Clariké
verlos o las demás personas también. Mi mente gira en torno a todos esos interrogantes sin respuestas mientras frieg
masiados, cuando el timbre de la puerta casi me mata del susto al sonar, provo
ita ya que hoy no fui a su casa. Dese
tiva aún no está claro. Sabe que la señora falleció de un paro cardíaco por las fuentes de noticia
que había traído. Así que se dirige al cuarto, extiende las sabanas, guarda la ropa que esta doblada sobre una silla y cuando mira el cuadro que tengo colgado en la pared donde pego mi oído cada vez que la antigua vecina te
la limpia y húmeda para intentar quit
s más, ni siquiera la había visto hasta que ella me la muestra. Así que encojo mis hombros y vuelv
al gran ventanal que da al balcón. El atardecer se ve maravilloso desde aquí.
caso pues, no me
de mi madre salimos a comprar provisiones par
lí. Ellos, al vernos nos saludan muy amables, aunque noto que la chica mira de arriba hasta abajo a mi madre con un poco de desagrado que disi
raña –dice mi madr
pregunto mientras tomo una l
en que s
endo – es la nueva mo
tas cortas acordonadas. Lo más llamativo es la cadena que cuelga de su cuello con un extraño símbolo y el cabello del que solo se ven unas me
La miro extrañada del semejante consejo y meneo la cabeza pensando que siendo su hija aún parece desconoc
r presentido algo extraño al estar cerca de ellos, aunque ella no sabía que a mí me su
con papas. Luego vimos tv hasta las dos de la mañana mientras be
cama a la que vistió con sábanas y dos mantas como hace
o y solo se oye el tic-tac proveniente del reloj de péndu
en la pared y que mi madre quiso quitar por la tarde, está haciéndose cada vez más grande y desde allí
entras que la otra se queda junto a mí, c
e ojos de los que salen destellos rojos. Me incorporo en la cama y dos manos quieren atraparme ento
esfuerzos son en vano, así que mientras grito horrorizada giro y me interno en un pasillo largo e iluminado apenas con algunas luces amarillas, que no sé de donde salió. Corro p
en mi lecho bañada en sudor y con la sensación de
, está viviendo también algo aterrador: de pronto despierta y
ura esquelética carente de boca y de nariz que la observaba
e queda libre de ese opresor. Perecía ser que al esfumarse mi perseguid
o y como tuvimos miedo de volver a dormir pensando que tal vez se repita el
Lucrecia y que yo podía oír desde este lado del muro. Entonces recordé los detalles y até
stoy tratando de encontrar el lazo que une a todos estos personajes y hasta ahora el único factor común entre ellos es el mencionado e inexplicable reflejo en sus pupilas. Otro detalle que los caracte