Más que un fuckboy
que me llenaba de vida, en la cama, pero
ecomunicaciones y era alguien con conocimientos. Pero era hombre machista por los cuatro costados, con pensamientos demasiado antiguos y radicales, un hombre que, sin duda, sabía que no iba a terminar siendo el padre de mis hijos (ni muerta educo de esa f
trar algo mejor, sabía que merecía algo mejor, pero no lo quería. Con él tenía todo lo que necesitaba en aquel momento y, aunque sufrí mucho, no me arrepiento. Aprendí lecciones que no he olvidado todavía y sobre todo, aprendí a
sobre todo, que no quiere cambiar. No es nuestra responsabilidad hacer mejor a nadie. Si consideramos que alguien no está
lla' sufrí mucho por alguien que no me merecía y que y
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os te invitaban a quedarte besándolos por horas. Su cuerpo esbelto y atlético, sin demasiado músculo, más bien tonificado por el deporte. Era el portero del equipo de fútbol de la universidad. Ya lo sé, ¡qué cliché! P
el tipo de chico con el que yo solía estar. No me malinterpretes, me gustaban mucho los chicos malos, fiesteros y divertidos. Pero algo en Cedric decía: Aléjate. Tampoco es como si creyera que tuviese
odido tener el chico que me hubiera venido en gana. Y lo había hecho, por supuesto, pero en silencio, porque tenía una reputación que mantener. Yo era una chica con carácter, todos me respetaban bastante y el que
arrera, porque la verdad es que estudié bien poco. Tenía una buena capacidad para captar los contenidos más importantes y solo estudiar el día anterior al examen, además de considerarme inteligente. Lo era, pero