La traición del prometido: La venganza de la bailarina
Torr
lamada con Ciro Campos y coloqué con cuidado el teléfono de nuevo en la mesita de noche, mis movimientos lentos y deli
ma rota y afligida. Cerré los ojos justo
de Carlos era u
sándalo y colonia cara ahora me revolvía el estómago. Me acarició el
s desp
rtar mirarlo, ver la fals
urmuró Diego desde la p
borrón de falsa simpatía. Diego me trajo flores, sus colores vibrantes una burla a mi existencia gris. Carlos me leía mis libros
rganizado un transporte privado, pero los paparazzi esperaban como buitres. Mientras me levantaba con cuid
ó, protegiendo mi cara c
un dolor físic
do, su brazo protector
a casa. Allí
. Casi
un museo de una vida que ya no vivía. Mi madre, una mujer más preocupada por la posición social que por el bienestar de su hi
emos que encontrar una manera
n, sus movimientos practicados y suaves. Me acostó en la ca
oz cargada de emoc
como lluvia sobre una piedra. Estaba entumecida, una versión
ués, Carlos in
a suplicado-. Podemos ir al café j
o por primera vez que me ama
os señalaban. Podía sentir su lástima y su curiosidad morbosa como un toque físico. El su
miraba abiertamente, sus ojos fijos
poniéndose frente a mi silla de ruedas,
dora en su brazo antes de volverse hacia mí, sus ojos suaves
ió, un violento estremecimiento de pura e inalterada rabia y dolor. Lo vieron como un síntoma de mi trauma. No tenían ni i
eran a buscarnos unos cafés, dej
enseguida
de hot dogs, de espaldas a mí. Sus voces eran bajas, p
va de la 'víctima trágica' se está volviendo vieja. Están empezando a hacer pregu
re se m
do? -preguntó Carlos
los chicos del coro de su espectáculo... eran cercanos. Podemos darle un giro. Un romance sórdido. Filtrar algunas fotos retocadas, algunos mensajes de texto fabricados. 'El escándalo sexual secreto de la d
e hubieran roto mi cuerpo. Ahora iban a destruir siste
con las ruedas de mi silla, tratando de girar, de huir. Mis manos
surgiendo a través de mí. La silla se tambaleó hacia adelante, girando de lado, y me c
s estalló
á! -gritó
parpadeando como fuego de ametralladora. Reporteros, sus
to que tenía una aventura
ogas que salió mal
umores de su estilo
piedra arrojada a mi espíritu ya roto. Traté de cubrir
eta de "Team Isabela" rompió el cordón de p
do por el odio-. ¡Intentaste arruinar
exponiendo la piel pálida de mi hombro y la parte superior de mi sostén quirúrgico. La bolsa del catéter, mi vergüenza secreta, fue arrancad
o. La lástima se había ido, reemplazada por la repulsión. Ya no era
re, picando en los rasguños frescos. La sal quemaba, una
Ab
s vengadores. Diego me echó su saco encima, su rostro una máscara de furia justicier
Abril...
protegerme de las miradas indis
mente interpretadas, lo vi. El destello de cálculo en los ojos
algo más" que habían organizado. La fan rabiosa, los reporteros, e
gedia en un titular de tabloide, una sórdida historia con moraleja, para que
suponía que debía protegerme, ahora acunándome
sollozo roto escapando de mis labios. Fu
y dura solidificándose en mi corazón
ah