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Un año después

Capítulo 3 Sara

Palabras:2638    |    Actualizado en: 04/01/2023

a

-Digo a la cantinera

arta de postres pod

minutos regresa con el papel que indica el monto a abonar.

iro instintivamente, tapando mi rostro con el cabello y levantando la solapa de la campera. Miro a todos lados, pen

ntras cierro los ojos con fuerza, ya que mi

mente, esperando lo peor. Las puertas delanteras se abren y de su i

siedad pasa un llanto incontenible comienza a mojar mis mejillas. Corro

Mi hermana no sabe nada de lo que está pasando pero es la única persona q

e fui descubierta. El teléfono sigue sonando y yo solo miro la pantalla sin poder reaccio

la paz que por unos breves minutos había encontrado. En medio de mi enojo corto la comu

a accedido a esta línea. Solamente Lorena. ¿Y si le pasó algo? Mi coraz

nsaje es leído en forma inme

está preocupando por tu hermana. -No

otro lado y hace que todos mis nervios se cal

aba. Mi fuga tendrá que esperar. La única persona que tengo en el mundo me necesita.

rc

con la barra que tengo en el balcón. En eso estoy, cuando siento su v

ormilona. -Dig

a cabeza me está matando. –Se sienta en el sillón de exter

o algo… pero no parece tener nada sobre lo que indagar. –Lorena… ¿Te acord

mento parece recordar algo -Ahora que lo pienso tengo un leve

te compungida al escuchar que Camila, al perder el t

¿Por qué nadie me cont

á bastante complicada la cosa por tu culpa y debe

que está auditando… ¿y la que tiene la culpa soy yo? Qué fácil es para ustedes lavarse las manos. -Dice entrando al living y comenzando a juntar s

entender. -Hace tiempo venís tomando de más, anoche mismo en la fiesta te advertí que pararas y no lo hiciste, y para

veo inspirar profundo varias vece

Camila ya dejaron de reírse de vos. -Dice con todo el veneno de su

os pensando en Lorena como la victimaria de la historia. Mi odio hacia I

es mandarlo a la mierda pero entonces pienso que tantos años de amistad no pueden terminar sin si quiera una conversación

sta con gracia. Es más que entendible que actu

o no quiero tener que ate

ún nervio y no puede operar más porq

toy riendo mientras mando el mensaje, entonces reparo en la conversación y advierto que llevamos el día ente

Repaso las redes sociales de mi amiga, pero con su afición por la fotografía las tiene llenas de imágenes impersonales. Llego a una imagen vieja, de varios años atrás, donde esta abrazada a una chica parecida a ella pero con muchos (muchísimos) kilos de más. Es más baja que Lorena y lleva el cabello rubio,

en su siguiente mensaje, suma

ses. -Digo, despidiéndome y me estoy por d

si quiero salir de mi cama para ir a verla. Recordar sus pechos abultados me hace tener las fuerzas para deci

toda esta situación ¿Inventará alguna excusa para intentar que le perdone? Vue

ujer de la que lleva enamorado diez años. Se habían conocido en un congreso, pasaron una noche juntos pero ella no quiso nada más por una loca idea de ir a misionar a África

vida se está desmoronando y la de la mujer qu

a, y no me sorprende ver que él también había notado algo, a

ión de Ignacio con ella), incluye que se casen, así que ayudo a mi amigo en la elección y más tarde lo acompaño al d

viendo a Lorena, acordamos que mañana mismo iremos él, Sara y yo a hablar con el psiqui

S

e año

o fuera por el profesor Montalvo, que se empeña en arruinar todos mis fines de

us palabras el jueves por la tarde, cuando vino a mi clase

r la puerta de su oficina una vez má

“primera hora”, se refiere a las siete, lo cual me quedó claro desde nuestro primer encuentro, per

ta y él me in

ce con una sonrisa vi

note la ironía de mi gesto, lo cual es evidente que l

arle divertida. –Digo

cuerpo se tensan y mi respiración se acelera. Cuando llega frente a mí, quedamos a unos cen

del estante un libro muy grueso. Reconozco su encuadernado, es el primer tomo de una serie de m

dos semanas, que será cuando arrancaremos el sem

ne en su mano y cuando devuelvo mi vista hacia

palabras? –Sigue hablando con tono desafiante, mientras suel

puedo evitar que las palabras

s proyectos, me aparta del grupo, me trata como una imbécil mientras los otros estudiantes son más bien sus amigos. ¿Qué le hice? ¿Cuál es el problema que tiene

se ponga, se marcan provocativamente. Sus caderas. Su olor. –Cuando me doy cuenta estoy completamente apoyada contra la biblioteca y él muy cerca de mí, rozando nuestros cuerpos. Mi centro palpita esperando el momento en qu

el pezón. Luego sigue bajando hasta llegar a mis bragas, completamente accesibles gracias a la pollera que, inconsc

rme. Me alza nuevamente y me lleva al sillón de tres cuerpos de la oficina, el precioso rincón

manos por su cuerpo desnudo, descubriendo que es aún más marcado y perfecto de lo que imaginaba. Él también retira mi

rección de sus pantalones. Es evidente que él comparte el apuro, porque me ayuda, volviendo

compaño sus movimientos con mis cadenas a medida que aumentamos el ritmo y cuando por fin ambos llegamos

y me dedica una sonrisa, a la que

ular, me convence aún más que antes de que mi fasci

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