La chica a la que llamó práctica
ista de Va
mposiblemente encantadora pegada al rostro, se inclinó para susurrarle algo a Bella. Ella soltó una risita, un sonido que raspó mis nervios en ca
adas, las miradas robadas, los susurros privados. Había dicho que era "especial", "nuestro". La hipocresía era una marca fresca y ardiente en mi alma. Mi visión se cerró, los bordes de la pantalla se desenfocaron. El café, los tra
ra el premio. Ella era la digna del afecto público, de ser desfilada como un trofeo. Y él no había perdido ni un segundo. Solo horas. Habían pasado meras horas desde que despertó a mi lado, desde que m
hubiera sacado las entrañas y me hubiera dejado hueca. Mi cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente, un temblor profundo y ruidoso que comenzó en mi pecho y se extendió por cada extremidad. No podía respirar
lena de alarma, me sacudió ligeramente. Había girado la cámara de vuelta a su cara,
desgarraban. Solo negué con la cabeza, presionando las palmas más fuerte contra mis o
. ¿Félix hizo algo? ¿Es por Bella? Sabía que esa vieja era problemas. Está por todas su
és, sobre la "práctica", sobre la "red de seguridad". Solo conocía la ver
scupir una sola pal
emente-. Solo dímelo. Estoy aquí
ica", Clau -susurré, las palabras apenas audibles-. Me llamó "red de seguridad". Dijo que solo est
de golpe. Su expresión se endureció, una protección feroz brillando en su mirada. - ¿Él qué? -siseó, su voz baja y peligrosa-. ¡El descaro abso
re lo hizo. Aprendí francés hace años, par
dándote por sentada. Siempre sabiendo que estarías ahí para recoger sus pedazos, para echarle porras, para hacerlo quedar bien. Siempre fuiste tú quien escogía sus corbatas, quien le
NAM simplemente porque era la escuela de sus sueños, planeando estudiar arquitectura allí para poder estar cerca de él, apoyándolo mientras se hacía cargo del imperio inmobiliario de su familia. Yo lo había vi
Una extraña resolución comenzó a solidificarse dentro de mí, un núcleo duro y frío reemplaz
, amable, hermosa, y tienes tus propios sueños, ¿recuerdas? ¿Qué pasó con el Tec de Monterrey? ¡Entraste al programa de arquitectura del Tec, el
amino no tomado por un hombre que no merecía ni un solo paso de mi viaje. La idea, susurrada por Clau, se asentó en
claré, las palabras saliendo sorprendentement
¡Ay, Dios mío, esto es increíble! ¡Esto es... esto eres tú, V
. Voy a construir mi propia vida, mis propios sueños. Lejos de él. -Las palabras despectivas de Félix sobre que yo era una "red de seg
u, su cara radiante-. ¿Cuándo le
riosos mientras yo hablaba apasionadamente sobre diseñar ciudades sostenibles, rascacielos elegantes y espacios públicos innovadores. Apenas escuchaba, su enfoque siempre en su próximo gran negocio, su próxima conquis
él, el hombre que pensaba que yo pertenecía a su sombra, simplemente sería un hombre diminuto en el sue
siado ocupado presumiendo con su "premio". Y cuando finalmente mire a su alrededor buscando a su pe
eguridad" -juré, mi voz firme, resuelta-