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La Sirena

Capítulo 2 2

Palabras:3345    |    Actualizado en: 15/02/2021

a años

con el rostro hinchado

ndole que no se acercara, i

estaba claro que ella no te

raría com

-volvió a

en la pierna; chapoteaban a

n de la boca antes de q

que ha

uió avanzando sin más. Ahí

lo que h

tres

uscando una

ía! ¡Lo juro,

s unos centímetros de mí.

rara un modo de vengar la

limitó a quedarse allí

ellos ojos hinchados y

Me desperté jadeando, agitan

Un sueño. No era más que

e así se me calmara el coraz

con el dorso de mi álbum de

tículos de prensa. Me estab

él antes de

página sobre Kerry Strau

timas personas que tenía q

s más y tendría información

tia sería mi prim

de Kerry y observé el bril

n su recuerdo, un efecto c

do no estaba intentando coci

s de madre o lidiando con la rutina de su trabajo. Kerr

como una

Se lo había robado y se l

-le dije a su foto-. Al me

usen

e una vida cortada de cuajo

Cerré el álbum y lo puse en

bía unas cuantas personas q

d, ni siquiera est

gí al salón, donde resonaba

superior al que m

-me saludó

ientras comprobaba que to

portante que era que nadie p

ecavidas que me

a de ocurrir otra i

scura de la cabeza a los p

a los pocos minu

ntras me instalaba en

stró una gr

do en comprarm

tando las cejas, sorprend

ia a crea

pudieras dejar de pinta

en

demasiad

ndo sus obras de arte por

escribiendo algo en su telé

e alguna de nosotras tuviera

n a quien llamar), pero a el

el m

ido estar a cargo

taria me parece algo i

a y escribía al mismo t

o ahora no lo tengo, así

lan

que teníamos un montón d

h se me

una nueva idea -

ka, dejando el teléfono y

dos cach

e gusta de verdad. Creo q

difer

ticamente como ca

espalda, casi tira

ctamente lo

illada al pensar que tres p

umbres diferentes, pudieran

bandonar su aislamiento a

ras, encajó como la

ú, Ka

¿

tó la cabez

sueño qu

juego centenares de veces

buen humor. Yo me había

das que me había llevado.

rfección. O escritora, para

astronauta, por si necesit

mente había agotado hast

solo había una cosa que des

ba demasia

o de historia apoyado sobre

mi habitación la noche ante

s de su interior se

ije sonriendo y encogié

em

el pie en el campus, tra

ca y agradable como la de

. Los humanos (y su neces

gidos) me ponían nerviosa. P

interior: «No hace falta que

ía asegurado a las dos sema

no solo había salido ella, s

tuviéramos una vida lo má

terior. Para mí e

de una universidad, lo c

o por campos de hierba y

nic. Yo no sentía la necesida

o Miaka. Me contentaba con s

estilo fuera algo diferente,

faldas y los vestidos de lo

n libro en las manos, podía

la gente pasar, contenta de

ía quien me saludaba sin más

ula e inofensiva), la ilu

ecir... ¿Por qué no dice al

migas que

beja reina. Y que las ot

gan

nía que haberte dicho que

todo el mun

echó el ca

cabado con ella. No est

cerré los ojos, convencida

eg

s diseñarlo -le decía un c

do las manos

algo más gordito, rascánd

a toda

ás a su amigo, pero este s

e habría podido mantene

colega. Podríamos ser la

hablando de aquellos dos c

ron la

e una

só, por la tarde, fui a la b

veces por semana. No me gustaba investigar para mi ál

h se había mofado de mí

car los cadáveres? -me dij

os pensamientos. ¿Eso t

mis álbumes de recortes co

s matado. Me hubiera gus

quella gente, cuyos gritos

hundido su barco. Saber qu

y que Jordan Cammers est

, de algún modo, el saber

orara en al

Warner Thomas, la penúlt

ner resultó ser un sujeto

mismo nombre, pero cuando

se interrumpían de golpe se

y flaco, con aspecto de se

te en persona. En todas par

pensar que

da en su blog e

s, pero es que estoy actualizan

ta d

ea, el sol se fundía en

el mundo! ¡Seguro que s

ír. La expresión que tenía

no había dicho nada exclamá

si habría ocurrido algo a

nsar que su vida iba a toma

ntamos desde la seguridad d

ede ver lo f

encontré de él, una broma

manos. No me gustaba llev

apeles con todo cuidado en l

a

Te juro que tu muert

odía dedicarme a algo más d

pensar cada entrada devast

uve mirando vestidos antes de

steles. Encontré la sección

o vacío en la tercera planta

ondants, construcción de

regodeándome en una ensoña

de mantequilla, con un escar

. Preciosa. La siguiente fue

ntos de pedrería alineados

ropiada para un

próximo gran sueño. Tal ve

ial de otras personas, po

elebrar u

ontré a un chico rubio de

Llevaba en el pecho una viej

rme universitario: unos pan

arremangada por los cod

vitable, parte del juego. N

res eran especial

r, esperando que captara la

esas de la última planta

esde luego no te iría

onrisa burlona. Aquel

mi sonrisa como una invita

ello, en el equivalente mo

ala del sombrero.

reto para hornear buenos

a, la verdad. Apenas sabría

mar

o era cierto. Verlo ligeram

bolsillos, desp

Sabía que no tenía mala int

uando estaba a punto de

vantándome y marchándome

y me la

rto -dijo, esperando que

ba acostumbrada a que la ge

s raro -añadió, malinterpr

e el último nombre de fam

, esperando. Mi respuesta

y Miaka conseguían interac

pasar de un amante a otro s

que parecía... diferente. Qu

ndo una sonrisa sin pretende

una capa de nubes, pero est

s a mí que a él mismo

ello pudiera rompernos en p

se diera cuenta de lo

ú ere

lo pondría fin a la conversa

í mi nombre. Sus ojos

has estado leyendo lo

con la

Oy

en

des hablar..

lsillos mientras yo intent

lumna. No teníamos muchas r

lencio en presencia de otros

a de cantar, hacerlo sin vaci

nada que pudiera dejar nue

cosa, igual que sentarse baj

rsación? Me estaba introd

igr

cando un bolígrafo-. No t

en la palma

, debatiéndome. ¿Qué nombr

bía comprado por Internet?

playa? ¿El que había emple

un centenar de nombre

quizá, decidí u

reguntó leyé

liberador que resultaba qu

e conociera por m

Encantado

ún incómoda. No sabía có

ersa

r a una universidad tradicio

ue ya había hecho una gran

opia broma. Aun con lo incó

antener la conversación. Er

. Volvió a señalar los libr

cesitas ayuda con el pastel,

como para no

té un

ió, y se rio como si le h

caso, buena suerte

guió por el pasillo empuj

aría su cabello rebelde, qu

como la bondad de sus ojos

ellos detalles si llegaba a

días en que Kerry o Warne

No recordaba la última v

ma

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