Peligrosas Mentiras
nd
nsamientos desde hace unos días, pero intentaba no pensar m
ca Black and White, manejaba alcohol de mala calidad. Pero los clientes nunca se quejaban, o, al menos, jamás lo hicieron conmigo. Sin embargo, en otra cosa en lo que la discoteca fallaba demasiado, es que no tenía guardia de seguridad en la sección de adentro. Habí
nder que el machismo y el acoso era repulsivo y no debía pasar. También, porque arruinaba mis fines de semana, en los que se suponía que yo debía usar para estudiar tranquila o relajarme. Pero todo esfuerzo iba a valer la pena c
días tenía ganas de renunciar, y eso
enían aquí a charlar sobre sus problemas como si esto fuese un simple bar, y los comentarios asquerosos y la falta de respeto nunca hac
Un hombre estaba interesado en el puesto
memoria. Golpeé la puerta de su oficina varias veces, mientras en mi mente me preguntaba a quién rayos se le ocurría hacer u
ahora? -preguntó mi jefe cuando abr
ca de hablarme, pero reaccioné antes de que
eñor, no quis
rtido de fútbol de hoy? Pedí qu
Así no era
ande,
quieres, Cande
a trabajar estoy repitiéndoselo, y nunca recuerda có
hombre de la entrevista esté por
a él bajaba de su oficina, tomaba una botella entera de vodka y se la
Q
ué?
spués me
entrevista, jefe. ¿Qué se supo
y hazle preguntas. Ahora no me molestes y vete a trabajar, Cande
agos, no por hacer entrevistas
me dejó termi
icamente en la cara. Me quedé so
era ju
rlo, y la verdad, aunque no quería trabajar más aquí, yo necesitaba el dinero para
caleras con
en? -me preguntó, Caroline, mi c
e por las escal
udarte a hac
para atender al
o, señor? Tenemos una gran cantidad de alcohol para elegir -comenté, cansada.
se creyese el hombre más atractivo del mundo y como si su coquetería fuese a funcionar conmigo. No
ía nada de aquí. No era u
uena bebedora, así que no sabía qué recomendar, pue
erá -res
ignoré sus miradas. Si le pres
ía hablar conmigo un momento. Con lo ocupada que he estado es
mpañera. Debía ser rápida en la llamada a mi
l número
llamarías ahora, creí que verías mi mensaje hasta
nto de Vancouver, era a mi madre. Bueno, a mi familia entera. Pero sobre tod
lejos de casa, temía que no me fuera bien aquí sola. Se negó rotundamente a dejarme, pero no pudo impedirlo, pues yo ya tenía mis diecinueve años cumplidos y podía decidir por mí misma. Además, este era un crec
uede ser la universidad y lo pesado que era el trabaj
n par de minu
mo e
pero bien. ¿Papá? ¿Mis
ien, pero te ext
tamb
suena? Es un poco rara p
mi trabajo era ser camarera en un restaurante los fines de semana. Si le decía la verdad, se iba a disgustar, porque diría q
. Quisiera que volvieras a casa. Es
cupes. -Sabía que gran parte de su intención, era que volviera a ca
utos, hasta que me asomé por la puerta del b
, mamá. Te llamo
par de personas y procedí a limpiar el vodka q
o de la discoteca -dijo alguien. Seguido de eso, unas
mo si me conocie