Rosario
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Libro y Cuento de Rosario
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Enamorarse de su esposa contractual
G~Aden "No habrá amor entre nosotros. Solo fingiremos ser una pareja enamorada en público. Compartiremos habitación para hacerlo creíble, pero sin intimidad; el contacto físico está prohibido.
Solo tendremos relaciones una vez al mes, y únicamente para concebir un heredero. Tú no te entrometerás en mis asuntos, y yo no me entrometeré en los tuyos. Serás mi esposa en todo sentido y no te relacionarás con ningún otro hombre", dijo, con arrogancia en cada palabra.
Observé sus labios moverse. No estaba dispuesta a enamorarme de ningún hombre, y menos de uno tan arrogante y egocéntrico como él. Podía manejar el papel de pareja amorosa, y en cuanto a la intimidad mensual... Lo aceptaría con tal de satisfacer mis deseos sexuales.
"¿Dónde firmo?", pregunté, pues no tenía nada que perder.
***
Los sueños de boda de Nadine se convirtieron en pesadilla al descubrir la infidelidad de su hermana y su prometido. Con una grabación secreta, estaba lista para la venganza. Pero entonces el misterioso multimillonario Logan West le hizo una oferta: un matrimonio de conveniencia para destruir el imperio de su ex. Lo que Nadine ignoraba era que su vida se complicará: ¿lograría vengarse o lo arriesgaría todo por una oportunidad de amar? La trampa amorosa de la exesposa vengativa
Lucia Love Cuando Stela estaba enferma durante los primeros días de su embarazo, Ezrah estaba con su primer amor, Piper. Cuando Stela tuvo un accidente y llamó a Ezrah, él dijo que estaba ocupado, pero en realidad, estaba comprando zapatos para Piper.
Stela perdió a su bebé debido al accidente, y durante toda su estancia en el hospital, Ezrah nunca apareció. Ella ya sabía que él no la amaba, pero eso fue la gota que colmó el vaso, y su frágil corazón no pudo soportarlo más.
Cuando Ezrah llegó a casa unos días después de que su esposa fue dada de alta del hospital, ya no encontró a la mujer que siempre lo recibía con una sonrisa y cuidaba de él. Stela se paró en lo alto de las escaleras y gritó con una expresión fría:
"Ezrah, tengo una buena noticia para ti. Nuestro bebé murió en el accidente. Ya no hay nada entre nosotros, así que vamos a divorciarnos".
El hombre que afirmaba no tener sentimientos por Stela, siendo frío y distante con ella y habiéndole pedido el divorcio dos veces, se llenó de pánico al instante. Tu amnesia fingida reveló al monstruo
Rabbit4 Mi boda con Ethan Reed estaba a solo unas semanas.
Después de siete años, estaba segura de nuestro futuro perfecto.
Entonces, Ethan alegó «amnesia selectiva» por una lesión en la cabeza, olvidándose solo de mí.
Intenté hacerle recordar, hasta que escuché su videollamada.
-Una jugada de genio total -se jactaba con sus amigos.
Su amnesia era un falso «pase libre» para perseguir a la influencer Chloe Vance antes de nuestra boda.
Con el corazón destrozado, fingí creerle.
Soporté su coqueteo abierto con Chloe y sus selfis provocadores.
Se burló de mi angustia, priorizando la falsa emergencia de Chloe.
Después de un accidente que él causó, me abandonó herida, eligiendo enviar a Chloe al hospital primero.
Incluso intentó cortarme el grifo financiero.
¿Cómo podía mi prometido ser este monstruo cruel y calculador?
Su traición envenenaba cada recuerdo.
Me sentí como una tonta por confiar en una crueldad tan ilimitada.
Su audacia me dejó aturdida.
Pero no sería su víctima.
En lugar de romperme, un plan frío se formó.
Me despojaría de mi identidad, me convertiría en Olivia Carter.
Desaparecería, dejándolo a él, a mi pasado y a su anillo de compromiso atrás para siempre, reclamando mi libertad. Mi Venganza, Mi Renacer
Gavin El zumbido monótono del aire acondicionado no podía acallar mis propios gritos internos.
Después de dos días y dos noches suplicando, las palabras finalmente escaparon de mis labios resecos:
"Tía, por favor. Cancela la boda."
Mi tía Elena, la CEO de moda más importante del país, me analizaba con sus ojos afilados.
Yo creí que Carlos Torres, con su sonrisa encantadora, era mi príncipe azul.
Pero él me prometió el paraíso mientras excavaba mi tumba.
Recuerdo el metal frío contra mi piel, el olor a gasolina y su risa mezclada con la de Blanca Ruiz.
Me dejaron por muerta, arruinada y humillada.
Pero de alguna manera, desperté en mi cama, tres años antes de la tragedia, el día de mi compromiso oficial con él.
El terror era demasiado real, un veneno helado que corría por mis venas.
"Tía, quiero cumplir mi compromiso con la familia Delgado."
Mi tía frunció el ceño.
"¿Los Delgado? ¿Los productores de aguacate del norte? Fue una broma entre amigos."
"Para mí es real," dije con una firmeza que no sabía que poseía.
Mi vida anterior me enseñó que Ricardo Delgado era un hombre de honor.
Justo entonces, Carlos Torres irrumpió en la oficina, ignorándome por completo, hasta que sus ojos fríos se posaron en mí.
"Sofía. ¿Qué demonios estás haciendo aquí? Deberías estar en casa, preparándote para la fiesta de compromiso de esta noche."
