Un año después

rc

s horas. Justo cuando me paro, con la intención de consultar en la aerolínea, veo que un grupo de personas comienza a salir del sector reservado y pienso que quizás entre ellos se encuentra mi nueva amiga, por lo que miro detenidamente buscando identificar a alguna mujer que coincida con su descripción, repaso mental

cién en el avión, así que no te pude avisar que salimos tarde. –Dice una voz

su cuerpo con la vista, asombrado por la hermosa figura, que por cierto no tiene ni medio kilo de más. ¿Dónde está la

os y me doy cuenta que debería explicar mi desconciert

o en cada una de sus mejillas. -Perdón, estoy un poco confundido… Pensé que eras… diferente. -Veo sorpre

nta, mientras ladea la ca

olsillos del jean. Me doy cuenta que sigue mi movimiento con su mirada y me siento analizado por lo que

e Lorena con una chica que deduje que eras vos. -Digo, rogando que me crea la m

les así al menos uno sabía cómo se veía el otro

edes sociales. –Retruco la apuesta devo

que tengo en frente, le sumo la frescura de nuestras conversaciones de los últimos día

rostro se dibuja una expresión de fastidio. Lee un mensaje en el móvil

ñana. –Su mirada de perrito mojado me da ganas de decirle que en mi cama hay suficiente espacio, pero me castigo mentalmente recordándome que es la herman

tono de chiste, pero veo incomodidad en su rostro y eso me hace dudar y retomar rápidamente la conversación mientras camino hacia la salida. -Espero que te gusten los tacos porque encargué las tres mejores variedades de m

que no me molesta en lo más mínimo escucharla durante varios minutos, cosa

mbro me da un pequeño golpecito en el brazo y sigue. -Ya veo con qué atención habrás l

etenerme a observarla mientras parece buscar una respuesta en el techo del auto pero s

que termine de formularla. Se recuesta entre el respaldo del asiento y la puerta y mira fascinada el cielo… mientras yo la miro fascin

n ahí noto que el semáforo volvió a verde. “

s ocurrencias de Sara. Es evidente que ambos preferimos evit

vos. -Extiende su mano y la apoya sobre la mía. –Aunque nos

dado por sentado desde el primer momento que no implicaba una propuesta más allá del hospedaje. “Mejor”, me recalco, recordando que es la hermana de Lorena y estamos acá por ella. No puedo per

el momento. –Mañana tengo que salir temprano, en el recibidor tenes una copia de las llaves. Vuelvo a horario para buscarte para la cita con el psiquiatra. –Digo, mientras me voy alejando por el pasillo hac

r de toda la tensión acumulada en los últimos días, así que vuelvo a salir esperando encontrarme con Sara, me freno un momento pensando qué le diría pero me recuerdo a mí mismo que no tengo que explicarle nada. Cuando estoy llegando a la pu

apreciar su camisón sexi, de encaje combinado con transparencias. Me alegro inmediatamente de haber venido y me acerco con decisión. Ella se para y comenzamos un beso ansioso y profundo. Nue

pasa

a pensar en cómo sería besar a la mujer que me espera en mi departamento. Error: ella no me espera. Somos solo amigos. Me obligo

or fin para de pensar, solo puedo concentrarme en lo bien que se siente la succión de su cavidad y lo preciso de la presión que ejercen sus labios. Abro los

separa del balcón. Beso sus labios una vez más y decido que no estoy disponible para conectar con nadie hoy, así que la pongo de espaldas. Tomo rápidamente el preservativo, lo abro y coloco con agilidad y vuelvo a concentrarme en ella, que me es

citar sobre nada en este preciso momento, así que me relajo y me permito disfrutar de la situación, con las alteraciones que mi mente elige. Con la otra mano me sostengo del vidrio para poder imprimir más fuerza a mis movimientos y comienzo a sentir que los múscu

realidad y ver a la rubia frente a mí. Mientras nos vestimos

ensamiento me viene a la mente al escuchar su pregunta: Si me pasara algo no se lo contaría, porque ella n

ece que las neuronas no logran la conexión necesaria para razonar una respuesta a mi pregunta. –Deja, no me hagas caso. –Me dedica una sonrisa de agradecimiento mientras termina de vesti

en el bolsillo interno de mi pantalón. Es una notificación sobre Lorena. Configuré mis redes sociales para enterarme al momento de todo lo que ella publica así que en este momento veo que subió una foto cenando y en su mesa hay un vino. La sola idea de pensar que volvió a tomar tan pronto, despué

a

as redes sociales me repito mentalmente que no puedo sentirme atraída por él, pero ¡Dios, que difícil

la mujer que quiera a sus pies y que conoce a la perfección esa realidad. Un hombre inteligente e interesa

puedo caer nuevamente, cuando todavía estoy intentando juntar los p

avo, acomodo y finalmente me dirijo a la habitación. Veo la puer

ío, es de Lorena, y todo esto es por ella. Ingreso a la habitación y me tumbo en la cómoda e inmensa cama,

tiempo no me sentía. Sin dudas, poner distancia de mi pa

el dormitorio y pienso que definitivamente debería darme una ducha y comenzar a

avorito, se trata de un short rosa con corazones blancos y una remera musculosa también blanca, con los ojo

a helada. Lleva un short negro deportivo y una remera gris que se le pega al cuerpo dejando en claro que pasa muchas, muchísimas horas

ano pensé que sería más lejos que al balcón. –Levanta la mir

la idea de que me haya bañado inmediatamente después de despertar, o la dureza de mis pezones que se nota

luntariamente. –Cambiaron mi horario de encuentro, tengo que ir antes de la visita al psi

la consulta. -Me apresuro a desligarlo de l

queda de camino. Si te parece podrías acompañarme, no me

. -Respondo, pensando en lo mucho q

ables ojos negros, de mirada muy profunda. La portadora de ellos es una mujer regordeta y bajita, que lleva el pelo completamente cubierto de canas, recogido en un prol

los últimos tiempos… -Digo bromeando a la señora, mientras comienzo

ra, la rodea poniendo un brazo sobre sus hombros y besa su cabello con dulzura. -Te presento a Ema, mi futur

… -Ríe ella, mientras lo mira con amor. Vuelve su mirada hacia mí

a Marcos, mientras se sienta a la mesa y comienza a servirse el café. Yo lo imito

s mientras seguimos conversando y la naturalidad entre ambos me impacta una vez más, tanto que separarnos al llegar a los dormitorios parece una molestia, quisiera seguir el camino hac

. Estoy completamente abstraída hasta que el chasquido de unos dedos frente a mi rostro me hace volver a la realidad. Levanto la mirada y por segunda vez en el día me impacta la sensualidad del hombre que tengo en fren

ríe mientras prende la malla del reloj forma

tivamente y repaso mi atuendo: jeans azul oscuro rotos en las rodillas, zapatillas bajas y una remera con el logo de “Guns N’ Roses”… Defin

en mi mente y me suelto rápidamente de su agarre para evita

ra prometo que no tardo na

una sonrisa muy dulce, mi

ila y la cuelgo al hombro. Él sigue mis movimientos con la mirada y me dedica una sonris