarse. ¡Ah, cómo dolía!

¡Esto no fue un sueño!

-Señorita, ¿está bien?

La miró fijamente. -Nana, ¿puedo salir del hospital y regresar a casa hoy mismo, y entonces no pasará nada? -preguntó a cambio.

La señora Zoila asintió. -Sí, no tienes de qué preocuparte. No tienes nada de qué preocuparte. Podemos volver a casa hoy mismo.

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