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Se vende virginidad

Se vende virginidad

Verde Riso

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Capítulo

Soy América, hermoso nombre que eligió mi madre; también soy huérfana, ya que mi madre murió cuando yo tenía siete años y a mi padre no lo conocí. "¿Es posible odiar sin conocer?" Pues sí, yo odio a mi padre, no lo conozco y espero nunca hacerlo. Dejó a mi madre embarazada y jamás volvió, cuando mi madre murió, yo quedé en un orfanato esperando ser adoptada y ese día si llegó, ahora pertenezco a una buena familia que me ha criado con todos los lujos que puedan imaginar pero eso fue un negocio. Ahora mi madre adoptiva me cobra todo.

Capítulo 1 Mi cumpleaños

Hoy cumplo diecinueve años, debería estar feliz, pero no puedo porque sé que es cuestión de semanas para que me case con Vladimir. Solo con pensarlo me da asco; las leyes, hablemos de leyes, ¡son un asco! ¿Por qué permiten que una niña se casé?

"América, ya no eres una niña, ya eres adulta" si, es verdad, pero una adulta con problemas, sin dinero y chantajeada por mi madre.

Los matrimonios con tanta diferencia de edad, debería ser ilegal; tendría lógica si fuera alguien al menos de treinta años pero, este tipo me lleva como cincuenta años, cuando yo nací, probablemente él ya era abuelo.

"¡Aja, América, y los que si se aman de verdad, no tendrían derecho a casarse" ¿por qué tengo un bendito "yo" interior que me hace replantearme las cosas, pero aún así, me niego a creer que una jovencita de mi edad, se enamore de alguien que tiene cincuenta años.

-Soy Kelly -grita mi cuñada, mientras toca la puerta de mi habitación, provocando que mi corazón palpite fuerte, ya que estaba perdida en mis pensamientos, distraída analizando cosas y hablando mentalmente conmigo misma.

-Pasa -gritó yo también.

Me estoy maquillando para bajar a la fiesta de cumpleaños que mi adorada madre organizó para mi, "eso ante la gente" pero en realidad es para que conviva más tiempo con ese viejo verde; sí de algo estoy segura, es de que él patrocino esta gran fiesta.

-América, niña bella -se sienta a mi lado y me acaricia el cabello-. Sabes, Por mí no hay problema; cásate con Oliver -sus palabras me muestran que no estoy equivocada con ella, es una excelente persona y solo espero que Oliver sepa valorarla.

-No puedo, porque sé que después de eso la gente no lo va a mirar con buenos ojos y eso le puede afectar a su empresa y negocios -me pongo un poco de labial rojo-, estaré bien -le sonrió, no quiero que las personas que quiero, tengan problemas por mí, sola saldré de esto.

"Si algo tengo claro es de que hay mujeres en peor situación y salen adelante".

-Eres fuerte, ya sabes que no estás sola, nos tienes a tu hermano y a mí -me besa la frente.

-Gracias -nos damos un fuerte abrazo.

-Me voy, y apúrate que todos están preguntando por ti, además, ya vino esa tú amiga rara, la tatuada, que no sé cómo se llama -se levanta Kelly de mi lado.

-Larissa.

-Si esa, apúrate -sale de mi habitación y tengo ganas de llorar, pero ya lloré suficiente, no lloraré más, menos en este día.

Mi objetivo de esta noche y de todo el tiempo que pase casada, es aparentar ser fuerte ante ese viejo verde, no quiero que en mí, mire debilidad.

Maquillaje ligero, peinado sencillo que consiste en una trenza y un vestido ajustado a mi cuerpo. Es color rojo, largo y con un escote en la espalda. Lo eligió Bárbara disque para "mostrar el producto al comprador", me pongo mis tacones negros y salgo de la habitación; bajando las escaleras, sonrió al ver a Larissa esperándome pero también coqueteando con un chico. Es típico de mi amiga, ya quisiera ser más como ella, porque quizá si hubiera perdido mi virginidad, no me estuvieran vendiendo.

