Apartada Para El Alpha (II libro)
norme que era el lugar. Por fuera, solo parecía una cabaña acogedora, pero por dentro... era una mansión. Había varias puertas, escaleras dobles
trigada, pero me detuve antes de tomarlo. No quería saber qué podía contener ese libro. Supuse que después me arrepe
como un cachorro, con su cabeza colgando de un lado del sofá de cuero. Me reí al
riendo ante mi ocurrencia. Si lo pensaba bien, estaba esperando que
dole la panza. Connor, encantado, comenzó a mover una
rito hermoso -le dije
á indignado. Me eché a reír. Él me miraba con serie
-me disculpé, pero él me miraba serio, c
no, prometiéndol
ije, colocando la mano derecha e
ego movió su cola, aceptando mi trato
cir una palabra, me jaló de la camisa y me arrastró hacia una de las puertas. Terminé cayend
era lujosa, más de lo que imaginé. Le sonreí a Connor y rasqué su cabeza antes de levantar
ontré una gran cantidad de alimen
s cosas de los estantes y me dirigía al refrigerador. Estaba lleno
y él asintió, como si me
isa nostálgica apareció en mi rostro. Pensé en lo que había dejado atrás
a aquí," pensé con una sonrisa tri
ia él, deteniéndome de cortar los tomates que estaba picando para comerlos con un poco de sal. Se acercó a mis pies y se
bién -me disculpé con él, aunque sabía que de
gos retumbando dentro de las paredes de la cabaña, como si el lugar respondiera a mi ánimo, a mi tristeza. La tormenta afue
ntras miraba hacia la ventana. Todo parecía
oche, de nuevo, pero no sentía sueño, tal vez por todo el descanso que había tenido dur
impresionante, lleno de más ropa de la que había visto jamás. La cantidad de cosas allí me h
ado en la enorme cama matrimonial. Cuando salí, levantó
ías con la lluvia -le pedí, mientras
ezar. Lo seguí rápidamente, y al bajar al primer piso, lo vi con el libro que había llamado mi atención antes, ese c
ción creció, pero traté de calmarme. Miré a Connor, que estaba frente a mí, observándome, esperando una reacción negativa de mi parte. Mi instinto me decía que tirara el libro contra la pared
sin más, sabiendo que aquí ya habían construido una vida, aunque estuviera llena de errores. Ellos tendrían que asumir sus decisiones cuando ya no hubiera ma
ndo que lo que me esperaba afuera era incierto, pero que al menos podía
mi corazón no estaba tan convencido. Connor ladró de forma alentadora y le sonreí en ag
n el extraño abecedario de símbolos que estaban escritos para leer los he