Rabbit
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Libros y Cuentos de Rabbit
Una Decepción de Cinco Años, Una Venganza de Por Vida
Cuentos Yo era la heredera perdida de los De la Torre, finalmente de vuelta en casa después de una infancia en orfanatos. Mis padres me adoraban, mi esposo me idolatraba, y la mujer que intentó arruinar mi vida, Kiara Robles, estaba encerrada en un psiquiátrico. Estaba a salvo. Me sentía amada.
En mi cumpleaños, decidí sorprender a mi esposo, Iván, en su oficina. Pero no estaba ahí.
Lo encontré en una galería de arte privada al otro lado de la ciudad. Estaba con Kiara.
Ella no estaba en ningún psiquiátrico. Estaba radiante, riendo al lado de mi esposo y de su hijo de cinco años. A través del cristal, vi cómo Iván la besaba, un gesto familiar y cariñoso que había usado conmigo esa misma mañana.
Me acerqué sigilosamente y los escuché. Mi deseo de cumpleaños de ir al parque de diversiones había sido rechazado porque él ya le había prometido el parque entero a su hijo, cuyo cumpleaños era el mismo día que el mío.
—Está tan agradecida de tener una familia que se creería cualquier cosa que le dijéramos —dijo Iván, con una crueldad en la voz que me robó el aliento—. Casi da lástima.
Toda mi realidad —mis padres amorosos que financiaban esta vida secreta, mi esposo devoto— era una mentira de cinco años. Yo solo era la tonta que mantenían en el escenario.
Mi celular vibró. Era un mensaje de Iván, enviado mientras estaba con su verdadera familia.
"Apenas saliendo de la junta. Agotador. Te extraño".
Esa mentira casual fue el golpe final. Creían que yo era una huérfana patética y agradecida a la que podían controlar.
Estaban a punto de descubrir lo muy equivocados que estaban. El hijo secreto del CEO y su esposa doctora
Cuentos La vida secreta de mi esposo entró a mi consultorio en mi primer día como Jefa de Residentes: un niño de cuatro años con los ojos de su padre y una rara alergia hereditaria que yo conocía demasiado bien.
Emilio, el hombre con el que me casé, el brillante rival que juró que no podía vivir sin mí, tenía otra familia.
En la gala de aniversario de su empresa, su hijo me gritó en público que yo era una mala mujer que intentaba robarle a su papá. Cuando di un paso hacia el niño, Emilio me empujó al suelo para protegerlo. Me golpeé la cabeza y, mientras la vida de nuestro hijo nonato se desangraba, él se alejó sin siquiera voltear a verme.
Nunca me visitó en el hospital. Me dejó lidiar sola con la pérdida de nuestro bebé. Fue entonces cuando supe que el hombre que amaba realmente se había ido, y que nuestros cinco años de matrimonio habían sido una mentira.
Su amante intentó terminar el trabajo, empujándome por un acantilado hacia el mar. Pero sobreviví. Y mientras el mundo lamentaba la muerte de Elena Torres, yo abordaba un avión a Zúrich, lista para comenzar mi nueva vida. Exiliada por mi pareja, coronada por rufianes
Cuentos Después de siete años en un calabozo por un crimen que no cometí, mi compañero destinado, el Alfa que dejó que me arrastraran, finalmente abrió la puerta de mi celda.
Anunció que tomaría mi lugar como su Luna, no por amor, sino porque la ley lo exigía.
Pero en el momento en que llegó una frenética conexión mental de que su preciosa Serafina -mi hermana adoptiva, la que me tendió la trampa- tenía problemas para respirar, me abandonó sin siquiera mirarme.
Esa noche, acurrucada en una choza polvorienta, escuché la conversación secreta de mis propios padres. Planeaban exiliarme. Permanentemente.
Mi regreso había alterado a Serafina, y su "débil corazón" no podía soportar el impacto.
Yacía allí en la oscuridad, sin sentir nada. Ni sorpresa. Ni siquiera dolor. Solo un frío profundo y vacío. Me estaban desechando. Otra vez.
Pero mientras tramaban mi exilio, un mensaje secreto llegó para mí: una oferta de escape. Una nueva vida en un santuario lejos, en el norte, donde podría dejar atrás a la Manada Luna Negra para siempre.
Creían que se estaban deshaciendo de mí.