-¡Amiga, que guapa! -exclama Larissa, al verme-, eres tan bella -suspira y yo pienso que es una exageración-; mira -me señala al joven-, él es Jader, un amigo que acabo de conocer.

-¡Hola! -lo saludo de beso en la mejilla.

Él chico es simpático, pero no me siento muy cómoda con la forma en que me mira, lo hace como si quisiera comerme y hace tan solo segundos estaba coqueteando con Larissa, lo que no habla muy bien de él.

-Hola, soy amigo de tu hermano -informa el tipo, en forma de saludo y presentación.

-América -se aparece mi madre en el momento menos deseado-, te he buscado hasta debajo de las piedras, Vladimir te quiere ver -me tomó de mi mano derecha y me conduce hasta el salón principal-. Vladimir -saluda al viejo asqueroso-, mira quien ha venido a saludarte -me señala a mí y yo hago una cara de fastidio, quiero dejarle ver a cada instante que no me gusta y que lo único que provoca en mí, es asco.

-Hola, niña linda -toma mi mano y la besa; la apartó bruscamente y la limpió delante de sus ojos.

-¡Qué asco! -susurró, pero algo fuerte para que me escuchen.

-Que no se te olvide que pronto serás mi esposa -él viejo ríe de manera cínica.

Es gordo y muy blanco, cabello castaño y usa lentes; también es muy bajo de estatura; es feo, yo lo veo feo y esto que siempre he dicho que no hay persona fea, solo diversidad de belleza pero este tipo si es feo.

-¿Cómo se siente comprar?...

-¡Cállate! -me interrumpe Bárbara-, respeta a tu prometido.

-Déjala, Bárbara -habla el viejo ¡maldito!-, a esta potra yo la domo, espera que me la monte.

Nunca en mi vida había tenido tanto asco, solo de pensar a este viejo besándome, tocándome, me da náuseas y lo peor de todo es que es un viejo vulgar, corriente y abusador. He leído novelas donde las venden a hombres atractivos y terminan en un solo amor, pero ya veo que eso solo pasa en las novelas porque la vida real es diferente; cuanto quisiera que me vendieran a un hombre simpático en todos los aspectos o al menos que fuera linda persona pero es que nadie que sea bueno, va a comprar una virginidad.

-Madre -me dirijo a Bárbara que a pesar de todo, le habló con hipocresía, un día le haré pagar todo y cada una de las cosas que me está haciendo pasar-. ¿Me das permiso de tomarme una copa?

-Claro cariño, pero promete que tratarás mejor a tu futuro esposo.

-Prometido mío, prometo tratarte mejor -me dirijo a Vladímir con una notable falsa amabilidad, él solo sonríe.

-Serás fácil de domar, mi niña -él viejo me toma del mentón-; si te portas bien, te va a ir bien.

-Con permiso -le tomo la mano y se la alejo de mi cara.

Literalmente siento asco, es literalmente, pero sé que con un trago se pasará. Mientras el joven que atiende el bar, me sirve el trago, lo miro y puedo aceptar que es bastante atractivo, "debía perder mi virginidad con alguien como él", pero no, la vida es injusta.

No me importaría perder mi virginidad sin amor, ya que para mí, eso no tiene importancia, la primera vez solo es la primera de tantas, no le veo lo especial pero quisiera que fuera con alguien que me guste; o sea, yo pienso que todas las veces debe ser con alguien que te guste.

-Gracias -dijo, tomando la margarita como limonada, de la desesperación que siento, el alcohol ayuda un poco a pasar el mal sabor de boca que me deja ver a mi prometido.

-Alguien quiere tomar hasta perder la conciencia -Larissa se acerca a mí.

