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Lo que fui sin ti

Capítulo 6 El amo y señor Aiden Laredo me odia aun más

Palabras:2982    |    Actualizado en: 10/01/2023

el primer semestre de universidad. Salió tan mal la exposición que la profesora me corrió de cl

de salud. No me hallaba en mi mejor forma, ya que fue la vez que cometí, con una

lmohada y sentir que estoy de vuelta en la ciudad. Oler el aroma a bizcochos recién horneados

na

go conmigo. Suspiro al reconocer la voz de Valentina, maldita sea, pensé que alguien se había metido a la c

na para desayunar. Se imaginarán mi sorpresa al encontrar a Valentina

mientras se levanta—. Tal

spués de anoche ya no. Anoche, claro, de golpe recuerdo a Valentina saliendo en la ma

acer el desayuno y servirse una taza de café. Valentina, ni siquiera se inmuta, solo hace una cara

alguien llegó y se tomó unas

ue nada. Yo ayer

que ahora soy Dinaí, cuan

a mi padre—. A veces se pone a leer bajo el árbol, el grande que est

ver las estrellas. Supongo que el hijo del mecánico es él. No le veo sentido

importa, lo primordial

noche? —cambia de te

hice ruido, comí algunas cosas, pero tampoco me puse a gritar para anunciar mi presencia. Recuerdo escuchar algo afuera, pero lo ig

n desconfianza el suelo, casi como esperara ver a la rata salir corr

como si su vida dependiera de ello y sale por la ventana. Valentina grita como si la estu

, dormiré y no despertaré hasta que caiga la noche. Trato de no arrepentirme por haber ido a El Arco; la pasé bie

e, susurrar, señalar. Algunos se apartan, otros me sonríen tímidamente. Y lo que tienen en común es que

ero que no tenga que

idas. No puede ser posible, otra vez vamos con el ataque de pánico y eso que esta vez no pasó nada. Entro rápidamente al sanitario, dentro

tro en respirar a un ritmo pausado, en sentir como mi pulso decrece y en ignorar el terrible sofoco que me inunda. No creí

ue de pánico. Ahora ya no tiemblo y puedo ve

el día en que descubrí los secretos de Mateo, me encargué de cerrar mis redes so

ículo, casi parecido al de una niña de diez años. Mi piel era morena, pero ahora estoy mucho más bronceada por las horas en

mi perfil. Antes era una perdedora que se dejaba llevar por lo

primeras semanas, pero después ocurrió aquel incidente. Ignoro por el momento a mis posibles amigos virtuales, necesito buscar al idio

os de amor, pero son de hace seis meses. Fuera de eso, es un fantasma. ¿Entonces qué chingados? Busco el perf

no dura mucho, son treinta segundos cuando mucho, pero es suficiente para ver el automóvil gris de Aiden quedándose atrás en comparación con el Audi rojo de G

a nuestra ubicación. Y entonces Germán llega, me abre la puerta, me carga y me abraza. Vaya, casi parecemos una pareja enamorada. Y luego el tumulto de gente me rodea. La cámara se mueve un poco

roducciones y apenas seis horas desde que lo subieron. A

se trata

ra quien no me conociera de antes, seguramente pasaría d

s los espectadores, sino que se humilló ahora ante toda la universidad y posiblemente otros lugares cercanos a Sores. Genial, fu

a, debo hacerme la desentendida, vamos, soy la chica bulleada que escapó al no poder hace

Catarina no es fea, su cabello pelirrojo y sus pecas la hacen parecer una chica buena de esas que no rompen un solo plato. Sus ojos verdes irradian inocencia y sus labios rosas son capaces de atraer

to el aire que contengo sin darme cuenta. Perf

no será tan pesada. Volteo a ver a mis compañeros de grupo, el día de ayer no me di el tiempo de observarlos porque estaba

o. Charlando con mis compañeras, burlándonos de quienes nos caían mal y buscando fiestas a las cuales acudir los viernes. Recuerdo a Haziel, era una buena chica, graciosa y carismática. Fue la primera en hablarme en

