icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Lo que fui sin ti

Capítulo 9 El día en que el destino golpeó

Palabras:2219    |    Actualizado en: 10/01/2023

opiezo con mi propio pie, pero antes de caer la mi

—Aiden sisea y su rostro e

arina. Lo que tengo por seguro es que jamás en la vida se me pasó por la puta cabeza que esa chica era ni más ni menos que ¿el ligue? ¿La no

simpático, sonriente y aparte el típico con un aura de misterio. Tenía a mil chicas revoloteando alrededor

que cambiaras de opinión? ¿Qué nunca te superara? Una parte profunda de mí de

o el calor subirme a la cara y comienzo a sudar. Mi pulso está muy acelerado, aún no siento palpitaciones,

espirar, debo calmarme, pero no puedo, ni siquiera puedo moverme, tengo miedo. Estoy temblando tanto como si me fuera a dar una crisis con

e Aiden—. ¡¿Qué tienes?! ¡Cont

ia arriba justo cuando alguien aparta a Aide

o. Sus ojos color café oscuro me observan tranquilamente, veo el brillo de su nariz y un lunar casi imperceptible en la barb

és de haberme metido en aquel sótano asqueroso por segunda vez, descubrí que eso era la fachada de una red de trata de personas, venta de droga y otras cosas más. Mi examiga Hazie

os, pero esta situación fue tan impa

fluyen y tengo que poder controlarlo. Mateo ahora está con otra ¿y qué? No es razón suficiente para perder el control. ¿Qué la pelirroja le me

n—. Sigue mis respiraciones, cá

momento, mi visión se vuelve nítida y recupero poco a poco el movimiento. Primero logro mover un dedo

como cinco minutos. Levanto la mano para acariciar la mejilla de Germán, es más un gesto espontáneo porqu

los hombros y me levanta de un jalón. Me ofrece una bol

ecupérate ya

co hasta el otro lado de la ciudad

que cualquiera que lo presenciara pensaría que estaba a punto de morir o algo. Doy otro paso hacia atrás, no es como que

irmemente, me centro en sentir indiferencia; nada de dolor, nada de confusión. Aun así, no puedo evitar mirarlo de la cabeza a los pies. Por mucho, Mateo es el hombre más ap

rir a mi exnovio—. ¿Se te perdió algo? Vale, te volviste l

mi nombre, que me diga que esto es un error. Pero él aparta la mira

re y la tercera... es esta. Mateo, el hombre al que aún amo me desconoce, está con otra y aparte está en una carrera clandestina. Siento como cada trozo de mi alma c

? —. No te apures, tu novio no me interesa. En cambio tú... eres linda, guapa y con un cue

r: Gustavo caminando junto a Elisa, ambos imponentes y el primero me dirige una mirada de enfado, l

y parece olfatearme—. Huele a rata... Una rata infil

ateo, cierro los ojos, no puedo evitar sentir dolor—. E

labios de Mateo dolió—. Te pido cor

rgaras de aquí el lunes, llegó la policía —Gustavo

enos dos autos más se fueron a

hoy me enteré de que

ervicio. Además, la policía casi no persigue a gente de las carreras, es mucho para la policía de este pueblo. ¿Y si el

o nada tenía que ver con su trabajo, ahora menos. No soy una

paso a tu pendejo este—señala a Germán—, lo hacen. Pero soy compasivo y pienso d

con el diablo. Quiero decir, ese tipo está metido en algo pesado y tiene que ver con Vale

quieres q

ro de cinc

ión, digo, acaban de decirme que si no lo hago m

do, ¿cont

nos, o eso dicen. Esta carrera es por parejas, veamos si

tuviera yo q

prender el automóvil. Seguramente el llevar un año de noviazgo con Aiden la hizo

aquí, desconozco la razón por la que llegó a Sores. Por muy decepcionada que esté de él, no esto

ro es un conductor de calidad ya se

algo —señalo a Germán—. Y t

la seguridad de tu hom

espeto. Quisiera decirle que no es más que un tipo rico que se juntó con la chica equivocada que terminó metiéndol

os, ganar juntos, ver quién era el mejor. Ahora no quisiera que pasara eso

ensar que en algún momento le tuve cariño ahora me hace crear más voluntad para hacer buen equipo con Aiden y ganar,

or en el otro coche, no puedo darme el lujo o capaz los nervios me carcomerán. Tomo asiento, to

stienen. Al pobre apenas le permiten moverse. Maldita sea, metí al

como conducir, pero te reco

pecie de amuleto; un hilo delgado y color azul está amarrado a un broche de cabello. Mi broche de cabello.

