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Una esclava para el jefe

Una esclava para el jefe

Mary Lundh

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Capítulo

Un encuentro accidental desata una obsesión en el conocido millonario narcisista Marcus Castle, jamás pensó que una simple sonrisa le hubiera llevado a la locura y acometer el acto más despreciable de su vida, Anne es una joven llena de vida y muy optimista qué lucha día a día para sobrevivir, en una tarde atroz comete el grave error de cruzarse con el Playboy más famoso de la ciudad, y si eso no fuese suficientemente malo termina arruinándole un traje italiano, creyó que sería su fin, ya que apenas le alcanzaba para pagar las cuentas de la Universidad, quién diría que un simple acto suyo llevaría a un hombre a los extremos para vengarse?, pues cuando Anne pierde su trabajo por el incidente, se postula para ser la asistente del mismo hombre que la arruinó, Marcus aprovecha la ocasión para desquitarse de la mujer que le hizo perder millones de dólares a causa de un retraso, a principio a Anne no le parece tan malo trabajar para él, por supuesto eso fue hasta que descubrió que había firmado una sentencia de esclavitud, al tener que trabajar 24 horas al día para satisfacer a un hombre que se creía el dueño del mundo

Capítulo 1 La pequeña Sanders

Anne Sanders corría por la vida como si fuese un maratón, después de terminar el colegio con honores se postuló para una beca universitaria que ganó sin mucho esfuerzo porque reunía todos los requisitos básicos, era pobre, inteligente y de un pequeño lugar, abandonó su pueblo natal esperanzada al ser la primera mujer de su familia en ir en busca de un título universitario, como tenía 2 hermanas menores esperaba que sus logros aseguraran el futuro de su madre y de sus hermanas, ellas fueron abandonadas por su padre cuando la tercera hija estaba en camino.

Su madre trabajó duro para mantenerlas y ya era hora de que ella ganara dinero para ayudarle. Pensó que con la beca todo estaría arreglado, pero cuando llegó para inscribirse en la universidad se dio cuenta de que la beca solo cubriría un 50 % de los aranceles de las cuotas y no incluía materiales de estudio, vivienda o alimento para subsistir, empezó a trabajar antes que terminara el dinero para el motel, y ni bien obtuvo el trabajo se mudó a vivir en un departamento compartido por varios estudiantes, se dividían el pago del alquiler y los gastos de la casa, de esa manera ella tenía menos gastos y podía pagar el préstamo estudiantil que tuvo que hacer en el banco para cubrir sus gastos del primer año en la universidad.

Después de 3 años ya se había acostumbrado a la locura citadina, viniendo de un pueblo tan pequeño no estaba acostumbrada a la vida corrida de la ciudad, pero ahora ya se sentía cómoda allí, despertaba temprano para ir a sus reuniones de tesis y por las tardes trabajaba en una cafetería en la zona más concurrida de la metrópoli, no le pagaban mucho, pero siempre podía ganar buenas propinas cuando hacía uso de su amabilidad, no podía aspirar a más sin un título o experiencia previa, en el pasado no tuvo que trabajar porque se quedaba en casa cuidando a sus hermanas más pequeñas, así que ahora esperaba terminar su proceso de titulación y postularse para un trabajo real.

- ¡Oye! Anne ¿ya tienes el dinero para la renta?

- Lo siento Beth, me tienen que pagar en estos días, cuando lo tenga te lo paso

- De acuerdo, pero no te olvides, máximo hasta el fin de semana tenemos para pagar, el mes pasado ya nos hemos atrasado por tu culpa

- Lo siento, mi jefe siempre nos paga el 5 de cada mes, te prometo que para entonces ya lo tendré

- Está bien, ah ¿podrías sacar la basura antes de irte? Acabo de pintarme las uñas y no las quiero arruinar

- De acuerdo… — bufó de mala gana, siempre terminaba haciendo todo porque la diva no podía arruinarse las uñas

Saliendo para el trabajo, se encontró con otra notificación de cuotas vencidas del banco en el buzón, tenía que pagar su préstamo cuanto antes o le cobrarían más intereses por el retraso, apenas le alcanzaba para pagar la cuota normal, no podía darse el lujo de que le aumentaran los pagos mensuales, su día estaba siendo pésimo, esa mañana el chico que le gustaba se puso de novio con una de sus compañeras, ahora tenía que rogar para que le adelantaran el salario, llegó puntualmente como de costumbre para limpiar antes de ponerse el delantal y atender a los clientes

- Anne hoy tienen que llegar nuestros suministros, necesito que revises que estén todos los productos, iré al banco a hacer un depósito trataré de volver en la brevedad posible

- Si señor, yo me encargo

- No te olvides de checar que el café sea realmente de origen colombiano, la última vez nos mandaron otro

- Sí señor… Ah quería preguntarle sobre el pago, ¿esta vez podría pagarme antes del 5?, tengo que cubrir la cuota del préstamo estudiantil

- Cuando termine tu turno ven a mi oficina y lo hablaremos

- De acuerdo señor, me ocuparé de atender a los clientes mientras aguardo al repartidor

- No te olvides, nada de café que no sea colombiano, si te traen otro tipo de café mándalos al infierno

- Sí señor — se rio, el señor Pitt era un hombre mandón y fácil de irritar, pero a veces su humor le agradaba

La tarde estaba transcurriendo como de costumbre, sin mucho drama hasta que ese hombre entró por la puerta, cuando lo vio quedó estupefacta como si estuviese viendo a un espejismo, esos que ves cuando estás muriendo de sed en el desierto, la garganta se le secó, de pronto sí se estaba muriendo de sed, el hombre caminaba en su dirección y estaba hablando con otro sin prestarle ninguna atención, pasó por ella como si fuese invisible y se sentó en una de las mesas, cruzó las piernas, se sacó los anteojos y levantó una mano, y en ese momento por alguna razón Anne pensó que su pésimo día había cambiado, y tenía razón, lo que no sabía era que había cambiado para algo mucho peor.

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Querido lector

Muchas gracias por leer esta novela, ha sido un gran placer para mí contar esta historia tan hermosa

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