Lo que no sabían es que yo ya me había ido. El plan de divorcio de 100 puntos
Cuentos Durante tres años, documenté la lenta muerte de mi matrimonio en un diario de pasta negra. Era mi plan de divorcio de 100 puntos: por cada vez que mi esposo, Bruno, elegía a su primer amor, Adriana, por encima de mí, yo restaba puntos. Cuando el marcador llegara a cero, me iría.
Los últimos puntos se desvanecieron la noche en que me dejó desangrándome tras un accidente de auto. Tenía ocho semanas de embarazo del hijo por el que tanto habíamos rezado.
En la sala de urgencias, las enfermeras lo llamaban frenéticamente, al cirujano estrella del mismo hospital en el que yo me estaba muriendo.
—Doctor Santos, tenemos a una paciente sin identificar, O negativo, se está desangrando. Está embarazada y estamos a punto de perderlos a ambos. Necesitamos que autorice una transfusión de sangre de emergencia.
Su voz sonó por el altavoz, fría y cortante.
—No puedo. Mi prioridad es la señorita Villarreal. Hagan lo que puedan por la paciente, pero no puedo desviar nada en este momento.
Colgó. Condenó a su propio hijo a la muerte para asegurarse de que su exnovia tuviera recursos disponibles después de un procedimiento menor. Cuando el amor muere, la venganza nace
Cuentos El día que enterramos a mi hijo de cuatro años, Leo, asesinado en un atropello y fuga, la conductora, Karyn Montes, apareció junto a su tumba. Sonrió, dejó caer el juguete favorito de Leo en su ataúd abierto y lo llamó «una cosita torpe».
Mi esposo, el Fiscal General del Estado, David Barrios, el pilar de la ciudad, se quedó a mi lado, en silencio. Yo, una periodista de investigación, sabía que encontraría justicia. Tenía las pruebas, el testigo, una trayectoria ganadora del Premio Nacional de Periodismo.
Pero Karyn Montes era diferente. El juez, un títere de su poderoso padre, desestimó todo. Salió libre. Entonces, el alguacil gritó mi nombre. «Eva Benítez, queda usted arrestada». Mi propio esposo, el padre de Leo, me procesó por negligencia criminal. Convirtió mi dolor, mi búsqueda frenética de la verdad, en una obsesión paranoica.
Mi mejor amiga, Cheri, testificó en mi contra, afirmando que yo era inestable. El jurado me declaró culpable. Tres años en un penal de máxima seguridad. Por ser una madre en duelo. Por perder a mi hijo. Perdí otro hijo en la cárcel, un secreto que enterré en lo más profundo.
¿Por qué? ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué me traicionó?
El día que salí libre, lo encontré en la tumba de Leo, con Karyn y su hijo. «Papi, ¿ya podemos ir por un helado?». Karyn arrulló: «Tenemos que saludar a tu hermano». Mi mundo se hizo pedazos. No solo me había incriminado; me había reemplazado. Había reemplazado a nuestro hijo. Persiguiendo una estatua: Ocho años perdidos
Cuentos Pasé ocho años de mi vida intentando darle calor a una estatua. Durante seis años, perseguí a Bruno Kane, "el Santo de Reforma", y por dos más, viví en un matrimonio vacío y sin consumar, creyendo que mi amor podría derretir su corazón de hielo.
Estaba equivocada. La verdad no era otra mujer; era una muñeca. Encontré a mi esposo en una capilla secreta, rezándole a una muñeca de tamaño real con el rostro de su hermana adoptiva, Caridad. Confesó su amor prohibido por ella, llamando a nuestro matrimonio una jaula que tenía que soportar.
Cuando intenté irme, Caridad me rompió una botella en la cabeza. Desperté en el hospital con doce puntadas, pero Bruno no estaba allí. Estaba consolándola a ella, atendiendo un rasguño en su mejilla mientras yo me desangraba. Incluso usó su poder para hacer desaparecer mi denuncia policial, calificándolo como un "penoso asunto familiar". La Esposa Descartada: El Ascenso de una Leyenda Legal
Cuentos Por tres años, renuncié a mi vida como "Némesis", la abogada invicta, para ser la esposa perfecta del fiscal estrella de la Ciudad de México, Santiago Vargas. Cambié mis expedientes legales por libros de cocina, creyendo que podía sanar al hombre que amaba.
En nuestro aniversario, llegó a casa borracho, me besó desesperadamente y susurró el nombre de otra mujer.
"Valeria", suspiró. "Sabía que volverías a mí".