Ella anda con un vestido muy corto y ajustado a su figura; tacones de aguja; el cabello suelto y perfectamente alisado. Mi amiga no es lo más bonito que se pueda ver en las calles, pero tiene lo suyo. Es delgada, mucho para mí gusto; es alta, tiene buenas nalgas y tetas conforme su cuerpo; tiene unos labios carnosos al igual que yo y unos ojos de asiática ya que su papá es surcoreano y su mamá, estadounidense.

-Solo quiero olvidar por un rato mi vida de mierda -confieso-, otra por favor -le pido al joven.

-Pues estás así porque quieres, yo ya te dije -toma de su copa, veo que está con un martini, yo imito su gesto y le doy un trago a mi margarita-, escápate de este lugar.

-¿Para dónde voy a ir? Dime, nunca en mi vida he trabajado. ¿Quién querrá darme empleo? No sé hacer nada -me tomo lo que queda de mi margarita esperando encontrar una respuesta en el último trago.

Si en el cielo hay un dios, este sabe que he buscado empleos pero nadie me da, porque piden experiencia y en los que no, pagan tan poco que no podría vivir.

-Perdón amiga -pone cara de pena-, no sé qué decirte.

-No digas nada -la interrumpo-; saldré bien, solo tengo que aguantar a ese viejo asqueroso hasta que tenga dinero y me pueda divorcio y le saco dinero, a todo esto, le sacaré provecho -llamó al mulato con la mano, él de inmediato se acerca a nosotras, le señaló las copas vacías, entiende la señal y pronto tenemos nuestra ronda de vuelta.

-Hermanita -veo a Oliver acercarse a nosotras, me abraza y besa la frente-, te amo.

-Yo también te amo -lo abrazo fuerte.

-Larissa, te robaré a mi hermana un momento -mi hermano se dirige a Larissa quien sonríe y asiente.

Camino con Oliver que me conduce hasta el comedor, pasamos por la cocina y llegamos al cuarto de lavado.

-Dime, ¿qué pasa?

-Hablé con Kelly sobre...

-Ya lo sé -lo interrumpo-. Mira, si llegáramos a hacer eso, no se de que sería capaz Barbara, hablas como si no la conocieras, de todos modos le sacaré provecho, tampoco soy un Ángel.

-Tienes razón y yo no tengo todo el dinero que ella pide y no va a aceptar que le pague en cuotas -su rostro cambia a uno de dolor, puedo ver en sus ojos las ganas de llorar y lo impotente que se siente.

-Mírame -acuno su rostro entre mis manos-, estaré bien, tengo todo planeado, solo tengo que soportar a Vladimir un año, no más, luego me divorciaré y obvio le quitaré como mínimo la mitad de su dinero -mi hermano me da un abrazo fortalecedor.

-Yo sabía que eras muy fuerte pero jamás pensé que fueras tan de acero; estoy muy orgulloso de ti -nos separamos y le sonrió, veo en sus ojos que se siente un poco mejor.

-En lo que sí necesito tu ayuda y tiene que ser antes del matrimonio, es en un método para no quedar embarazada, no quiero un hijo no deseado con un maldito viejo; ya que estaré obligada a casarme, no quiero estar obligada a ser madre.

-Ni lo menciones, le diré a Kelly que te lleve con una ginecóloga.

Jader Smith

Llego a casa de Oliver, él es mucho mayor que yo, pero lo conozco porque es socio de mi papá. Soy hijo único y mi mamá murió hace dos años, así que solo soy yo y mi papá. Definitivamente no quería venir, ya que se trata del cumpleaños de la hermana de mi amigo y estás fiestas son algo aburridas.

Estoy aburrido en la barra tomando tequila, así que mejor voy a caminar un poco. Oliver anda en amoríos con su novia, no ha tenido la delicadeza o amabilidad de presentarme a alguna chica, aunque he de admitir, que he venido porque hay "díceres" que la cumpleañera es la cosa más hermosa que se puede llegar a ver a lo largo de la vida.

Caminando por un pasillo observo lo grande que es esta casa, tanto que parece un castillo de ensueño, es una gran mansión.