H

ne de una chica de cabello oscuro y tez blanc

H

ce en un susurro―. Todas lo idolatran, incluso yo me le quedo vie

osa ―una punzada de triunfo nace en

a la carrera

a ver. Alzo la mano en respuesta, jamás creí que algo así fuera a ocurrir. La chica se despide y vu

ir de compras, pero lo tomaré en cu

chica amigable. Hay varias fotos del verano en casa de su familia y de su perro. La fotografía más reciente es del día viernes antes de volver a la escuela. Está en la residencia de estudiantes, alrededor, varias person

chicas pelirrojas en el mundo, Sores está lejos de la ciudad y es un pueblo olvidado por la humanidad... pero me parece demasiada coincide

te y está saludando a alguien que no se alcanza a ver bien. Entrecierro los ojos para ver mejor de quien se tr

ión. Observo su anatomía imponente y me pongo en guardia por si algo raro ocurre. Varias chicas observan a Aiden con la boca

hacia la chica que supuestamente fue a El Ar

a y con los dedos temblorosos interactúa con él. En menos de c

las demás chicas lo miran embelesadas, seguramente imaginando qué se sentiría ser la chica con la que descargará su furia en el sexo. Pero Ca

que el viernes habrá una fiesta y que cordialmente está invitada. Las chicas vuelven a sus chismes de fin de seman

nder o no. Desde que discutí con Mateo, mi interior se debate entre oír su voz de nuevo o simplemente dejarlo ir. Ha pasado má

o, pero él tiene los medios para encontrarme. Y aunque le di

Ho

tario del se

esperada. Intento no sentirme decepcionada al saber q

ienes mi número. Acabo de camb

algo que ver con esto, p

s la gracio

as, estoy

de donde viniste ―imagino su rostro ard

ando que te haré caso. Las razones por las que estoy aquí no son de tu incumbencia. Hazte un favor y a

que no t

oniendo que estaba en Estrada hace cuatro días, ¿cómo llegó acá tan rápido? Por la forma en que miró a Aiden presiento que ti

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1 Capítulo 1 Prefacio2 Capítulo 2 Bienvenido a Sores3 Capítulo 3 El Arco4 Capítulo 4 Cadena de errores5 Capítulo 5 Ya no soy la misma, date cuenta6 Capítulo 6 El amo y señor Aiden Laredo me odia aun más7 Capítulo 7 Un amargo recuerdo8 Capítulo 8 El amor es mortal9 Capítulo 9 El día en que el destino golpeó10 Capítulo 10 Un consejo: No le abras la puerta al pasado11 Capítulo 11 El inicio12 Capítulo 12 El inicio II13 Capítulo 13 Ya es tiempo14 Capítulo 14 La muerte15 Capítulo 15 Madrastras de cuentos de hadas16 Capítulo 16 Madrastras de cuentos de hadas II17 Capítulo 17 Nunca confíes en nadie18 Capítulo 18 Nunca confíes en nadie II19 Capítulo 19 Cita con los muertos20 Capítulo 20 El amor es así21 Capítulo 21 Un amigo puede hacerte daño22 Capítulo 22 En un amigo se puede confiar23 Capítulo 23 Si vas a apostar es para ganar24 Capítulo 24 Si vas a apostar es para ganar II25 Capítulo 25 Respuestas26 Capítulo 26 Respuestas II27 Capítulo 27 El cielo mismo28 Capítulo 28 El cielo mismo II29 Capítulo 29 Nunca la he tenido y la pierdo cada vez más30 Capítulo 30 Aiden31 Capítulo 31 Quedar como estúpida32 Capítulo 32 Quedar como estúpida II33 Capítulo 33 El que busca encuentra34 Capítulo 34 Afrontar35 Capítulo 35 La sonrisa roja36 Capítulo 36 La sonrisa roja II37 Capítulo 37 El detective38 Capítulo 38 El detective II39 Capítulo 39 La intrusa40 Capítulo 40 La intrusa II41 Capítulo 41 La verdad42 Capítulo 42 La verdad II43 Capítulo 43 La boda44 Capítulo 44 La boda45 Capítulo 45 El suspiro del último lamento46 Capítulo 46 El suspiro del último lamento47 Capítulo 47 La revelación 48 Capítulo 48 La revelación II49 Capítulo 49 Despierta50 Capítulo 50 Despierta II51 Capítulo 51 Debilidad52 Capítulo 52 Debilidad II53 Capítulo 53 En la cuerda floja 54 Capítulo 54 En la cuerda floja II55 Capítulo 55 En la cuerda floja III56 Capítulo 56 Nuestros enemigos57 Capítulo 57 Nuestros enemigos II58 Capítulo 58 Nuestros enemigos59 Capítulo 59 Reunión familiar60 Capítulo 60 Reunión familiar61 Capítulo 61 Tomar partido62 Capítulo 62 Tomar partido II63 Capítulo 63 Aquel amor perdido64 Capítulo 64 Aquel amor perdido II65 Capítulo 65 Aquel amor perdido III66 Capítulo 66 Aquella amistad rota67 Capítulo 67 Aquella amistad rota II68 Capítulo 68 Aquella amistad rota69 Capítulo 69 Mar y tierra I70 Capítulo 70 Mar y tierra II71 Capítulo 71 Mar y tierra III72 Capítulo 72 Mar y tierra IV73 Capítulo 73 Lo que fui sin ti (final)74 Capítulo 74 Epílogo: La última carrera