Clariké
ongo a marcharme apresuradamente, pues no me da demasiado placer viajar a estas horas por la avenida desierta. Además, quiero llegar
esconde fugazmente. Pienso que se trata de alguno de mis vecinos, que seguramente anda por allí, pero cuando me acerco no veo a nadie. Entonces, giro sobre mis pies para dirigirme
e. El espanto se apodera de mí acelerando mis latidos y apresuro el paso hasta finaliz
ar en Lucrecia, aunque mi corazón sigue acelerado, me voy directamente hasta el dormitorio para tratar de escuchar algo a través de
ico que me preocupa es saber si se encuentra bien o
una y otra vez para asegurarme que nada malo le sucedió, pero nada. Definitivamente termino convencida de que no hay nadie, así que entro de nu
encio en el pasillo es abismal, parec
i querida vecina Lucrecia tengo que rendirme y acostarme a
tonces luego de alistarme, comienzo a preparar mi desayuno, pero llaman mi atención los ruidos que se oyen en el pasillo del edificio y más aún, parecen ser del departamento de mi vecina, siento alivio de escuchar que se encuentra allí. Tal vez anoche estaba dormida y no escuchó que golpeé su puerta
sacan en una camilla a una persona del interior del departamento contiguo, dentro de una bolsa
o llevé una de mis manos al pecho mientras mis ojos tan grandes como dos platos dejaban caer todo su contenido acumulado mojando mi ropa y mi mandíbula queda abierta de par en par. El policía al verme
las hasta el suceso de la noche anterior, en el que misteriosamente desapareció del depósito de mercaderías, así como, también la sombra y los pasos que lograron asustarme en e
tros que están a poca distancia. Al verlos me doy cuenta que
onces. No puedo quitar de mi mente la imagen del sujeto de la sopa de camarones, quien estoy completamente segura, es el responsable de la mu
ra la puerta que coloco ese mismo día, para que, en caso de que ese degenerado logre abrir la cerradura, el grueso pasador no le dejará ingresar. A no ser que derribe la puerta, pero en ese c
o y la cierro desde afuera? ¿qué sé yo si ingresa sigilosamente y me espera para atacarme? Bueno, mi aprendizaje de las artes marciales me ayuda
día verla más en ese estado de depresión sin fin. Sí ya sé que suena como si le hubiera abandonado, pero mi salud mental acabó bastante deteriorada con su depen
llo señalando que no se puede ingresar, seguramente para no contaminar la escena del crimen. Dos vecinas están paradas a poco a distancia hablando en susurros y me observan con
ensaron que había sido yo, a lo que les respondí que no, ya que ni siquiera sabía qué cosa había sucedido luego de que la señorita Lucrecia desapareció del depósito de las mercaderías.
avisó lo sucedido a la policía? Siendo tal vez es el autor material del hecho
otro modo, no existe manera de que alguien sepa que había una pers
iven en el edificio además del sujeto mister