Negocios Placenteros
l
e de todos y agradeciendo que hubieran asistido. Durante la
r un asunto de emergencia. Sí, ya sa
bre misterioso que me había invitado a bailar ya no lo había vuelto a ver, pero cuando se alejó después del baile no pude evitar qued
ados no pudieran decir eso ya que mis ahora s
mujer rechoncha y llena de joyas,
verdad», pensaba
que me llevara al que sería mi hogar de ahora en adelante. Aunque esperaba
apatos, llegamos a la mansión que ahora compartiría con mi amado Harvey. El amo
bienvenida y me indic
cho, siga el pasillo y al final d
rgar a la novia hasta la cama? En cambio, ahí iba yo sola, despeinada, descalza, cargando un vestido de no
disfrutar de lo que se me diera y li
Me puse de espaldas a la enorme cama y me dejé caer, exhausta. Enton
, maldita boda,
ujé, pero al fin salió. Todavía con la lencería puesta, incluyendo el liguero, caminé hacia una puerta al fondo de la recámar
camino me quité el sostén y sentí un gran alivio. Entré al baño, pero, al comenzar a quitarme
o por tener una pierna levantada y me fui
sea la toalla con la que se cubría mi querido esposo,
os lados de mi cabeza. Bajó su mirada y, como yo no podía cubrirme, me vio
horrible al mío y, con una
e las que les gusta ser maltratadas?, ¿eh? ¿Mi
sta, frágil, pero también con muchas ganas de
ni q
? -me interrumpió-. ¿Cómo se te ocurre
n mi
de bailar con él?, de s
! Yo a él ni lo c
ita, no gastes t
ya no latía salvajemente, sino que casi se salía por la impresión. Vaya, vaya
voltearan de nuevo a ver los suyos-, y que si tú incumples con el contrato, aunque sea con una m
o.
ue tenemos un banquete al que debemos de asistir. Encontrar
ía dicho del dizque amante, y con más ganas de golpearlo que antes. ¿Cuántas veces
tomar una rápida ducha y s
Harvey se había tomado el tiempo de hacer eso por mí, ¿por qué?, ¿por qué simplemente no le
abía hecho bien en enviar mis pertenencias desde el día anterior. Tenía que te
e no vi un rato antes al llegar. A un lado de la cama, en el