Pero el veredicto final sobre nuestro matrimonio llegó en un restaurante. Cuando un mesero derramó una jarra de café hirviendo, Santiago no dudó. Se abalanzó para proteger a su exnovia, Valeria, de unas cuantas gotas.
El resto de la jarra cayó sobre mi brazo, causándome quemaduras de segundo grado. Él entró en pánico por las leves marcas rojas en la mano de Valeria, llevándola de urgencia a un hospital privado.
Ni siquiera miró mi piel ampollada. Solo me entregó su tarjeta de crédito.
"Toma un taxi a urgencias", dijo. "Te llamo al rato".
Ese fue el momento en que la esposa devota murió. Salí de ahí y nunca miré atrás. Tres meses después, me encontraba frente a él en un tribunal, representando al hombre que él estaba procesando en el caso más importante de su carrera.
No tenía idea de que la tranquila ama de casa que había desechado era la leyenda legal conocida como Némesis. Y estaba a punto de destruir su perfecto e impecable récord. Del Amor al Odio: Su Caída
Cuentos Después de cinco años de matrimonio y de darle un hijo, por fin me daban la bienvenida a la poderosa familia Garza. La regla era simple: da a luz a un varón y entrarás en el fideicomiso familiar. Yo había cumplido mi parte.
Pero en el despacho del abogado, descubrí que mi vida entera era una mentira. Mi esposo, Mateo, ya tenía una esposa registrada en el fideicomiso: Valeria Gómez, su novia de la prepa que supuestamente había muerto hacía una década.
Yo no era su esposa. Era una sustituta, un reemplazo para producir un heredero. Pronto, la "muerta" Valeria vivía en mi casa, durmiendo en mi cama. Cuando rompió deliberadamente las cenizas de mi abuela, Mateo no la culpó. Me encerró en el sótano para "darme una lección".
La traición definitiva llegó cuando usó a nuestro hijo enfermo, Agustín, como un peón. Para obligarme a revelar la ubicación de Valeria después de que ella fingiera su propio secuestro, arrancó el tubo de respiración del nebulizador de nuestro hijo.
Dejó que nuestro niño muriera mientras corría al lado de ella.
Después de que Agustín murió en mis brazos, el amor que sentía por Mateo se convirtió en un odio puro y gélido. Me golpeó junto a la tumba de nuestro hijo, pensando que podría quebrarme por completo.
Pero se había olvidado del poder notarial que yo había deslizado en una pila de escrituras de arquitectura. Lo firmó sin pensarlo dos veces, desestimando mi trabajo como algo sin importancia.
Esa arrogancia sería su perdición. Sus esposas, su traición, su redención
Cuentos Como único heredero de la dinastía Garza, me presentaron tres propuestas de matrimonio. Eran de las hijas de las familias más poderosas de Monterrey: Karla, Daniela y Jimena, mis amigas de la infancia, a quienes había amado toda mi vida.
Pero mi vida se convirtió en una serie de tragedias. Me casé con ellas, una por una, y una por una, murieron protegiendo al mismo hombre: Javier Cienfuegos, el hijo del administrador de nuestra hacienda.
En su lecho de muerte, mi tercera esposa, Jimena, me confesó la devastadora verdad.
—Nosotras solo amamos a Javier.
Me dijo que se casaron conmigo por mi poder, usando el apellido Garza como un escudo para mantener a salvo y en sus vidas a su amante de baja clase.
Mis matrimonios, sus muertes… todo fue una mentira. No fui un esposo; fui un guardaespaldas, un pendejo cornudo en su trágico romance.
Pasé toda una vida como un personaje secundario y morí viejo, solo, con la lástima de la ciudad como única compañía. Mi vida entera había sido una broma cruel, y yo era el remate.
Hasta que abrí los ojos de nuevo.
Tenía veinticuatro años, de pie frente a mis padres, con las mismas tres cajas de terciopelo sobre la mesa. La venganza del pintor: Amor redimido
Cuentos Esta era mi tercera boda. O al menos, se suponía que lo sería. El vestido blanco se sentía como el disfraz de una obra trágica que me obligaban a actuar una y otra vez. Mi prometido, Damián Ávila, estaba a mi lado, pero su mano aferraba el brazo de Elena Brandt, su "frágil" amiga.
De repente, Damián se llevaba a Elena lejos del altar, lejos de nuestros invitados, lejos de mí. Pero esta vez fue diferente. Regresó, me metió a la fuerza en su coche y me llevó a un claro remoto. Allí, me ató a un árbol, y Elena, ya sin su palidez, me abofeteó. Luego, Damián, el hombre que prometió protegerme, me golpeó, una y otra vez, por haber molestado a Elena.
