La magnate
es de Hariella, no había un ascenso ejecutivo o privada para ella; eso le parecía algo innecesario, ya que lo utilizaba pocas veces. E
jo, podía verle la piel blanca, libre de manchas y el cabe
y se puso a verlos. Hermes se percató y con eso
inanzas? -preguntó Hermes, mirando hacia el frente en
le gustaba ser interrumpida y menos que le dirigieran la palabra sin que e
secretaria y alzó su mano izquierda
ningún interés, mientras
ntidad? Recordó entonces que no eran muchas fotos las que rondaban en la red sobre ella, los artíc
debo pedi
iella era fría, de carácter fuerte, calculadora y la mejor en los negocios. Pero a pesar de su dura y estricta personalidad, no aborrecía al amor, pero pareciera que era el amor quien se negara a ella. Los hombres, nada más, se le acercaban por su
e quieres?», p
é? -preg
to de gerente -dijo Hermes con se
oca. Hariella no recordaba la última vez que había sonreído, tantos años y hasta ahora volvía experimentarlo. Eso la hizo pausar su lectura y levantó el rostro. Nada más había visto el cabello ondula
rsación; después de que Lena le hubiera entregado el portafolio, más b
a empresa? -interrogó Hariella,
na idea que le había parecido interesante-. No la cono
ta a Lena y adquirió una postura má
a pregunta lo hubiera hecho reflexionar sobre algo importante. Acomodó e
es mi
a había sorprendido dos veces y eso la inquietaba, y a la vez, le llamaba la atención. "Ella es mi sueño". ¿Qué significaba eso? S
lla, queriendo saber la explicació
za hacia Hermes y por primera
ello rubio que parecía hebras de seda dorada y los ojos azules, que
arando la belleza de Hariella
staba acostumbrado a tratar con tantas muchachas y menos con una que, para él, era demasiado hermosa.
o», se corrigió H
o. Las mejillas se le calentaron, pero a pesar de eso, él no desviaría la mirada, quizás no t
ojos azul oscuro que la observaban de vuelta. El muchacho parecía ser más joven que ella y era más alto, por lo que su cuel
decir, es que quisiera ser como ella. La presidenta es increíble y admirable, por el cargo que ocupa; una mujer que es capaz de dirigir y liderar
, de que escuchar esas palabras, le hubieran agradado -dijo ella, siendo consciente de que é
omo seguro lo es l
eguntarte, ¿tienes
r bien sin ellos, son antirreflejos para proteger mi vista de l
s prest
los entregó y se quedó observánd
yó. Volvió entonces la vista hacia Hermes y quedó extrañada. El muchacho parecía haberse hecho más a
tó ella, moviendo su cabe
mí, te ves ig
ú c
ualquier cosa que te coloques -dijo Her
escuchaba el parloteo de su jefa y del despistado muchacho que no sabía quién era Hariella. Eso era mu
ya Hermes había llegado al piso en el
s, avisando, al ver que ninguna de las dos, había avanzado p
edes ir tranquilo a tu entrevista -
un buen día -dijo H