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Mienteme

Capítulo 3 Conspiración de cumpleaños

Palabras:2323    |    Actualizado en: 03/06/2022

o de la banda favorita de mi hijo mayor, Orlando. Odiaba cuando se metía con mi teléfono. Revolví la cartera,

mpleaños!

los ángeles caídos al infierno! El corazón se me

o y salí en reversa hacia la calle, haciendo chirriar los neumáticos contra el pavimento. En el primer semá

en c

en uno sol

mente demorada: Trataba de arreglar mi cabello y maquillar mis pestañas con u

n una bendición, o cuanto menos un reaseguro de que no me e

as la señal de la M16 se alejaba de mi camino.

ol

–canturreó la más

rac

nde

a – me j

hora! ¿Qué te demoró, si hoy no

r dónde pod

los, te estamos perdiendo po

al actor de la película–. Estoy en camin

o no hay regalo para ti

ribo al ritmo de Mooxe. Tenía que cambiar el alerta ya, pero sin Orson – mi hijo genio de la tecnolog

años. ¿Te ve

nía uno y mil compromisos sociales cuando lo único que quería

he podría verlo. Y así de rápido la ilusión se eva

r corriendo del almuerzo con mis amigas para llegar al gimnasio y después tener tiempo para tomar algo con Alexa y después ir a buscar a los niños. Y correr c

ial. Miré hacia delante: estaba en el medio del puente y ni siquiera pod

n de Orando, y la mía también. Canté en voz alta mientras me incorporaba y me

rdes seguían sonando como a lo

volante y alcanzaba el aparato. Un bocinazo me hizo re

ñas para que avanzara. Abrí el teléfono sin sacarl

a ca

spiré con f

é te

tán esperando en la editorial par

marido me saludaba desde la ventanilla de su automóvil. Sonreí

empre sosteniendo el teléfono en la mano. Él me imitó c

ue p

en una burbuja, mis tribulaciones del día reduc

caracterizaba, convencido de que ese solo gesto h

a baranda de mi lado del pu

maestra de Owen me recordó que tenemo

ara felicitarnos

ello. ¿Qué hicist

siempre

con algo? –Repasé mi li

la comida para est

eg

vir por los deseos inc

iso imitar un ronroneo sensual pero se mez

cariño, mereces

sabiendas que mi mente se convertía en una auto

óticas, aunque podía sentir el calor del deseo escalándome el cuerpo. Caí en

s a la camioneta. Por sobre el hombro pude verlo esforzarse para capturarl

e el pavimento despejado, ignorando las maldiciones que se multiplicaban a mi espalda. V

tacioné en un espacio libre y bajé como un rayo, corriendo escaleras arriba a la planta baja, mi

reflejo del aluminio de las puertas automáticas. La recepcionista y el guardia de s

editorial Illusions, solo que él lo hacía dentro de la

os años en la editorial había escalado más posiciones que los históricos de la sección, llegando a ser cons

tico, pero a todas esas cualidades se podía llegar solo después de superar el momentáneo lapsus de me-morí-y-estoy-en-el-cielo,

tuvo otros matices: Dos años atrás, él todavía era solo un nombre cuando llegué a la editorial, cargada con mi cartera, una mochila violeta de Barney

lir cuatro años, colgaba de mi cuello en el medio de un

r rendida al hechizo de su mir

ert, después de una sesión de diez minutos de juego con el pequeño y sin conocernos, quien me dio el empujón necesario para hacer los e

de mi hijo fuera del colegio. Owen demandaba casi con d

nteligencia. Y yo tenía una buena excusa para vis

r, pasó a convertirse en mi cuarto hijo, mi hermano adoptivo y el primer hombre que a

es para adorarlo, su nombre me retrotraía al úni

caminó sobre mí con l

dijo torciendo la boca y meneando la

o a una devastadora sonris

apel madera con un moño de cinta rústica. Arrugué

loui

a, aunque la contratapa lo decía todo: Ella estaba deslumbrada –y de ahí el título– por él. Y él con ella. R

rac

Tendríamos la distribución si Wathleen se despertara. Y ya que puedes, aunque aparentes lo

tástico! ¿Cómo no

los extraterrestres –dijo

piens

piensas

bolsa en mi muñeca y revolví mi ca

scas? ¿U

a para ti, Bobby.

e rubias y yo, que le encantaría estrangularme cada vez que lo llamaba Bob

dijo hacien

y, sabes qu

go que habl

dos brazos. Si su actitud acosadora y aire conspirador de por si no fueran extraños, su tono parecía sacado de una película de espionaje. ¿Qu

im

ve pe

Se llamó a silencio y apretó

S

rprende tanto –d

gnoró el comentario para no discutir

ar una fiesta sorpresa p

ta de cumpleaños

S

l del hecho, no solo te despedirá, sino que te matará para después resucitarte y arrancarte la piel vivo p

age

ceja y el gesto vali

ue no se entere que nosotr

na manera de decir. Cualquier fiesta. Ni

merece

die te apoya en

ó, interrumpie

re los dos y lo miré desconcerta

te azoten por impuntual –Apoyé una mano e

inclinaba para dejar un beso en mi mejilla y le g

Owen de

ha

o si temiera que se le viniera encima y yo

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