icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Lo que fui sin ti

Capítulo 8 El amor es mortal

Palabras:2478    |    Actualizado en: 10/01/2023

de la mujer hasta el aire se respira diferente, incluso se siente menos tensión en el ambiente. Me pregunto q

udar antes—. Se ve muy cuidada l

madre —me dice cabizbajo—. Espero un día poder seg

os años, me tuvieron a mí y recuerdo que se amaban. Hubo altibajos, como todo, pero nada tan grave, según re

stá limpia, tie

extrañado—. Supongo que venía in

ocible, más de lo que ya era. El amor es increíble y dañino por momentos, te puede volver mejor persona, enseñar

nada. Pero el hecho de que no frecuente a mamá me causa una sensación de pesadez. A veces me sorprende lo distanciados que estamos, antes de

me tardaré muchísimo en decidir si ir o no, porque cuando eres curioso, te atienes a cualquier descubrimiento sea bueno o malo. Y tal vez no quiero saber qué es

enamorado, si hay algo malo en su

esapercibida, que nadie me note y descubrir qué busca Catarina en este pueblo. Si descubro la razón por la que q

a, me agarro el cabello y me asomo por la ventana. No veo gran cosa desde aquí, pues están en la entrada principal, pero alcanzo a ver una figura masculina que está

, pero ya mataste a alguien

es él por el delantal que está ut

o, pero se mueve un poco y lo pierdo de vista. Hay otro tipo que solo se cruza de bra

irritado—. Por favor si tienes asuntos qu

o llego de la universidad ella está aquí junto con papá, pero papá trabaja desde casa, puede manejar todo desde su computa

es sembrada en lo más profundo de mi mente. Por mi bien espero que no germine una

ga destacar. Algo normal, tranquilo, no llamativo. Pantalón de mezclilla y una

sin pedir permiso me dirijo a

, por un momento me arrepiento de haberme aventurado. Me doy media vuelta y corro de vuelta. Me reca

pan de dios. Por ende, Valentina tampoco. Quiero que te armes de valor y descubras si Valentina es mala

meterme en ese mar de gente y actuar como si fuera una invita

legando a pesar de que en el patio delantero ya no hay espacio. El patio trasero está encerrado por una cerca, pero parece igual de lleno, no qu

eosas de entrar que cargan con sus refrescos,

es y ese tipo de cosas, asistí a muchísimas fiestas durante mi estancia en Estrada, pero esto es una falta de respeto. Son las nueve de la noche y ya hay gente

a, pero todo es tan confuso. Me paro de puntitas porque mi baja estatura

os vueltas a la casa solo me encuentro con Salomón

a me dice que es mi admiradora por patearle el culo a Aiden en la carrera. Un chic

al cielo aquí no apesta tanto a cigarro y alcohol como el interior. También estoy levement

los veintitrés y veinticinco años. Hay chicas con ropa que deja mucho cuerpo d

paso entre la gente. Empujo y algunos me gritan ofensas, pero me da igual, necesito llegar a Catarina. La veo subir las escaleras que conducen al segundo piso. Genial, lo que me

hillona—. Mandaron al imbécil ese para que me invitara

me descubra. Bajo de dos en dos las escaleras. Debido a la velocida

habría sido fea —esas palabras me hacen recor

o pensar es que este hombre puede llevarme a El Ar

con una sonrisa—. Est

arrera en El Arco y puedo ga

s? Pero no

dinero, justo lo que neces

como me detiene. Genial, espero

le sienta mal—. No puedes ir sola, dé

o. Niego con la cabeza y cuando vuelve

mo si estuviera convulsionando. Germán me habla sobre cosas a las que apenas atiendo. Sinceramente mi mente está en Catarina y su contacto que

e algo, pero solo escucho un zumbido en los oídos, mi instinto me grita que demo

Di

.. ¿

or donde la

el desconecte. Vaya, que

ca gente y los automóviles son de primera calidad. Santa mierda, creo que esto son liga

nte. Hago exactamente lo mismo y la sigo con Germán pisándome los talones. Nos abrimos paso entre las personas que se arremolinan alrededor de dos

ando repara en mi presencia, su mirada es de total sorpresa nada de

an raro, todo es tan surreal, ¿qué diablos estaba pensando al salir corriendo para acá? Tu papá,

eo que fui yo quien la tomó), me caería al piso. Mis examigos se metieron en algo m

hace

Aiden es a

no,

la excusa que voy a utilizar con Aiden, pero entonces e

mis pulmones colapsan. El aire se ha vuelto mil vece

n el que intentaba borrarlo de mi mente. Una parte de mí anhelaba que viniera a Sores para pedirme otra oport