un temblor me recorre y los

o concentrarme, pero estoy centrada en mi broche. Es como un regalo caído del ciel

Obtenga su bonus en la App

Abrir
1 Capítulo 1 Prefacio2 Capítulo 2 Bienvenido a Sores3 Capítulo 3 El Arco4 Capítulo 4 Cadena de errores5 Capítulo 5 Ya no soy la misma, date cuenta6 Capítulo 6 El amo y señor Aiden Laredo me odia aun más7 Capítulo 7 Un amargo recuerdo8 Capítulo 8 El amor es mortal9 Capítulo 9 El día en que el destino golpeó10 Capítulo 10 Un consejo: No le abras la puerta al pasado11 Capítulo 11 El inicio12 Capítulo 12 El inicio II13 Capítulo 13 Ya es tiempo14 Capítulo 14 La muerte15 Capítulo 15 Madrastras de cuentos de hadas16 Capítulo 16 Madrastras de cuentos de hadas II17 Capítulo 17 Nunca confíes en nadie18 Capítulo 18 Nunca confíes en nadie II19 Capítulo 19 Cita con los muertos20 Capítulo 20 El amor es así21 Capítulo 21 Un amigo puede hacerte daño22 Capítulo 22 En un amigo se puede confiar23 Capítulo 23 Si vas a apostar es para ganar24 Capítulo 24 Si vas a apostar es para ganar II25 Capítulo 25 Respuestas26 Capítulo 26 Respuestas II27 Capítulo 27 El cielo mismo28 Capítulo 28 El cielo mismo II29 Capítulo 29 Nunca la he tenido y la pierdo cada vez más30 Capítulo 30 Aiden31 Capítulo 31 Quedar como estúpida32 Capítulo 32 Quedar como estúpida II33 Capítulo 33 El que busca encuentra34 Capítulo 34 Afrontar35 Capítulo 35 La sonrisa roja36 Capítulo 36 La sonrisa roja II37 Capítulo 37 El detective38 Capítulo 38 El detective II39 Capítulo 39 La intrusa40 Capítulo 40 La intrusa II41 Capítulo 41 La verdad42 Capítulo 42 La verdad II43 Capítulo 43 La boda44 Capítulo 44 La boda45 Capítulo 45 El suspiro del último lamento46 Capítulo 46 El suspiro del último lamento47 Capítulo 47 La revelación 48 Capítulo 48 La revelación II49 Capítulo 49 Despierta50 Capítulo 50 Despierta II51 Capítulo 51 Debilidad52 Capítulo 52 Debilidad II53 Capítulo 53 En la cuerda floja 54 Capítulo 54 En la cuerda floja II55 Capítulo 55 En la cuerda floja III56 Capítulo 56 Nuestros enemigos57 Capítulo 57 Nuestros enemigos II58 Capítulo 58 Nuestros enemigos59 Capítulo 59 Reunión familiar60 Capítulo 60 Reunión familiar61 Capítulo 61 Tomar partido62 Capítulo 62 Tomar partido II63 Capítulo 63 Aquel amor perdido64 Capítulo 64 Aquel amor perdido II65 Capítulo 65 Aquel amor perdido III66 Capítulo 66 Aquella amistad rota67 Capítulo 67 Aquella amistad rota II68 Capítulo 68 Aquella amistad rota69 Capítulo 69 Mar y tierra I70 Capítulo 70 Mar y tierra II71 Capítulo 71 Mar y tierra III72 Capítulo 72 Mar y tierra IV73 Capítulo 73 Lo que fui sin ti (final)74 Capítulo 74 Epílogo: La última carrera