Los Mellizos del CEO
aleras, Brenda se interpuso en su camino, bl
nda con una risa amarga-. Todo lo que tienes es gracias
interés en llevarse nada material de ese lugar; lo único que necesitaba era cerrar ese
da de aquí -dijo, y se dio
rtenecía realmente. Lo único que llevaba con ella era el anillo que su madre le había regalado, un símbolo de to
n, sintió que finalmente estaba dan
n pequeño pueblo al sur, lejos de los murmullos y la influencia de los Hotman. Allí, encontró un lugar tra
uevo entorno. Se sentía como si estuviera recuperando pedazos de sí misma que había perdido en esos años de matrimonio. Ahora que estaba sola, podía res
recientes. Pero, poco después, los síntomas se hicieron más evidentes: náuseas, vómitos y una sensación constante de mareo. Se sintió aturdida y,
. Había pasado tres años con Lucas sin lograr concebir, y los médicos incluso habían insinuado que sus posibilidades de quedar embarazada eran bajas. Durante años, había intentado, esperand
uel hombre. ¿Y si...? El pensamiento le llenó de incertidumbre y un poco de miedo, pero
tro médico en el pueblo y, tras una consulta, el médico con
n una profunda gratitud. Después de tanto tiempo de dolor y decepción, la vida le est
imaginó posibles. Su barriguita, más grande de lo normal, crecía como un recordatorio constante de que la vida estaba floreciendo dentro de ella. Las ecogra
. En la sala de partos, con los médicos a su alrededor y el dolor de las contracciones atravesando su cuerpo, su corazón latía con fue
a sintió que su corazón se desbordaba de amor. Pero, para su asombro, el doctor sonrió y anunció que había otro. Antes de que pudier
jos, mientras una risa entrelazada con el llanto se escapaba de sus labios. Era más de lo que había so
, Paola recibió a su hijo y su hija, sintiendo el calor de sus cuerpos contra el suyo.
ía dos bebés a los que amar y cuidar, y en ese momento supo que haría todo lo po