Pensó que sería divertido, pero ahí estaba.
El frío de la noche lo envolvía causándole cierto escalofrío que lo tenía sin cuidado.
No se sentía para nada correcto el estar en el medio de ese bosque a esas horas de la noche.
- ¿Están seguros de que aquí estamos a salvo?
El moreno continuaba abrazándose a sí mismo para darse algo de calor, temblaba y no estaba seguro de si era solo por frío o el miedo ya estaba teniendo efecto en él, esperaba que fuera la primera.
-No va a pasar nada, Ethan, por favor, no seas tan aguafiestas.
El castaño parecía bastante tranquilo, pero en la oscuridad de la noche su temor no era para nada visible. Estaba asustado, la idea había sido suya, claro que no iba a dejar que sus dos amigos lo supieran.
-Harry, si muero hoy, déjame decirte que haré tu vida miserable en el infierno.
Isaac amenazó mientras caminaba un poco más atrás que los otros dos chicos.
Lo único que podía percibirse era el ruido de las hojas de los árboles al ser movidas por el frío viento de aquella oscura noche. Solo eso, nada más y nada menos.
Un aullido los mantuvo algo alerta.
¿Acaso había lobos ahí? No sabían que en aquel solitario y perdido bosque podría haber siquiera algún tipo de animal, parecía ser un bosque olvidado, uno del que nadie conoce absolutamente nada.