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Un año después

Un año después

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Capítulo 1 Preliminar

Palabras:2634    |    Actualizado en: 18/06/2022

a

s de la ventana. El pasillo del hotel de ruta se encuentra desierto y tras varios minuto

i descanso y me despierto sobresaltada, con el corazón a punto de estallar y los nervios a flor de piel. Respiro agitada pensando que mi intento d

gro de no haber encendido ninguna luz en la habitación y pienso que debería esconderme. Recorro el lugar con la vista y entiend

las 22 horas.- Dice del otro lado la

za y las palpitaciones de

que puedo y me dejo caer pesa

anto antes.- Digo e

puedo romper la regla de oro que hizo que

vamente al auto para incorporarme a la ruta

S

e año

rvios. Miro a mi alrededor y veo a todas las personas igual de expectante

a el auditorio? –Pregunto a una

¿También sos ingresante? –Contesta ella,

Digo con una sonrisa, exte

. –Devuelve el saludo,

autoridades de la Facultad se presentarán y nos darán una charla. Leo l

ño pasado había comenzado antropología en la misma Universidad, pero es

tividad. Unos minutos más tarde la puerta lateral se abre e ingresan unas doce personas con vestimenta elegante y aires de superioridad

rás y una barba corta y prolija que deja ver lo fuerte de su mandíbula. Su espalda ancha combina a la perfección con el ta

e Montalvo. –Dice Lorenzo, uno de los chic

soy la única. La mayoría de las mujeres lo miran con la misma expresión que yo, var

ignifica para las mujeres. Aunque no distingo el color de sus ojos, la claridad de los mismos hace que sean hipnotizastes. No consigo hacer que mi cuerpo respon

l púlpito interrumpe la conexión y logro desviar la mirada hacia ella, s

ntentando verlo sin mirar directamente en su dirección, aunque supongo que es

do en los jefes de departamentos que la acompañan en el escenario. Mi ansiedad aumenta cuando se va acercand

rsitarias. Solamente los mejores estudiantes accederán al trabajo con su departamento así como aquellos

vuelve su vista al público lo hace directamente hacia mí, generando que el ardor

El grupo al que me incluyó Josefina se volvió sumamente importante para mí, ya que gracias a ellos la

animadamente Josefina, mientras comenzamos a juntar nuestr

que estudiar para el miérco

e un par de horitas, un nueve no te va a matar. –Replica Jaime. Todos nos reímos

encuentro con el gabinete de acompañamiento estudiantil. Por favor lleguen puntuale

ntalmente, mientras recuerdo para mí que

con los ingresantes. –Me carga Franchesca, por mi

, las mariposas se instalan en mi estómago a

fe de departamento, viene una auxiliar. Una joven hermosa, muy producida y

abraza y me mira con pesar. –Lamento desbaratar tus ilusiones amiga, pe

e las experimentadas. –Acota

e hace muchísimo tiempo que un hombre no me parecía tan atractivo como el profesor, aunque igualm

de estudio, la ausencia a varias fiestas y el esmero en los tra

entregarme las calificaciones finales. –Mañana a primera hora tiene que presentarse en la oficina doce, del quinto piso. –Sin más

yoría de las materias no tienen más contenido a desarrollar, por

er que fue lo acertado. Tengo muchos amigos, mis notas no podrían ser mejores y siento que mi futuro está solo en mis man

la oficina doce, del quinto piso, tal c

na voz masculin

os meses deseando verlo, cruzarlo en algún pasillo, sin ningún éxito, para ahora, en

Qué necesita? –Sigue impaciente sin apartar la

primera hora. –Digo con un hilo de voz,

–Pregunta revisando su n

ya un poco mole

spaldo de su asiento. Lleva una de sus manos al apoyabrazos de ésta

onoce el concepto de “primera hora” y que sin dudas necesita madurar bastante. –Siento que todo en mí se desinfla y tengo que esforzarme por evitar que las lágrimas afloren. –Sin embarg

y vago, sería bueno que su adjunta use uno más específico si se refiere a un horario diferente al que entramos los alumnos y

e sonríe por primera vez, dejándome ver su perfecta dentadura

render que esa es solo su personalidad, que no tiene ningún interés parti

otra docente, que al verme se

de, pero llegó. –Dice él hacia

oder defenderme y bajo la mirada, esper

lmente me dicen que trabajaré en el proyec

s. La parte académica no me preocupa, por el contrario, me emociona. Pero pensar en tenerlo cerca una vez por semana, con toda la tensión y la mala energía que me genera, me hace pensar que quizás podría pedir un cambio con alguna excusa. Pero nadi

mesa amplia, con sillas alrededor. Los ventanales dan al patio del edificio, dejando entrar una luz solar agradable y la mesita al

ando me giro, veo a Mon

rdes. –Dice

testo apretando mis l

en tono burlón, mientras se acerca a

camisa fina que hoy lleva arremangada sobre los codos. Su pantalón de vestir, como s

ra que me hace hervir por dentro. Por suerte la puerta se abre e ingresan unos siete

no haces chistes eh. –Comenta uno de los chic

agas el vivo. –Replica otro, mientras todos

padas, sin lugar para mí y la incomo

oyecto. Hoy les voy a dar las indicaciones y voy a tomarme el resto de la jornada para explicarle sobre nuestro trabajo y cómo se va a insertar en la investigación. No hace falt

pero pacientemente, mientras lo escucho indicar a mis compañeros sus tareas para hoy. Todos ano

e a tratar de “usted”. Espero que sea solo una cuestión de tiempo, pero una luz de precaución se enciende en mi interior. Hay algo

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