Negocios Placenteros
rv
stigada con mi indiferencia hacia ella, no podía dejar de evitarlo. Le había dicho que en quince minutos la quería lista, ya faltaba
rá como tonto esperando, mejor ella
dedicación la premié con una sonrisa-. Me adelantaré al banquete
inmediato e hizo un ademán que me encantaba
gachaba su cabeza en señal de respeto. El Tesla negro ya estaba estacionado a
olo y que todos me cuestionaran acerca de eso, así que mejo
cigarrillo. Era un mal hábito, lo sabía, pero era lo que me ayudaba un poco en mis momentos de tensión; o sea casi todo el tiempo últimame
esperar que se detuviera, me adelanté. Mi castigo por su impuntualidad seguía en marcha.
que todos vieran que me comportaba como un buen marido. Tomé el pomo de la pu
ero
la era... perfecto. Y no nada más el vestido en sí, sino que era ella quien lo hacía lucir de una manera extraor
untó ella mirándome
lí de mi ensimismamiento-, la esposa d
*
l
i mente. Tarado será, o bruto más bien. Por más que
ía podido jurar que se había sorprendido al verme, pero eso era algo imposible, él solo mevoltearon a vernos. Enseguida sentí la mano de Harvey posarse en mi cintura y me estreme
belleza todo este tiempo? Alice, ¿cómo te va esta noche
lo quería descansar. ¿Qué era eso de tener un ban
a solo me gustaría estar sola con mi
e el pecho presionando u
mpromisos. -Sentí cómo él también me dio un leve apretón en la
or qué? ¿Y por qué tan terriblemente odioso? No lo soportaba. Incluso a u
con un imbécil como él -dijo una voz c
droga -contesté y é
ellas con maridos imbéciles -dijo y gu
me a bailar y yo miré a mi al
estaba haciendo?, ¿buscaba s
vez que bailamos. -Sonrió con sus labio
ep
aprende, Harv
. Yo seguí con la misma actitud de unas horas antes cuando había bailado con el desconocido que ahora me tomaba de la c
nto me gustaba bailar. Casualmente, él también ejecutaba a la perfección los pasos. De reojo podía verlo, se veía sorprendido por m