Un profundo dolor nace en mi pecho, se retuerce en mi in

ue esté aquí justamente en busca del mafioso ¿Y Elisa o Aiden o ambos son sospechosos? ¿En qu

ento de los muchos que se arremolinan

e en la historia y espero verlos por el final, el cual me encantó escribir. Los invito a seguirme en mis redes sociales para enterar

Obtenga su bonus en la App

Abrir
1 Capítulo 1 Prefacio2 Capítulo 2 Bienvenido a Sores3 Capítulo 3 El Arco4 Capítulo 4 Cadena de errores5 Capítulo 5 Ya no soy la misma, date cuenta6 Capítulo 6 El amo y señor Aiden Laredo me odia aun más7 Capítulo 7 Un amargo recuerdo8 Capítulo 8 El amor es mortal9 Capítulo 9 El día en que el destino golpeó10 Capítulo 10 Un consejo: No le abras la puerta al pasado11 Capítulo 11 El inicio12 Capítulo 12 El inicio II13 Capítulo 13 Ya es tiempo14 Capítulo 14 La muerte15 Capítulo 15 Madrastras de cuentos de hadas16 Capítulo 16 Madrastras de cuentos de hadas II17 Capítulo 17 Nunca confíes en nadie18 Capítulo 18 Nunca confíes en nadie II19 Capítulo 19 Cita con los muertos20 Capítulo 20 El amor es así21 Capítulo 21 Un amigo puede hacerte daño22 Capítulo 22 En un amigo se puede confiar23 Capítulo 23 Si vas a apostar es para ganar24 Capítulo 24 Si vas a apostar es para ganar II25 Capítulo 25 Respuestas26 Capítulo 26 Respuestas II27 Capítulo 27 El cielo mismo28 Capítulo 28 El cielo mismo II29 Capítulo 29 Nunca la he tenido y la pierdo cada vez más30 Capítulo 30 Aiden31 Capítulo 31 Quedar como estúpida32 Capítulo 32 Quedar como estúpida II33 Capítulo 33 El que busca encuentra34 Capítulo 34 Afrontar35 Capítulo 35 La sonrisa roja36 Capítulo 36 La sonrisa roja II37 Capítulo 37 El detective38 Capítulo 38 El detective II39 Capítulo 39 La intrusa40 Capítulo 40 La intrusa II41 Capítulo 41 La verdad42 Capítulo 42 La verdad II43 Capítulo 43 La boda44 Capítulo 44 La boda45 Capítulo 45 El suspiro del último lamento46 Capítulo 46 El suspiro del último lamento47 Capítulo 47 La revelación 48 Capítulo 48 La revelación II49 Capítulo 49 Despierta50 Capítulo 50 Despierta II51 Capítulo 51 Debilidad52 Capítulo 52 Debilidad II53 Capítulo 53 En la cuerda floja 54 Capítulo 54 En la cuerda floja II55 Capítulo 55 En la cuerda floja III56 Capítulo 56 Nuestros enemigos57 Capítulo 57 Nuestros enemigos II58 Capítulo 58 Nuestros enemigos59 Capítulo 59 Reunión familiar60 Capítulo 60 Reunión familiar61 Capítulo 61 Tomar partido62 Capítulo 62 Tomar partido II63 Capítulo 63 Aquel amor perdido64 Capítulo 64 Aquel amor perdido II65 Capítulo 65 Aquel amor perdido III66 Capítulo 66 Aquella amistad rota67 Capítulo 67 Aquella amistad rota II68 Capítulo 68 Aquella amistad rota69 Capítulo 69 Mar y tierra I70 Capítulo 70 Mar y tierra II71 Capítulo 71 Mar y tierra III72 Capítulo 72 Mar y tierra IV73 Capítulo 73 Lo que fui sin ti (final)74 Capítulo 74 Epílogo: La última carrera