La chica a la que llamó práctica
ista de Va
dad, cada vista, cada nueva experiencia. Caminé kilómetros, dibujé maravillas arquitectónicas, aprendí a hacer pasta desde cero y bailé hasta que me dolieron
do por un mercado en Capri, sus piernas imposiblemente largas en shorts de diseñador. Félix y Bella, riendo en una cena a la luz de las velas, la mano de ella entrelazada con la de él. Félix y Bel
aba su relación, su vida lujosa y emocionante. La estaba presumiendo, presumiendo su supuesta felicid
-un comentario de un conocido mutuo apareció en el celu
practicada y educada, siempre estaba lista. - Ah, estoy viajando con Clau. A
ío frío por mi espalda. Era como un miembro fantasma, un dolor donde solía haber algo, aunque sabía que era mejor que no
viviendo, respirando, construyendo. El dolor se había atenuado, reemplazado por una tranquila sensación de paz. Podía pasar un día entero, a veces incluso dos, sin pensar en él en absoluto. Era una victoria, pequeña pero significativa.
r, que casi había olvidado, sonó. Era un número desconocido. Mi corazón se salt
Bue
onfundible. Sonaba... agitado-. ¿Dónde diablos estás? ¿Qué está pasando?
r del teléfono. - Estoy de
e. ¡Tu carta de aceptación del Tec llegó por correo, la vi! ¡Tus papás me dijeron que todavía ibas a la UNAM! -Sonaba genuinamen
o deliberadamente cualquier otra información-. Y
leria, ¿por qué? Teníamos todo planeado. Nuestros departamentos estaban prácticamente al lado. Incluso te conseguí esas
ión de un futuro compartido. La manipulación familiar, solo que esta vez,
eclaré, mi voz firme-. Vuelo
. ¿Después de todo? ¿Después de todos estos años? ¿Vas a tirar todo a l
spa de desafío encendiéndose dentro de mí-
Estás siendo... malagradecida! Si no regresas, Valeria, n
tó. Me había co
o a mi lista de bloqueados. Era una mentira, por supuesto. Iba a casa primero, a ver a mis
ca para el Tec ha sido confirmada oficialmente! ¡Han procesado tu ace
mezcla de orgullo y alivio.
ariño, ¿por qué no nos dijiste que cambiabas de universidad? Estábamos tan preocupados. Félix ha est
encé, mi voz suave pero firme-. Necesito decirles algo. No voy a la UNAM. V
a esencia de su traición, su indiferencia casual, su visión de mí como una conveniencia. Hablé de mi necesidad de construir
sito probar que puedo valerme por mí misma, lejos de todo... eso. Lejos
miné, mi mamá estaba llorando suavemente. Mi papá, usua
stamos... estamos tan orgullosos de ti, Valeria. Este es un gran
temblando-. Pero si esto es lo que necesitas, m
no le digan a Félix. No le digan sobre el Tec, ni que voy a casa primero. Dejen que piense que sigo viajando. Dejen
sando entre ellos. Luego, mi papá asintió, su expresión sombría pero deci
o que sea por ti, m
familia, pero la verdadera seguía ahí, inquebrantable, apoyando mi