La traición del prometido: La venganza de la bailarina
Torr
hospital con tantos ramos de flores caros que parecía una funeraria. Me compró joyas, ropa de diseñador que no po
modo catre de mi habitación, leyéndome durante horas, dándome de comer como si fuera un bebé. Hablaba de nuestro futuro, de una c
nombre nunca se mencionaba. Era como si su obsesión
do insectos. Mi corazón era una cosa muerta en mi pecho. Solo estaba esperando. Esperando la llamada del ins
tra casa en fila en el vestíbulo para darme la bienvenida. Carlos, que acababa de regresar de la casa de su pr
z suave con disculpa mientras se inclinaba para besar
, mi expresión en blanco. Suspiró, su
"urgentes", dejándome sola en la silenciosa y cavernosa sala de estar. Apenas
ab
l había desaparecido. Su rostro, en la tenue luz de la biblioteca, era a
ndo morir, ¿verdad? -dijo
za contra el cuero de mi si
un animal enjaulado-. Tu cara perfecta, tu cuerpo perfecto, tu t
a rabia. Cogió una pequeña bailarina de porcelana de la repisa de
pecho agitado-. Tu carrera, tu h
rentarme, sus oj
da patética y rota en tu cara, ¡están obsesionados contigo! Su cul
dedos como garras, y me agarró l
upió, su rostro a
la? -pregunté, mi voz
y cruel se exten
fácil. Quiero que sufras. Quiero que
brutal que nunca había visto antes salieron de las somb
ia impresionante, se rasgó el cuello de su propio vestido, se
¡ALGUIEN,
ar de mi restaurante favorito, buñuelos de sésamo, un capricho de la infancia, en la mano.
ás de él, su rostro una má
sus brazos, solloza
hacia mí, y luego hacia los dos matones-. Abril... ella
nte en una máscara de pura furia. Se acercó a mí. La bofetada fue tan fuerte que mi cabeza se
e todo lo que hemos hecho por ti, ¿así es como nos lo pagas? ¿Intent
rofunda y abismal decepción que de algun
. ¿cómo
ticiera y lágrimas de cocodrilo. Miré a los dos actores co
enta y fría t
bitación -dije, mi voz clara y tranquil
arlos se