Los Mellizos del CEO
eando cada centímetro de la piel de Paola. Le chupó y mordisqueó los pezon
y comenzó a acariciar suavemente su clítoris. Paola gimi
Ella gritó de placer y comenzaron a moverse juntos. Sus cuerpos se unieron
mía ella-. Más pr
aba sobre el hombre. Sus cuerpos estaban cubiert
úsculos alrededor del desconocido y sintió
urró en el oído del descon
lla, sintiendo su cuerpo temblar de placer al mismo tiempo. Se quedaron acostados jun
iendo el calor de un cuerpo a su lado y el recuerdo de una noche llena de pasión y olvido. Al volverse, observó al hombre dur
o que necesitaba en ese momento, y aunque no sabía nada de él, lo poco que había
r vivir y que había vida más allá de su matrimonio fallido. Sin embargo, sabía que esa cone
rtarlo. Tomó sus cosas, sus zapatos y su bolso, y salió de la hab
abía sido un catalizador, el empujón que necesitaba para tomar una decisión que ya venía rondando en su mente desde que estuvo en
ca, sacó su teléfono y marcó el número de su abogado
ba por las ventanas y daba al ambiente un toque dorado, casi mágico. Aquel brillo especial hacía que la casa pareciera más tranquila, más
ra alguna reunión de última hora. Paola amaba esos pequeños momentos de complicidad y sorpresas entre ellos. Sin embargo, mientras se ac
o primero que vio fue a Lucas, quien la miró desde la cama al escuchar el ruido de la puerta abrirse, paralizado, con el rostro l
se volvía en su contra, transformándose en una prisión que le recordaba la peor traición. No había g
la cama matrimonial. El silencio de la habitación era denso, tanto que le pesaba en el pecho. Durante largos segundos, n
... ¿p
a evidente, como si su pregunta le pareciera una molestia. Se
-. Estoy cansado de ti, Paola. Eres tan... tan frígida. Hast
o no era de ira, sino de humillación. Era como si Lucas se hubiera propuesto destruirla palabra por palabra. Lo miró, incréd
miró a Rose, que seguía recostada en la cama, bajo las sábanas de su matrimonio, observándola con una sonrisa
sin siquiera disimular la satisfacción que sentía-. He sido su amante por mucho tiempo, pero ya no