El arte de fingir
trarme en mi trabajo, pero haciendo un e
solo me permití perderme entre las letras de mi cliente. La paz que necesitaba pat
mi edredón hasta que lo alcancé y perdí de sopetón todo mi enfoque cuando leí el
e estaba
ra contestar, convencida de que él no podía saber lo qu
—contest
n hasta que le escuc
Rynha, somos dos extraños asustados de hablar
d no había manera de librarnos de la situación porque no se puede e
o
amente una reacción razonable a nuestro encuentro en mi baño, sino que mi parquedad respondía también a otro su
Creo que nece
amente de acuerdo con que debíamos hablar, pero
mos ahí —contesté mirando en mi computadora co
uyas
pondí, estaba demasiado alterada como para hacerlo, pero me dio cierta sen
é un poco fuerte —somos amigos desde hace mucho y debe
e sensació
cupada,
no, y el otr
ada te puedo l
sti
mañana, tengo mucho trabajo y
niendo de los nervios hablando con dos hombres a la
o a mi marido por partida doble, cuando en r
un desconocido cuyo tonteo me había llevado a confundirme sexualmente
Era solo es
"Pretending ", y así fue como conseguí abstraerme de todo, hasta que las c
ra hacerte la vida de cuadrados por simple hecho de demostrar que nada es perfecto y que no d
hubiese llegado mi marido y me bebía una copa de vino, pensando en lo que fuera que me alejara de recordar los anteriore
ndo para averiguar lo que me tenía tan nerviosa y ausente, y así sentirme ob
el detective que había acabado de contrata
ar de ser casi la noche. Estaba nerviosa
Espero haya ten
n Sergio y el amante descon
tan rápido —noto un suspiro ro
a de mi cocina —debido a la gravedad de lo que he descubierto, quise llamarla primero para saber si quiere que
l corazón martillaba e
ía que no iba a gustarme lo que sea que
o y luego decido si quier
o no era fácil de organizar el desastre que se reu
tiene una amante y las no
nerviosa. Quería sab
resultara dolorosa. Nadie se entera de que le son infieles y sigue pensando en qué
rias, muy por encima del dolor que debía suponerme el estar siendo engañada po
o lo dilate más —exigí tapando mi b
ne un idilio, y...—volvía a detenerse y me hacía senti
icho, mi madre?, ¿