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La esposa del Hades

Capítulo 3 El secreto del sótano

Palabras:2113    |    Actualizado en: 21/12/2022

a muerto frente a sus ojos, pero la forma en que habia ocurrido era ilogica, nadie moria de quemado de manera espontan

to recelo cuando vieron el cadaver aun caliente y al dar su declaracion, los agentes ni siquiera se molestaron en apuntar lo que decia, creyendo que tal vez la señ

das, pero no estaba segura si él querria respon

gio la figura de Lucile, la asistente de su esposo o al menos ella pensaba que era una mujer, s

hecho desde la primera vez que la vio siempre habia mantenido ese estilo tan sombrio, pero quizas el unico detalle que tal vez podri

En ese instante, los agentes sacaron el cuerpo calcinado del hombre que habia irrumpido en la casa, debido a que llevaba en las manos aun el artefacto, unicamente lo habian cubierto con una sabana

parecian molestos, no solo porque habian detenido el avance de la camilla que llevaba el cuerpo, sino porque Lucile, aunque serena, parecia orden

hacerlo ella tuvo que jalar con fuerza ocasionando que los brazos se desencajaran desde los hombros, era como si e

ero no a Lucile sino al yelmo. Se supone que esa cosa habia quemado vivo a un hombre, era lo que le habia estado tratando

aire de respeto— por favor si

r que estaba pasando. ¿Como es que Lucile habia tocado esa c

estida adecuadamente para ver a su esposo, tenia la pijama puesta, pero

epente—¿Me llevaras con Dom

, justo a un lado de Amelia— el señor Sallow se encuentra en grecia, pero deb

orando el hecho de que tenian una residencia en Grecia

o, pero la expresion de Lucile habia cambiado, era de duda y sospecha, sabia que Amelia habi

para matarla, pero cuando Lucile cerro la puerta trasera para dirigirse al asiento del conducto, Amelia comenzo a hacerse todo

nguna pregunta y claro habia mantenido sus dudas y su curiosidad encerradas para evitar problemas con su esposo, pero habia visto cosas que no se p

ecificamente a Atenas. Por supuesto durante el viaje mantuvo los labios cerrados, sabia que aunque se lo preguntara, Lucile no

a tierra que tenia conocimiento de los secretos que guardaba Dominick esa debia ser Lucile, pero le era

por lo que habia visto, sino porque no se sentia cansada, p

brada a escuchar ruido mientras dormia o incluso ser despertada por alguien, desp

e Lucile usara un tono de voz gentil, aunque supuso que se mostro respetuos

o en ese momento penso que habria sido mucho mejor entrar a la mansion por una maleta llena de su propia ropa, per

rando por la ventana, aun

velo Lucile mientras tomaba el casco

espuesta logica, habia viajado, pero no sabia exactamente para que. Segun Lucile, su esposo la esperaba, aunque probablem

talla, ademas de que la tela se sentia como un par de nubes sobre su piel, asi que una vez que termino de c

era Lucile sino otra persona, ella se encontraba a su lado mientras sosten

a. Pronto el auto comenzo a avanzar y aunque no sabia cuanto tiempo viajarian, Amelia comenzo a observar el panorama

ejos de los simples mortales. El auto se adentro al estacionamiento subterraneo de un edificio que tenia la palabra "κόλαση" una palabr

nia que irian a la propiedad que su esposo disponia en ese l

melia supuso que aquella orden debio recibirla mientras dormia, no le parecio extraño que su esposo diera ord

Lucile bajaba junto con el casco en sus manos. Parecia un tesoro de enorme valor que su esposo

l boton hacia el ultimo piso. Tardaron varios minutos para que aquel armatoste las llevara a su destino y entonces, cuando las puertas se abrieron, las recibio un pasillo enorm

una contraseña en un panel sobre la cerradura, esta hizo un extraño sonido y luego se

car el casco sobre un fino escritorio de cristal mientras Amelia admiraba la vista que ofrec

pero al girar a ver a Lucile, ella

o sobre la mitologia, pero por suerte debajo de cada imagen se encontraba un nombre, el primero decia " Caronte" era la silueta de un homb

onde varias siluetas caminaban afligidas y la tercera mostraba una imagen de tres hombres

a mostraba un hombre de apareicia sombre, vestido con una toga oscura, que sostenia un yelmo co

su esposo, descubrio que desde aquel lugar la observaban unos ojos familiares, él estab

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