Su voz, baja y amenazante, me paralizó de pánico.
"Se quedará conmigo," dijo mi tía, interponiéndose. "Ahora, si me disculpas, tenemos mucho de qué hablar."
Carlos se inclinó, su tono peligrosamente suave.
"Puedes esconderte detrás de tu tía todo lo que quieras, Sofía. Pero eres mía. Y harás lo que yo te diga."
Caí de rodillas, temblando incontrolablemente.
Esa misma noche, Carlos irrumpió en el penthouse.
"Te dije que vendría por ti," dijo con una calma que precedía a la tormenta.
"Ya no soy tu prometida," repliqué.
Él me agarró del brazo, con fuerza brutal.
"No vas a cancelar nada. Te lastimaré mucho más si sigues desafiándome."
Su mano se estrelló contra mi mejilla, enviándome al suelo.
Blanca Ruiz entró, fingiendo preocupación, y luego se llevó una mano al vientre, interrumpiendo todo.
"Oh… el bebé… creo que la tensión me está afectando."
Carlos, absorto en ella, me miró con una crueldad inhumana.
"¿Ves lo que provocas? Con tus estupideces, estás poniendo en riesgo a mi hijo."
"Ese hijo ni siquiera es tuyo, Carlos," solté, llena de un odio que no conocía.
En mi última vida, descubrí su engaño.
Él me agarró del pelo y me arrastró hasta una bodega oscura, sin ventanas.
"Te quedarás aquí hasta que aprendas a comportarte. Quizás un poco de tiempo a solas te ayude a recordar cuál es tu lugar."
La oscuridad era total.
El pánico se apoderó de mí, arañando mi garganta, asfixiándome.
"¡Carlos! ¡Sácame de aquí! ¡Por favor!"
Se rió.
"Oh, sí me atrevo, Sofía. Y cuando decida sacarte, rogarás por casarte conmigo."
La puerta se cerró con un golpe sordo, seguido por el sonido de la llave girando.
Me acurruqué en un rincón, temblando.
Estaba rota.
Las horas se desdibujaron, y el terror infantil de la oscuridad regresó.
Las sombras tomaron forma, susurrando mi nombre.
En medio de la locura, mis padres aparecieron en una luz cálida.
"Estamos aquí, mi niña. Todo está bien. Ven con nosotros."
Estiré mi mano para tocarlos.
Pero la puerta se abrió de golpe, y la voz de mi tía Elena rompió el hechizo.
"Sofía, por Dios, ¿qué está pasando? ¿Ese hombre te ha hecho algo?"
Las empleadas susurraron sobre Carlos y Blanca riendo, mientras yo me perdía en la oscuridad.
Una rabia fría y dura como el acero comenzó a gestarse en mí.
No volvería a ser su víctima.
"Tía," dije, mi voz aún débil pero firme. "Llama a los Delgado. Diles que acepto. Me casaré con Ricardo Delgado. Me iré al norte. Lo más lejos posible de aquí." Amor Roto, Venganza Fría
Gavin Las luces del gran salón me bañaban, pero su calor no me alcanzaba.
Alejandro, el hombre que controlaba mi mundo, me soltó la mano en medio de la pista de baile, dejándome varada en el centro de todas las miradas.
Luego, apareció ella: Camila. Una versión más joven y brillante de mí, el "original" que Alejandro siempre había querido.
De ser su reina, me convertí en un prototipo desechable, una humillación pública que se selló cuando él la condujo de nuevo a mi pista, en mi lugar.
Fui arrastrada a una celda, acusada de un crimen que no cometí.
Incluso la muerte se cebó con mi última esperanza cuando Alejandro, el hombre que decía amarme, asesinó a mis padres en un acto de venganza demencial.
¿Cómo pudo ese amor convertirse en tal monstruosidad?
¿Era yo solo una suplente, un ensayo para su verdadero deseo?
Pero en el fondo de ese abismo, un fuego se encendió.
La desesperación se transformó en pura rabia, en una promesa helada.
El juego no había terminado.
Ahora, viviría para verlo arder.
Y no, no estoy sola en esto. Matrimonio Por Contrato: Mi Decisión
Gavin Nací en una jaula de oro, Ximena Rojas, la única heredera del imperio Textil Rojas.
Mi padre, inflexible, anunció mi destino: casarme con uno de los "muchachos", esos huérfanos que crió y que yo, tontamente, creía mis hermanos.
Mi corazón latía por Alejandro, el más carismático, hasta que lo escuché en el jardín, susurrando a otra mujer, Sofía: "Solo un poco más, en cuanto me case con esa tonta heredera y asegure el control, tú y yo tendremos el mundo a nuestros pies".
Cada palabra fue un golpe, yo era solo "un escalón, una herramienta".
El dolor me inundó, al ver el desprecio en los ojos del hombre al que amaba.
Las lágrimas querían brotar, pero se congelaron por una furia helada que nunca antes había sentido, transformándose en una claridad cegadora.
Si yo era una herramienta, entonces yo elegiría mis propias batallas, no sería el premio de consolación de nadie.
Marqué el número de mi asistente. "Laura, quiero que investigues a Ricardo Morales, el genio financiero que tuvo el accidente, el que quedó en silla de ruedas".
Su aliento se contuvo. "¿Está segura, señorita Ximena?".
"Completamente. Y quiero que le hagas llegar una propuesta de matrimonio de mi parte".
La Ximena ingenua había muerto, ahora las riendas de mi vida estaban por fin en mis manos.