Me dejó atada al árbol, sangrando y sola, bajo la lluvia torrencial. No era la primera vez. Hacía un año, Elena me atacó en nuestra boda y Damián la acunó mientras yo sangraba. Seis meses después, ella "accidentalmente" nos quemó a mi mejor amiga y a mí, y Damián le rompió la muñeca a mi amiga y luego mi mano de pintora para calmar a Elena. Mi carrera se había acabado.
Me quedé en el bosque, temblando, perdiendo el conocimiento. No. No puedo morir aquí. Me mordí el labio, luchando por mantenerme despierta. Mis padres. El negocio familiar. Era lo único que me mantenía aferrada a la vida.
Desperté en un hospital, con mi madre a mi lado. Tenía la garganta destrozada, pero tenía que hacer una llamada. Marqué un número internacional, uno que había memorizado hace mucho tiempo.
—Soy Alana Myers —grazné.
—Acepto el matrimonio. Todos los bienes de mi familia transferidos a sus cuentas para su protección. Y nos sacan del país. Un doble para su obsesión
Cuentos Fui la artista contratada para ser la acompañante del solitario multimillonario, Damián Ferrer. Me enamoré del hombre roto que creía estar salvando.
Entonces descubrí la verdad. Grababa en secreto nuestros momentos íntimos, solo para usar tecnología deepfake y reemplazar mi cara con la de mi hermanastra, Coral. Yo no era su amante; era un doble de cuerpo para su obsesión.
Cuando Coral me incriminó por agresión, Damián no solo le creyó, sino que observó cómo sus guardias me golpeaban. Más tarde, envió matones para destrozarme la mano derecha, destruyendo mi carrera como artista.
Para proteger la reputación de Coral antes de su boda, me hizo encerrar en un centro de detención, llamándome fríamente un "juguete" con el que ya había terminado.
Destruyó mi cuerpo, mi carrera y mi corazón, todo por una mujer que le mentía en la cara.
Pero en esa celda fría, recibí una oferta del padrastro que una vez me había echado. Quería que me casara con un heredero tecnológico discapacitado, Kael Mendoza, a cambio del enorme fideicomiso de mi madre.
Acepté el trato. Salí de esa cárcel, dejé la ciudad y volé para casarme con un extraño, eligiendo finalmente escapar del hombre que me rompió. Las Cenizas del Amor: Un Precio Amargo
Cuentos El mundo veía a mi esposo, Damián, como un héroe trágico, atado a mí por honor mientras su corazón le pertenecía a su amor de la infancia, Carla. Yo también lo creía, dispuesta a soportar el dolor por su bien.
En nuestro aniversario, llegó a casa con ella. No solo ignoró la cena especial que había preparado; agarró el mantel y mandó toda nuestra cena de aniversario a estrellarse contra el suelo en un estruendo ensordecedor de cristal y porcelana.
Me estampó contra la pared, su beso fue brutal, y me susurró que lastimarme era su forma de torturarla a ella.
Así se convirtió nuestra vida. Le regaló a ella una réplica del regalo más preciado de mi difunta madre. En el aniversario de la muerte de nuestro primer bebé, me dejó sola en mi duelo para consolar a Carla porque su gato se había muerto. Cuando regresó, arrojó al fuego los diminutos escarpines que yo había tejido para nuestro hijo.
Perdí otro embarazo, esta vez de gemelos. En el hospital, me abandonó para ir a jugar tenis con ella porque estaba aburrida.
La gota que derramó el vaso fue cuando Carla esparció las cenizas de nuestros gemelos al viento. Él vio mi dolor, escuchó mis gritos y la defendió.
—El daño no intencional no es un delito, Jimena —dijo.
En ese instante, la mujer que él conocía como Jimena murió. Tomé las pastillas que la borrarían para siempre, permitiéndome a mí —Iris— tomar el control. Le puede gustar
Su venganza fue su brillantez
Lazy Sunday "Elliana, la ""patita fea"" rechazada por su familia, fue humillada por su hermanastra Paige, la admirada por todos, comprometida con el CEO Cole, era la mujer más arrogante... hasta que él se casó con Elliana el día de la boda. Todos, atónitos, se preguntaron por qué había elegido a la mujer ""fea"".
