No te esperaba ¿Cómo ser mamá soltera y no morir en el intento?
persona con mejor coordinación cuando atravieso la puerta del edificio. Debo agregar t
ta la puerta de mi hogar, porque, de lo contrario
nar con tacones sobre el piso pulido; así que, con
s ronquidos de Harry, el guardia, dentro de su oficina.
ntido, echo un vistazo a través de las puertas de cristal que conectan con el
star como loca buscando en hospitales o est
ome en una de las vetas grises del mármol mien
ovio haya preferido llegar a encerrarse en el departamento
hacía el interior cuando, por decreto divino (o cómo se
ro q
rente y agu
reacción automática de mi cuerpo es liberar un sudor frío e
inda la escena. Lo primero que identifico es esa maraña
ris
rostro del hombre que ahora está cubierto por
n y tristeza. Mis ojos se llenan de lágrimas enseguida y un
e metal que adornan el recibidor. Es una figura antropomorfa a la que yo siempre le he encontrado parecido con un elefan
a la adrenalina o al alcohol en mi sistema. Con cada paso que doy, la escena se vuelve más clara y mi sangre comienza a hervir. Kristal
jo d
ra un bate de béisbol. Ambos están tan concentra
provocando que este se estrelle en el acto. El estruendo deja un e
a de una fotografía. Los ojos de Kristal están muy abiertos. El horror se refleja cl
, el cabello revuelto y la piel más pálida que la de un mu
e el asiento del copiloto. Y yo comienzo a acertar más golpes contra el parabri
está hecha un ovillo sobre el asiento del copiloto, cubriendo su
nándolo con una fuerza que sé que dejará marca; y tira de él haciéndome chocar contra su pecho,
on unas inmensas ganas de arra
¡¿En serio te atre
entir sus uñas clavándose y retorciendo la chaqueta de cuero. No responde, pero
por él esté momento: Asco —... Eres una porquería, Joan. —Le escupo en la cara, t
ecejo se arruga por una fracción de segundo, sus ojos ahora están más
ula que haya conocido en mi vida —Sonrió con burla cuando mis ojos se posan en su entrep
late!
ntra un ata
, ¡Ya!, ¡Cierra
labios y de paso contra mi nariz,
o con todas mis fuerzas, consiguiendo que me l
agitando la mano y
elirroja, quien ya ha salido del coc
auto —demanda él con
er
to, ya! —vocifera, sin quspingo y ensegu
re y me aterra lo que pueda hacerme. Da u
e aseguro que no va a terminar bien para tí —amenazo, m
o, Emilia —dice con segurida
del día siguiente, con mi nombre acompaña
ía capaz
. Continúo hablando para distrae
cidades! ¡Lo acabas de conseguir!... Te dejo el camino libre. ¡Ade
rlona aparece
r que largar de aquí, eres tú —escupe con altivez, haciendo que me detenga —Tal vez sea momento
mpo fui dependiente, en varias situaciones, del hijo de puta que tengo enfrente. Pero si cr
n; a la que, palabras como esas, la destrozarían en
lo que pie
ldito lugar?... Me asquea el simple hecho de pensarlo. Y te equi
ntras comienza a acortar la
or, S
viviendo en el edificio, agrad
ta de emergencia que está a un costado del estacionamiento,
está todo bien? —p
la escultura, que, pese a todos los impactos que recibió esta
cosas más feas, son ta
tal, quien trata de ocultar el rostro;
e tu oficina? —Me apresuro a h
pero asiente y comienza a caminar hacía el interior del ed
concentro en marcar el número de Sophie, mientras por las cámaras
de Sophie con v
h, s
ño silencio antes de que vuelva a hablar —¿De dó
ngo ni idea de qué decir —Disculpa que te moleste..
iero decir, claro que puedes pasar la
ero salir de aquí. Voy a llamar un taxi. Calc
mos para allá —dice, ant
as lloro en silencio.
ado sin hacer ningún com
rubia aparece en el ángulo de la cámara de vigilancia. La veo opr
apresura a empujar la pesada puerta de cris
tra montada en el banquillo, al otro lado del re
recae sobre mí. Seguro apenas estaban entrando a su departamento cuando recibieron mi llamada.
rre hasta donde estoy y me toma d
al que aún traigo la chaqueta puesta, no quiero ni
amago de sonrisa se
ente a Harry, quien no está perdiendo detalle de la conversación. Este se acl
r si necesita algo, señorita Allen —dice a
ias,
ome por los hombros y gui
n silencio detr
e ya no lo siento mío; ya no puedo considerarlo un hogar. Mi estómago se
ando mis ojos se encuentran con la cama; la misma en la que desperté es
haciéndome daño co
por mi garganta. Salgo disparada al baño; me inclino sobre el escusado y dejo qu
artando mi cabello. Y por segunda vez en lo que va d
ento destruída. El idiota de Joan se encargo de acabar con
mientras se encargan de meter mis cosas en maleta
de mi vida hayan terminado r