BLACKGOLD
iciarlo. Debería ser un poco más fuerte. Un hombre no se mide por la cantidad
espondió ella con un susur
s, para darle más espacio
za-, yo no lo sé ¿Por
ber creído que ha
destreza, y habilidad le desabotonó su pantalón. Colocó la cabeza sobre
No quería que ella supiera que le estaba dando placer. Sentía como su miembro entraba, y desaparecía en las profu
o estaba disfrutando? ¿De verdad estaba pensando en eso? Su cuerp
volver loco a cualquier hombre. No quería ser descortés, por eso le acarició la cabeza indicando con esto que estaba
o sucedería, si no ponía de su parte. Así que tuvo que utilizar un recurso que jamás había tomado. Cerró los ojos, y
acercarlo hasta su boca y así sentir el calor a su alrede
-exclam
ás rápido y más profundo, pero él se imaginaba a otra toda dispuesta a darle el placer que necesitaba. Cuando la chica pasó la
se siente
y le marcara como suya. Volvió a imaginar aquella mujer que lo miraba con aceptación, y con eso sellaba su destino. Con los
ahora sería él quien dictaría e
un poco, para luego comenzar a follar su boca en serio, con rápidas y largas estocadas. Yasir sabía que no estaba comportándos
follando su boca sin
eaba más sus caderas masculinas, para disfrutar más la sensación. En ese justo momento fue cuando en su malvada imaginación, era la pequeña bruja quien acarició con la punta de la lengua su glande y se
tan solo supiera que ella no era la dueña de esa eyaculación
que lo has disfrut
rida -Yasir lo dijo
palabras la muj
e que: "No estu
dentro de sus pantalones y se acomodó un poco. Estaba ya abur
s -trató de excusars
ue siempre ha sido malo. -Ella se levantó
el trago que había dejado en la mesa. Mientras que la man
ti -declaró la joven en v
ió su trago. Luego la mi
ta -sonrió c
estoy jugando t
ién l
o me hagas r
eó su
ón quieres arruinar el m
trecerrand
no me ha devuelto el favor -le
itó de su regazo y la colocó en el sofá. S
í que me dier
te que no -lo
na gana me ofreciste -él
rdo -bufó a
darle a las cosas el nom
tal y completo recurrir a ti
ceja arqueada, y con s
ue me ne
an segura es que si esta ayuda tuya me
tomó de la cintura y pegó su cuerpo al de ella. Era importante seguir su
ró bajito, con resignación pe
r? -cuestionó Yasi
opción -lo miró seria-
go que no puedo darte -Yasir se
a no puedes -le re
ico que hizo fue terminar su relación con ella, y pedirle a su supuesto amigo que abandonara inmediatamente el apartamento
edo, porque no quiero -
n jadeo y se
ve para ti -se removió inquieta sus brazos-.
arada!», p
motivo? -preguntó abriend
. Lo sabes muy bien, yo nunca hice na
no sabes el motivo? -c
preguntado -ella se cruzó de brazos-. Es hor
esopló-. Te dejé porque te encontré
confusión. Al parecer no reco
que sucedió, Yasir -la
oy ciego? -Alzó los b
ez malinterpretaste lo que viste -el
e eres un
l respeto -negó
señaló con un dedo-, porque te vi. -Apretó los dientes enfr
era yo? -pregun
conozco tu cuerpo y porque t
remedio que ac
Fue un
, ya no tiene
iempo aún te duele -manifest
ciendo el ceño-. Me dolió, haber
mos juntos e
es -hizo gesto con la man
ce. ya no c
de ahí en busca de aire. ¡Maldita sea! La sangre le hervía de la rabia.
o confia
lante, y colocó las
mpresa de mi familia que puedes confiar en mí -se puso de puntillas p
z debería aprovechar. Era un b
de su abrazo-. Tal vez así, pue