El refugiado

Valery García.

18:55 – Casa dos Garcías. “Bogotá. "Colombia.

Llegué a casa por otro día cansada de tanto trabajar, siento que mi cuerpo se va a desmayar de tanto esfuerzo que hago. Cerré la puerta y dejé escapar un suspiro cuando vi a mi papá una vez más en la sala fumando y bebiendo, pasa tanto que no puedo soportarlo más. ― Tengo veintiocho años y dejé la escuela de cocina por su culpa, en casa no teníamos mucho para comer, él no trabaja, todo el dinero que gana lo gasta en la calle. Así que decidí empezar a trabajar para ayudar en la casa.

― Papá, ¿cuántas veces te he dicho que no bebas ni fumes aquí? Me acerqué a él y soltó un resoplido.

― ¡No me importa, déjame en paz y ve a hacer la cena, tengo hambre!

Solo lo soporto porque nos guste o no, es mi único pariente vivo.

― Papá, estoy cansado del trabajo, no voy a hacer nada de comida en este momento. Él me miró. ― Y no sirve de nada mirarme así, no voy a hacer nada y si no te gusta, ¡vete a comer fuera!

Le doy la espalda.

"¡¡Maldita niña gorda!! ' Me di la vuelta y lo miré seriamente.

- ¡Sí, estoy gorda! Pero es esta gorda de aquí la que le da de comer el culo, es esta gorda de aquí la que paga las cosas dentro de esta casa de mierda, es esta gorda de aquí la que cocina la comida para un maldito borracho que no sabe hacer una mierda!! ! - Grité extremadamente irritado. — Es este gordo de aquí que limpia la casa, te limpia la puta ropa. ¡Así que mejor cállate y respétame, estoy gorda y estoy orgullosa de eso y nada va a cambiar eso!

No dijo nada y eso fue suficiente para mí.

Subí las escaleras y dejé escapar un pequeño suspiro, estoy cansado de todo, además de que la persona se joda haciendo cosas para este cabrón, ¿qué obtengo? Humillación, que se joda, porque no me voy a quedar callado y dejar que alguien se burle de mí. Sí, soy gorda y también negra, soy hermosa tal como soy, ninguna desgracia cambiará eso.

Entré a mi habitación y tiré mi bolso sobre la cama, tener dos trabajos es una lástima, trabajo en una panadería de seis horas al mediodía y desde una hora voy a trabajar a una cafetería cerca de casa. Estoy tan cansada que lo único que quería más era terminar la universidad primero y luego conseguir un trabajo para abrir mi restaurante.

― Pero... Mis sueños se desperdiciaron.

Caminé hacia el baño con pasos lentos debido al dolor en mis pies, quería tanto una bañera en este momento.