-Ten cuidado -escucho que me habla una chica, cuando mi cuerpo impacta con él de ella.

-Lo siento -me disculpo y nuestras miradas se encuentran-. Jamás había visto cosa tan bella -le halago y ella sonríe; "realmente es linda, si viene sola, quizá pueda pasarla bien"-. Soy Jader -le tiendo mi mano y ella la toma encantada.

-¡Amiga, que guapa! -veo a la chica que está a mi lado halagar a otra que viene bajando las escaleras-. Eres tan bella -y no exagera, porque realmente es linda- mira -le dice Larissa a su amiga-, él es Jader, un amigo que acabo de conocer -me presenta.

La joven es muy guapa, creo que cambiaré de chica. Es realmente hermosa; viene enfundada en un vestido rojo que deja poco a la imaginación, sus curvas son el sueño de todo hombre, es alta; no tan delgada, es más bien curvilínea; labios carnosos; ojos color miel y por supuesto, piel canela. Es lo más bello que he visto en mi corta vida.

-Hola -me sonríe y saluda de beso en la mejilla.

-Hola, soy amigo de tu hermano -le devuelvo el saludo.

Jamás pensé que la hermana de Oliver fuera tan guapa. Solo la había visto en fotos pero es que en persona, es otra cosa.

-América -se aparece la mamá de mi amigo-. Te he buscado hasta debajo las piedras, Vladimir te quiere ver -la tomó con brusquedad de la mano y se la lleva sin saludarnos ni dejar que ella se despidiera.

-Maldita viejo -escucho a Larissa renegar-, odio a esa señora -se cruza de brazos con su rostro descompuesto, se nota molesta.

-Sí, tiene un carácter complicado. ¿Quién es ese tal Vladimir? -le pregunto con mucha curiosidad imaginando que ha de ser el novio de la chica.

-Es un viejo verde que quiere casarse con mi amiga y como él es muy amigo de Bárbara, al parecer se va a casar con él. Vamos por unas bebidas -camino junto a ella. Me interesa su amiga, así que voy a aprovechar para sacarle información.

-Pero no la puede obligar, estamos en el siglo XXI.

-Es complicado; al parecer Bárbara necesita dinero y ese señor se lo dará y América no se puede negar porque aún no cumple veintidós y no tiene a donde ir y aunque tuviera, Bárbara la buscaría ya que es su madre y mi amiga sigue siendo menor de edad por el documento que firmaron, hasta sus veintidos estará libre -"que fácil es sacarle información a esta chica". Así que América es la princesa que necesita ser rescatada. ¡Que complicado!

-Un Martini -pide Larissa.

-Y a mi, un trago doble de tequila -Larissa me ve con la boca literalmente abierta.

-Te gusta lo fuerte -me dijo y le sonrió.

-Tu amiga, está en problemas por todos lados -le añado-. ¿No hay algo que se pueda hacer para salvarla?

-América te gusta ¿cierto? -me mira y sonríe pícara.

-Si -le sonrió y me sonrojo un poco de la pena, hace poco estaba coqueteando con ella y ahora estoy interesado en su amiga, eso no debe hablar bien de mí.

-No te preocupes, me gustas para ella o al menos me gustas más que ese maldito viejo -toma un trago de su copa y me mira a los ojos-; aquí lo único que podría salvar a mi amiga es que alguien, otra persona más indicada para ella, le dé el dinero que Bárbara necesita y se casé con ella; así la liberaría de las garras de esa arpía.

-¿Tiene que haber dinero de por medio? -pregunto mientras me tomo el tequila de un solo trago.

-Sí, ya que mi amiga aunque es mayor de edad, en el contrato de adopción, sale que estara emancipada hasta los veintidós o si se casa antes, pues antes, fue como para asegurar de que su familia adoptiva le diera los estudios universitarios; así que para que se pueda ir, tiene que ser casada, sino Bárbara la buscaría y le iría peor a América -veo que se termina su bebida y pide otro-, y si para casarse necesita la firma de Bárbara quien no firmará sin antes tener el dinero en sus manos.

