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Lo que fui sin ti

Capítulo 10 Un consejo: No le abras la puerta al pasado

Palabras:2624    |    Actualizado en: 10/01/2023

que dibuja una sonrisa en tu rostro sin más razón que el ver, oír o pensar en al

caída sin posibilidad de recuperarse. Puedes ser capaz de morir por alguien, de cambiar el sufr

ocente de los trece años, él era mi todo. Y yo no sabía que me gustaba, que lo amaba de una forma más profunda que una simple amistad. Fue hasta que admitió haber tirado mi broche y después de decirme

. Y ahora por sentir, es mi culpa

la muerte de mi madre cambió a mi padre, porque perdió a quien quería. Y ahora está con alguien más a quien logró am

ar qué. Y en cuánto a mí... No sé si Aiden quiso desestabilizarme al permitir que viera en lo que se convirtió algo que era tan preciado para m

e para no devolverme el broche, pero mi amor de infancia se diso

anado la carrera anterior, pero no por eso voy a perder el control de esto. Tengo un objetivo y si ganar la c

rece se

es de tu

escote de miedo. Levanta las banderas con ambos brazos mientras el motor del automóvil de al lado ruge

, no lo miro o tendré un arranque de ira—. Fue

s en el exterior lo oirían. Pero algo en mis cuerdas vocales

ofunda respiración y se prepara —, independientemente del resultado, me dev

rle tanto daño como él me hizo durante años, soy capaz de hacerle sentir

automóvil de al lado está el hombre a quien amo en compañía de una chica pelirroja que ahora duerme con él

paciento, no creo lograr llegar hasta el otro lado antes. Es como si mis manos estuvieran entumidas y mis piernas respondieran lento. Al menos mi respiració

un timbre alarmante—. Dije que no empeza

poco a poco. No es mucha distancia, pero es sufici

rajo, co

i lenta. Ahora sí debo ponerme las pilas. Suelto un sollozo que estuve conteniend

teriores, aquí tengo que virar ligeramente un par de veces. Con cada cambio de velocidad siento esa minúscula libertad de hacer las cosas

il, pero después de esto, v

o lo hubiese derrotado anteriormente, como si yo hubiese ele

a de estar riéndose de tu in

podría lanzarme hacia él— ¡Te odio!

es más que suficiente para que maniobre lo necesario y logre disminuir a casi nada la distancia que aún teníamos entr

r a Aiden quien pone su mano sobre el picaporte

supongo que compren

salto al asiento del copiloto. En menos de cuatro segundos, Aiden ya está dentro del auto y acelera con potencia. Me aventuro a v

justificaría el hecho de que no me dejara ganar ni aunque mi vida dependiera de ello. ¿Pero Mateo? Él escuchó la amenaza, él presenció el pacto que me vi

trabajo... Y Catarina. No yo, ya no. Y al darme cuenta de tan terrible realidad, mi inter

llo intenso, quisiera tener tanta luz como ellas, pero en este momento siento un oscuro vacío en el interior. Siento tal oscuridad como la vez que privé a un hombre de la vida;

ombre malo o del amor de mi vida. Tal vez no debí haber cortado la garganta, tal vez debí dejar que disp

esto se decide en los últimos metros. O Aiden pone en su lugar a Catarina y la manda a morder polvo o yo muero y me llevo a Germán conmigo. J

oco de sangre. Si tuviera la costumbre de morderme las uñas, tengan por seguro que ya no tendría en mis dedos, por suerte, mi labio inferior basta. La línea de meta s

cidad. Aspiro una bocanada de aire y disfruto por

velocidad, siento como damos la vuelta y regres

respuesta—. Porque si es así, al menos

perfil perfecto, la piel pálida, la nariz recta, los lab

—me mira y no sé interpretar

no están tan mal. Perfecto, ellos obtendrán el dinero de su apuesta y yo obtendré dos vidas. Rio, es tan espontáneo

nto algo alejado de nosotros, veo a una chica vestida de negro de cabeza a pies quien me parece conocida, pero tiene tanto maquil

mi broche de cabello y salvarlo del horripilante coche de mi exmejor amigo. A

í adentro —me congelo ante tal confesión, mis neuronas dejan de trabajar por

oy harta, ya me cansé de dejarme afectar por cada estúpido comentario, por cada mirada. Me he cansado de los hom

como su novia ya se encuentran fuera de él recargados sobre las puertas. Veo a Gustavo acercarse con una sonrisa de oreja a orej

