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La esposa del Hades

Capítulo 4 Grecia

Palabras:1821    |    Actualizado en: 21/12/2022

tra el escritorio de cristal, algunas cosas se cayeron de su lugar, pero por suert

rma rapida y elegante, pero no se acerco a Amelia, ella descubrio que a Domick se

argo, de repente Amelia escucho algo muy extraño que provenia de su esposo, parecia un gruñido, algo asi como el de un animal que esta a punto de atacar, ella penso

su costado, parecia como si alguien hubiese puesto su mano mientras este se enco

ro e inflexible, todo mientras seguia observando aquel cas

la tierra, estaba en presencia de su esposo y nada le daba mas terror que eso, ademas del tener que darle explicacion de lo que habia sucedido, no sab

habian tocado sin que hubiese sucedido nada, comenzo a sospechar que tal vez aquel terror que sentia hacia esa cosa era

e que un extraño hubiese amenazado a su esposa y mucho menos que hubiese asesinado a su ama de llaves, ni siquier

ando la mirada un breve segundo— fue c

alzando la ceja, eso si habia

no habia sido su culpa, sino que habia sido para salvar su vida, pero Dominick no r

mick con cierta severidad para despues soltar un suspiro apenas audible pa

das, sin embargo, lo que le llamo la atencion fue que su esposo no se molestara, de hecho nunca lo habia visto molesto, sin embargo era

o para que su jefe pasara, pero este, en nin

el aire cambiaba e incluso que la habitacion se iluminaba, aunque probablemnte er

echo a ella le parecio innecesario aquella visita, su esposo la habia ignorado de cualquier forma, era como si se negara hacer contacto visual con ella, c

a de agua del rio Aqueronte. Amelia se sorprendio que entre todas las propiedades que poseia su esposo, habia decido abandonarla

s que parecian sostener el peso del techo de la casa, pero se notaban un tanto extraños, tenian grabados sobre s

scubierto que Domick sentia una atraccion por la grecia antigua, era obvio al ver esos grab

cia donde vivia su esposo, ciertamente habia muchas cosas extrañas que llamaron la atencion de Amelia, como pinturas de ambi

piso, le parecio que ahi, la luz era mucho menos escasa, la llevo por un pasillo larfo que poseia varias p

enia otro aspecto, algo mas lugubre y sombrio, era como estar en un sotano oscuro y quizas por esa razon, su esp

ue hacer un poco de esfuerzo para abrir una de ellas, era realmente pesada, ademas de que estas tambien tenian grabadas ciert

ro al menos la habitacion si gozaba de un par de ventanas que la iluminaban y no solo eso, tambien poseia un balcon que tenia una hermosa vista del rio y tambien de la cascada, era un sueño, per

menos de que el señor este en casa, esto debido a que el señor posee una coleccion enorme de reliquias griegas antiguas, por lo que prefiere

o sacastico para aliviar la tension que sentia de estar ahi en un lu

tacion, no se preocupe—aviso Lucile torciendo levemente los labios, mole

tareas?—cuestiono Amelia aprovechando el h

sona fuese contratada para el servicio de limpieza—explico, pero esta ve

los asuntos de su esposo, pero supuso que ya que no sabia cuanto tiempo permaneceria ahi, quer

ia llamdo padre, ella se encargaba de la limpieza, pero se suponia que al

ue estan esparcidas por toda la casa, asi que no salga cuando el equipo de limpieza este trabajando,

nas compras?—se atrevio a preguntar, no lle

en la residencia de Londres, sera mejor que se resguarde aqui donde estara mejor protegida hasta que tengamos certeza de que estar

ia dado informacion suficiente y un poco demas a la esposa de su se

ro levemnte hacia Amelia— v-vi algo...la policia no me c

mo su camino para salir de la habitacion

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