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La secretaria fea del millonario

Capítulo 4 Los pasos prohibidos

Palabras:3306    |    Actualizado en: 05/03/2023

taba entrecortada y sentía unos nervios descomunales. Tuvo que agarrar su

soy virgen? —se preguntó d

dijiste Eva que tonta

por dios! —gritaba su jefe tocando l

do, sentía su cuerpo estrem

umentos. Había una reunión importante en la tarde donde ella estaría pr

cio de delivery que le entregaría personalmente la comida a su

va caminó en silencio ante la mirada de las personas que hablaban de

r el delicioso pastel de atún que había

sentar? —preguntó An

se, parecía amable, además era el

la intelectualidad de Evangelina, era sumamente inte

tonio con una sonrisa. Eva lo miró sin comprender, ¿

e deba —intentó ex

a, vamos, ¿qué

terrumpió, y un Demetrio con la c

r qué no me llevaste el almuerzo pe

usted, señ

nio? ¿Para dónde las ha invitado? —Antonio estaba sonriendo al

emetrio —los ojos del italiano se abrieron de par en par—. Y si me disculpan tengo tra

o, y después vio a Eva que enseguida se levan

secretaria —le dijo furioso. Las venas

?, ¿no que no es tu tipo?, ¿y qué es fea

secretaria, y no me gus

r? —dijo Antonio, y era cierto, Demetrio no le importaba en lo ab

eso,

a fea, a fin de cuentas te está interesado

jor que estés listo y prepares al personal que los chinos deben estar por ll

ió Antonio, burlesco y De

querer acostarme con ella, eso no» pensó m

a sentada en su escritorio; tenía las piernas en

la la miró con una mueca, mientras se levantaba del asient

puede enterar de lo que ocurrió en la oficina del jefe, o

¿Y a quién le podría decir ella

le podría decir yo que usted y el señor

clase, son todas unas mosquitas muertas y al final son unas zorras —Eva la miró con odio,

jeran fea, ¡pero zorra!, ella no era

ro es el colmo que tú —la señaló con su dedo—. Que te acuestas con tu jefe en su oficina, me llames zorra —Tamara la miraba sorprendida, jamás pensó que Evangelina pudiera ser de carácter fue

trabajo —la fulminó con la mirada.

ar, cosa insignifican

atando de contener la rabia tan abrupta

de esa empresa iban a ser de

poco el chino, así que tomaba nota de todo lo que hablaban ellos, sin dejar que se le escapara un detalle; era

dar sus propuestas de App para dispositivos móviles, eran veintidós personas con

to sobre la aplicación de lectura

fácil, una aplicación de lectura dónde las personas podían l

ién se encontraba el padre y abuelo de Demetrio, que estaba expectan

urenti al ver las caras de los ingenieros

emás, formar un mundo nuevo, otra aplicación, los usuarios y los escritores que contratemos no estará

había querido implementar; unas de las Apps que quería prom

na al oído de Demetrio, que hervía de coraje por no p

menos la experiencia para hablar sobre el tema. Pero lo que no sabía el italiano era que Evangel

o cortante. Eva lo miró con pena, ella solo quer

el abuelo de Demetrio, que había estado

ó y pidió

e miraron sorprendidos, inclusive Seung-gi que la vio con duda

ganizado a mano. Era de las que decía, si un proyecto no f

ente muchos viven de eso, pero, hay muchos libros que desconocen la manera de pagar, o no tiene la posibilidad de hacerlo —todos la miraban expectante, la manera como se desenvolv

ar, murmuraban entre ellos, ¿qué b

de nosotros con eso?—preguntó uno de los chin

sistema de anuncios que el usuario tendrá que ver, para

versión que implementamos —respo

eremos los únicos con ese sistema, y, por lo tanto, los más vendidos, —explicó

jo el chino despué

omento, ni siquiera sabía cómo había logrado explicar es

le sonrió ampliamente, mientr

e un pequeño refrigerio, y ense

dad con los rusos, estaría encantado de verla por allá —dijo Seung-gi hablando directamente con Demetrio, quien se s

rio mirando fijamente a los grises de

sincera. El reto era más

to organizar todo antes de ese viaje —dijo sonriendo.

a todos la idea que tengo en ment

debe trabajar minuciosamente —Eva sintió que el aire abandonaba su

acercó Andrea con una sonrisa, besando las mej

corporación, y el abuelo del caradura de tu je

o señor, un

n. Me habló maravillas de ti, ahora veo el por

trás del abuelo de Demetrio, era muy parec

rita Anderson, y gracias por salvar a mi hijo de hacernos perder u

o soy su secretaria —res

observó con detenimiento, provocando que sus mejill

cómo es que verla sonrojarse me provo

ste contrato? —preguntó Antonio, quien se acercó con una sonrisa a

señor Antonio —dijo

ar, qué sé yo … Cenar, ya casi son l

e malo podía pasar? Solo era una

jo Evangelina,

aminaron unos

or qué se irritaba de aquella manera? ¿Qué de especial

ntonio llevó las manos

ujeres que toma tragos señorita Ander

ó Evangelina bajando la mirada, ¿por qu

s fin de semana, no debemos trabajar —d

r por uno, ¡Tamara! Ven aquí vamos a beber un trago —la mirada de

ina se sentía incómoda, las mujeres ahí vestían muy v

as en este medio —dijo Tamara que estaba a su

se era un acto que hacía cada v

cía espectacular, con un vestido rojo ceñido al cuerpo, un labial del mismo color y unos tacones negros de diez centímet

