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El arte de fingir

Capítulo 2 2

Palabras:1722    |    Actualizado en: 18/04/2022

el caso de mi marido cada día estaba más inmerso en disimiles proyectos y ninguno, o más bien

a cena,luego de que Nuria y Sergio se fueran —siempre hemos sabido que no duraría, él no es hombre de relaci

acomodar su cadera contra la encimera y beber su copa de vino —sabes que si hubieras sido tú, ambas lo hubiésemos manejad

has aceptado del todo y ella lo sabe, si hubiera sido yo, o fuera Conrad quien me est

relaciones de pareja, el maldito epítome nupcial. Sabrían manejar la situación de manera respetuosa entre los dos, de darse el caso y no

rque a pesar de que por norma, uno no debe meterse en las relaciones de pareja d

o, y sinceramente estoy pensando buscar un poco de

rma fría. Estás siendo un poco radical cariño. No es menos cierto que hay muchas parejas que pasan por baches lo suficientemente grandes

pero justo ahora, cuando estaba casi segura de que mi marido probablemente estaba haciendo eso mismo conmigo, no podía reaccionar de otra manera, sobre

ienten que sus vidas en pareja están algo estancadas y buscan respuestas en las opiniones y experiencias de otros. Hay una especie de perfiles para producir e

ía confiado, cuando Conrad me estaba dando dos beso

spuesta coherente al absurdo que para mí suponía en aquel momento, que un amante podía ser positivo de alguna m

s dientes frente al espejo del baño, justo a su lado que acababa de hacer

que existía y justo hoy, por no sabía que motivos, él venía a notar

en toda la jodida velada; pero sí notó que estuve rara y chocante con Nuria, que fue la única persona a la que quise abofetear repetidas veces por no saber respetar y ver, lo mucho que S

lo que él no contestó absolutamente nada y se

o seguir por el camino de la controvers

no entendía qué demonios me faltaba para que mi marido me deseara como antes. Para que me mirara los pechos en el espejo y no los dientes mientras me los la

su costado del colchón, tapado y du

ndo me estaba acomodando para dor

mis almohadones, me dispuse

sitio, entra y echa un vistazo cuando

istazo a mi lado, y ví a mi marido, ignorando el picardías que me había puesto pa

ba en la parte baja de mi mesa de noche y la

tes de presionar el ent

ada. Un simple nickname y los típicos datos de interés para crear un perfil que pudiese bu

uidos de mi marido eran un gran indicativo de la nula actividad q

Oficialmente navegaba entre infieles. Simpl

ner la cordialidad entre los usuarios. Había una especie de barra guía, que indicaba de manera automática las personas c

uarios expertos o desinhibidos,

y la verdad, tenía cierto sentimiento de r

ente insatisfecha e incapaz de darse cuenta cuando algo ya no funciona

nta de que yo era una de esas personas a las que tanto cuestionaba y

para que alguien más me lo hiciera notar y por eso me había ofendido tanto que Nuria me dijera las cosas

mi cama, cubierta hasta los muslos por mi edredón y develada completamente, un anuncio de publicidad

ue en ocasiones un mal camino pue

entir cosas que ya Oliver no se empeñaba en ofrecerme, me llevaría a

ria,entré en un perfil de un hombre que por sus referencia

certeza de que yo no le sería infiel jamás, siempre que tuviera

mi laptop, comencé a desc

ocido,al que no le vería la cara, no lo tocaría ni me besaría él a mí,y con el que s

¿Quieres ser mi am

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