-Qué cosas no, es increíble que la gente haga este tipo de cosas.

-Bueno guapo -me dice Larissa-; me voy, allá está mi amiga y veo que está tomando mucho, así que voy a ver como esta -se despide de mí con beso en la mejilla y veo como se marcha hasta donde se encuentra América.

Yo me quedo pensando en nuestra conversación, esto duele, es injusto que la obliguen a casarse y peor aún, que sea con un maldito viejo; algo se debe hacer pero definitivamente no se puede casar con ese viejo.

América

Después de hablar con mi hermano en el cuarto de lavado, regresé al salón principal a seguir tomando, solo el licor me hace olvidar lo miserable que soy, si fuera emancipada creo que sería alcohólica, gracias a Dios que el demonio de Bárbara no me permite tomar con frecuencia y aquí estoy de vuelta tomando como si el licor fuera agua. La fiesta cada vez se me hace más patética y aburrida; las ganas de salir corriendo se hacen presente; quiero correr hasta donde me den las piernas.

-¿Bailamos querida prometida? -escucho la asquerosa voz de Vladimir.

-Claro que sí -me volteo y tomo la mano que me ofrece-. ¿Cómo no bailar con mi futuro esposo? -entramos a la pista improvisada y nos movemos al ritmo de Romeo Santos.

-Ves, así te miras más hermosa; sigue portándote bien y te voy a dar todo lo que mereces -¡maldito viejo asqueroso!, me puedo portar bien solo para ponerle veneno al caldo, tal vez.

-¿No sientes el rechazo Vladimir? ¿De verdad piensas que mi comportamiento es genuino? Simplemente de nada me vale seguir peleando -escucho cómo cambian a reggaetón y mentalmente le doy gracias a Dios, ya que dudo que a este viejo le guste este género de música.

-La resignación es una buena señal; vamos a la barra, quiero tomar algo -me tomó de la mano y trató de conducirme a la barra pero yo no me muevo, quiero que comprenda que no seré si cordero mansevo.

-Aun no me has comprado, no tengo porque ir contigo donde tú quieras -me suelto de su agarre y él se pone rojo de la ira-, nos vemos luego querido prometido -me marcho sin esperar a que me diga algo.

Oliver

Veo al asqueroso Vladimir sentado en la barra con una cerveza en la mano. Es hora de dejarle unas cosas en claro a este viejo verde. Me acerco a él y me siento a su lado deseando que se muriera de un infarto pero la gente mala, ¡como cuesta para que muera!

-Una cerveza, por favor -le pido a uno de los barman e inmediatamente me la pasa.

-Vladimir, hace rato que te quería ver, para ser exactos, hace un poco más de dos semanas -él voltea a verme, parece estar molesto por algo.

-Dime, te escucho -toma su cerveza y me mira a la cara.

-No puedo impedir que tomes a mi hermana como esposa pero si te puedo asegurar que donde vea que maltratas a mi hermana, te denuncio y me va a valer una mierda que mi madre se vaya junto contigo a la cárcel.

-¿Me estás amenazando? -me interrumpe él muy bastardo.

-Pues no, yo diría que es más una advertencia pero si lo quieres ver como una amenaza, haya tú -se lo digo con toda la calma del mundo porque no quiero que la gente escuche-. Como te decía -continuó ya que no le he dejado claro lo que quiero-, América no está sola, me tiene a mí; así que nunca se te ocurra ponerle un dedo encima; ni aislarla de sus amistades o de mí, porque ya te dije que si haces algo así, simplemente te denuncio, aunque sea tu esposa, ella tiene derecho a salir y tener amigos; ya no estamos en tus tiempos de juventud, así que más te vale que lo que tienes de feo, no lo tengas de odioso -veo que se pone más molesto de lo que estaba, pero trata de calmarse.