jo Tamara arrastrando

on su jefe le causaba una inexplicable molestia, así que tomó la

stás acostumbrada —dijo Antonio que

onrió te

tener un poco de licor en su organismo se atrevi

r, no fea, llevaba una falda de color negra con gris, que pasaba sus r

lo mismo que Tamara obligó a Ant

estaba sonando; Antonio no pudo evitar reír, y con eso Demetrio que d

ngelina —habló en el oído de Evangelina mie

ra contigo —dijo con la cara roja, por

sto, Eva lo miró a punto de llorar, ella quería quedarse, por primera vez se sentía libre,

darme —hizó un

a, como tu jefe es mi deber —la tomó

de su jefe la miraban penetrante, como q

su alrededor dando vueltas, trataba de control

nderson? —preguntó Demetrio dan

uedo respirar —dijo tratando de co

ás tomada —dijo Demetrio, no muy seguro

era su casa, para después qu

e Demetrio sonaba insistente, Tamara y Antonio lo llamaba

ijo Demetrio al salir de su auto

ota promiscuo, eres tan guapo

a que su santa secretaria también lo creyera guapo, e

s que intentaba despertarla,

era un lugar modesto,

Evangelina las llav

ó la atención de su jefe, una en particular de color rosa, decía "días de trabajo con Laureti" quiso colocar la pequ

aún dormía en sus brazos, por suerte era liviana,

a, estaba llena de alfombras y uno

a nerda, —dij

ero se detuvo en el momento que Evangel

El cuerpo de su secretaria era exquisito, el mejor que había visto en su vida, a pesar de la oscur

ó enseguida, pero quitó to

a no es mujer para ti» pensó sin nis

efinitivamente tenía que calmar a su amigo que habí

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1 Capítulo 1 Nueva secretaria 2 Capítulo 2 Inrresponsable3 Capítulo 3 ¿Eres virgen 4 Capítulo 4 Los pasos prohibidos 5 Capítulo 5 Beso ardiente 6 Capítulo 6 Un agua dulce como el nectar 7 Capítulo 7 El pasado tu peor enemigo 8 Capítulo 8 Bragas húmedas 9 Capítulo 9 Déjame pensarlo10 Capítulo 10 La belleza del alma 11 Capítulo 11 Ascenso 12 Capítulo 12 Una promesa no cumplida13 Capítulo 13 Mi mujer 14 Capítulo 14 Enredos que enloquecen 15 Capítulo 15 De vuelta 16 Capítulo 16 Reencuentro17 Capítulo 17 Baño de mujeres 18 Capítulo 18 Cuatro minutos 19 Capítulo 19 Borracho 20 Capítulo 20 Partido de golf21 Capítulo 21 Si22 Capítulo 22 Un pasado inoportuno 23 Capítulo 23 La madre de mis hijos 24 Capítulo 24 No te salva nadie 25 Capítulo 25 No lo haré jamás 26 Capítulo 26 Tres27 Capítulo 27 Desgracias 28 Capítulo 28 Eres el único hombre que me Arma y me desarmar 29 Capítulo 29 Patada al niño 30 Capítulo 30 La ciudad del amor 31 Capítulo 31 Tony y Tomy 32 Capítulo 32 Sucesos de oficina 33 Capítulo 33 Los delirios de un psicópata 34 Capítulo 34 Atando cabos sueltos35 Capítulo 35 Malas decisiones 36 Capítulo 36 Mi familia está primero37 Capítulo 37 Mensaje de madrugada 38 Capítulo 38 No es solo una cara bonita 39 Capítulo 39 Una familia que me apoya 40 Capítulo 40 Patas para arriba 41 Capítulo 41 Buenas noticias 42 Capítulo 42 Cerrando ciclos 43 Capítulo 43 ¿Dónde está Eva 44 Capítulo 44 Italia 45 Capítulo 45 Ojos azules 46 Capítulo 46 Evangelina Anderson 47 Capítulo 47 Fiesta de disfraces 48 Capítulo 48 Recuerdos 49 Capítulo 49 Muertes 50 Capítulo 50 Las vueltas del destino 51 Capítulo 51 Massimo y Camille52 Capítulo 52 Una nueva secretaria 53 Capítulo 53 Boda54 Capítulo 54 Luna de miel 55 Capítulo 55 Nunca seré feliz 56 Capítulo 56 ¡Voy a dar a luz! 57 Capítulo 57 No es mi hija 58 Capítulo 58 Con mis hijos 59 Capítulo 59 Mi familia 60 Capítulo 60 Fin61 Capítulo 61 Epílogo 62 Capítulo 62 Extra; Un contrato con mi sexi y torpe secretaria