Mientras esperaban que la despreciaran, Elliana dejó a todos boquiabiertos al revelar su verdadera identidad: una sanadora milagrosa, magnate financiera, una experta en valuación y una mente maestra en la IA.
Cuando quienes la maltrataron se arrepintieron amargamente y suplicaron perdón, Cole desveló una foto impactante de Elliana sin maquillaje, causando conmoción en los medios:
""Mi esposa no necesita la aprobación de nadie""." De exesposa humilde a magnate brillante
Dream Weaver Durante tres años, Christina se dedicó totalmente a cuidar su amado, solo para que el hombre en quien confiaba la desechara sin piedad. Para colmo, él trajo a su nueva amante, convirtiéndola en el hazmerreír de la ciudad. Liberada, perfeccionó sus talentos olvidados y dejó a todos boquiabiertos con un éxito tras otro. Cuando su exmarido descubrió que en realidad ella siempre era un tesoro, el remordimiento lo llevó a buscarla de nuevo. "Cariño, volvamos". Con una sonrisa fría, Christina le escupió: "Déjame en paz". En ese momento, un magnate impecablemente vestido la rodeó con su brazo: "Ahora está casada conmigo. ¡Guardias, sáquenlo ahora!". La receta amor: la pueblerina es una doctora extraordinaria
Caspian Noir Para la mayoría, Verena era una doctora de clínica rural, pero la realidad era que prácticamente hacía milagros.
Tres años después de que Isaac se enamorara perdidamente de ella y pasara noches en vela de soledad, un accidente lo dejó en silla de ruedas y le arrebató la memoria.
Para mantenerlo con vida, Verena se casó con él, solo para escuchar: "Jamás podré amarte".
Ella simplemente sonrió y respondió: "Eso está bien, yo tampoco estoy enamorada de ti".
Atrapado en la duda, él se alejó de la esperanza, pero ella mantuvo la paciencia y arrodillándolo para mirarlo a los ojos, le acarició la cabeza hasta que lo tranquilizó. Luego, le dedicó una sonrisa resplandeciente avivó sentimientos que Isaac creía perdidos para siempre. Enamorarme de ella después del divorcio
PR Stella Richard se casó con Rene Kingston en lugar de su hermana Sophia por algunas razones. Pero desde el principio, ella sabe que su matrimonio era solo un contrato por tiempo límite y una vez que se cumplió el tiempo, ella tenía que irse. Para RK, este matrimonio fue solo una carga, pero para ella fue un regalo de Dios. Porque RK era el hombre al que había amado toda su juventud... Entonces, mientras tanto de su matrimonio, Stella hizo todo lo posible para que este matrimonio funcionara. Pero el día que descubrió que estaba embarazada, su esposo le dio el papel de divorcio y le dijo... "No quiero a este niño. No olvides abortar". Estas palabras salen de su boca, como una bomba para Stella, y cambiaron su vida... Ella firmó su nombre en el papel de divorcio y salió de la casa... Porque ella no quiere estar con un hombre tan frío... Seis años después... RK compró la empresa en la que trabajaba Stella. Pero Stella hizo todo lo posible por no tener nada que ver con él... Porque ella tenía un hijo y no quería que él se enterara de él... Pero un día, cuando Stella recogió a su hijo de la escuela, él la vio... RK, "¿Cómo te atreves a tener un hijo con otro hombre?" Stella, "No creo que tenga nada que ver contigo". RK estaba a punto de decir más cuando su mirada se posó en el niño a su lado... Su rostro se veía igual que cuando era joven... Fácil fue amarla, difícil fue dejarla
Anna Stella alguna vez disfrutó de la devoción de Marc, pero su crueldad oculta la lastimó profundamente. Mientras él enviaba mensajes coquetos a su amante, ella quemó la foto de bodas frente a él. Con el pecho apretado y los ojos encendidos, Stella le dio una bofetada. Luego borró todo rastro de su identidad, se unió a una misión de investigación confidencial, desapareció sin dejar rastro y le dejó una bomba secreta. El día del lanzamiento, Stella se fue; esa misma mañana, el imperio de Marc se vino abajo. Todo lo que encontró fue el certificado de defunción de su esposa, y su corazón se hundió. Cuando volvieron a verse, fue en una gala. Stella, elegante, estaba junto a un magnate. Marc le suplicó que volviera. Ella, con una sonrisa burlona, respondió: "No me mereces, hombre". Yo soy tuya y tú eres mío
Bank Brook Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada.
Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor.
Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos.
Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo.
Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre.
En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló.
Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".