-La cuidaré y le daré sus libertades...

-No he terminado -ahora soy yo quien interrumpe-; te voy a dar un consejo: trátala bien, nunca le vas a llegar a gustar como hombre pero quizá si la tratas bien, no te odio más de lo que ya te odia.

-Lo haré siempre y cuando me cumpla como mujer -eso que dijo me dio náuseas de solo pensar a este imbécil abusando de mi hermana; me dan ganas de golpearlo; me levanto y me voy sin decirle nada, ya que no aguanto las ganas de matarlo.

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Jamás pensé tenerlo entre mis piernas, dentro de mí, sintiendo su dulce respiración agitada y mirando su hermoso cuerpo encima mío, pero pasó, "¿cómo pasó?" No lo sé ni creo saberlo, todo fue tan rápido, paso tan de manera natural que ahora prefiero ni pensar en eso. Yo tan joven y él…, él simplemente tan lejano a mi, o al menos eso parecía. Diferente, distante, callado, demasiado reservado para mí gusto pero extremadamente atractivo, aunque había veces que me ponía a pensar si en realidad es atractivo o su manera de ser es la que me gusta. A veces decimos "atractivo" refiriéndonos a su físico, pero no nos damos cuenta de que quizá no encaja en el estereotipo de belleza, sino más bien, su aura es la que nos enamora; pero, ¿cómo le digo que lo amo? Y es que ni siquiera se si es amor o nada más es que el calor del momento, el fuego de la pasión que un día, conforme el tiempo se apagará. Él no muestra amor hacia mí, ¿será porque me mira demasiado joven y le preocupa el que dirán? Desde que lo conozco, mi mente es un lío lleno de preguntas sin respuesta, dudas que quizá él pueda despejar pero ¿cómo decirle…? ¿cómo hablarle? Si jamás me ha regalado una sonrisa, una sola, solo una, nada. Es tan neutro que intimida, que me da miedo y deseos de alejarme, quizá eso sea lo más sano pero cuando me decido a decir "hasta aquí", él me llama o me envía un mensaje de texto para verme y cuando menos lo pienso, ya lo tengo entre mis piernas. Escucho la risa de mi amiga, ella es la sobrina de él, por ella lo conocí, "por sus inventos estoy como estoy." Me retracto ante lo pensado, ella solo me lo presentó, fui yo la que comenzó a jugar al gato y al ratón donde yo me sentía como un felino y a él lo miraba como mi presa, pero resultó ser todo lo contrario, porque yo puedo tenerlo entre mis piernas pero él… Él me tiene a sus pies, quizá no tanto así, pero si algo tengo seguro es de que lo tengo impregnado en mi piel y muy dentro de mi corazón y pensamientos. ¿Será que él piensa en mí? Quizá sólo para cuando necesita sexo. Hay ocasiones en las que quisiera que todo esto fuera un sueño, despertar y conocerlo jamás. Todo sería diferente si mis padres aún vivieran, ¡maldito accidente! Siempre les agradeceré que fueron personas que trabajaban mucho y pensaban en nosotros y un futuro seguro, no eran egoístas, no pensaban solo en ellos o vivir el día a día. Siempre estuvieron pensando en el día que les tocará morir, pero jamás pensamos que sucedería tan pronto, mucho peor, jamás imaginé que mi único hermano muriera junto con mis padres. Si no fuera por mi loca amiga, estuviera muerta; jamás olvidaré el día en el que vertía veneno en mi café, ella llegó como enviada por el destino, sintió aquel olor repugnante en mi café y me hizo hablar. Tuve que decirle lo que le había puesto y sin juzgarme, no dudó en llevarme con la psicóloga de la preparatoria y ahora me encuentro bien, tengo mucho por vivir y lo único que quiero es que estén donde estén, mis padres se sientan orgullosos de mi. Con todos los derechos reservados

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