Ger

eo! ¿Quién dirí

ue incluso llegó a asustarme a mí—. Cambiaste conductores al ú

un favor! La otra c

mi riñón izquierdo a que Elisa ja

paro entre Gustavo

porque lo interrumpí, pero hace una

os que traen a Germán. El pobre tiene un golpe

ayos le

go que no quería separarse de su linda prometida —señala el a

da instintivamente se lanza hacia Mateo, sus ojos color mie

a que pudiera estar en mi interior. De mí se apodera una rebeldía que cosquill

entreabierta que tien

en años, él me envuelve en sus brazos con fuerza y estabiliza mi temblor nervioso. Acaricio su cabello oscuro mientra

consigamos un motel, me sep

nos d

acia atrás en ningún momento. Detrás está el pasado, sucesos qu

e en la historia y espero verlos por el final, el cual me encantó escribir. Los invito a seguirme en mis redes sociales para enterar

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1 Capítulo 1 Prefacio2 Capítulo 2 Bienvenido a Sores3 Capítulo 3 El Arco4 Capítulo 4 Cadena de errores5 Capítulo 5 Ya no soy la misma, date cuenta6 Capítulo 6 El amo y señor Aiden Laredo me odia aun más7 Capítulo 7 Un amargo recuerdo8 Capítulo 8 El amor es mortal9 Capítulo 9 El día en que el destino golpeó10 Capítulo 10 Un consejo: No le abras la puerta al pasado11 Capítulo 11 El inicio12 Capítulo 12 El inicio II13 Capítulo 13 Ya es tiempo14 Capítulo 14 La muerte15 Capítulo 15 Madrastras de cuentos de hadas16 Capítulo 16 Madrastras de cuentos de hadas II17 Capítulo 17 Nunca confíes en nadie18 Capítulo 18 Nunca confíes en nadie II19 Capítulo 19 Cita con los muertos20 Capítulo 20 El amor es así21 Capítulo 21 Un amigo puede hacerte daño22 Capítulo 22 En un amigo se puede confiar23 Capítulo 23 Si vas a apostar es para ganar24 Capítulo 24 Si vas a apostar es para ganar II25 Capítulo 25 Respuestas26 Capítulo 26 Respuestas II27 Capítulo 27 El cielo mismo28 Capítulo 28 El cielo mismo II29 Capítulo 29 Nunca la he tenido y la pierdo cada vez más30 Capítulo 30 Aiden31 Capítulo 31 Quedar como estúpida32 Capítulo 32 Quedar como estúpida II33 Capítulo 33 El que busca encuentra34 Capítulo 34 Afrontar35 Capítulo 35 La sonrisa roja36 Capítulo 36 La sonrisa roja II37 Capítulo 37 El detective38 Capítulo 38 El detective II39 Capítulo 39 La intrusa40 Capítulo 40 La intrusa II41 Capítulo 41 La verdad42 Capítulo 42 La verdad II43 Capítulo 43 La boda44 Capítulo 44 La boda45 Capítulo 45 El suspiro del último lamento46 Capítulo 46 El suspiro del último lamento47 Capítulo 47 La revelación 48 Capítulo 48 La revelación II49 Capítulo 49 Despierta50 Capítulo 50 Despierta II51 Capítulo 51 Debilidad52 Capítulo 52 Debilidad II53 Capítulo 53 En la cuerda floja 54 Capítulo 54 En la cuerda floja II55 Capítulo 55 En la cuerda floja III56 Capítulo 56 Nuestros enemigos57 Capítulo 57 Nuestros enemigos II58 Capítulo 58 Nuestros enemigos59 Capítulo 59 Reunión familiar60 Capítulo 60 Reunión familiar61 Capítulo 61 Tomar partido62 Capítulo 62 Tomar partido II63 Capítulo 63 Aquel amor perdido64 Capítulo 64 Aquel amor perdido II65 Capítulo 65 Aquel amor perdido III66 Capítulo 66 Aquella amistad rota67 Capítulo 67 Aquella amistad rota II68 Capítulo 68 Aquella amistad rota69 Capítulo 69 Mar y tierra I70 Capítulo 70 Mar y tierra II71 Capítulo 71 Mar y tierra III72 Capítulo 72 Mar y tierra IV73 Capítulo 73 Lo que fui sin ti (final)74 Capítulo 74 Epílogo: La última carrera