Perseguida por la Mafia
war
nne. No me
no parecía una súplica en si mima. Había desafío en
o una pausa. Se dio media vuelta, dándole la esp
sido arrancado con violencia de su piel. Se estremeció, era la primera vez que veía algo semejante. Lo había vist
ard.
percibo en tu voz. -Edward hizo una pausa-. Me imagino que me odias de la misma manera que te odio yo a ti. No tengo
zos, sin soltar el cuchillo-. No me digas que no lo has hecho
co me c
soltó el cuchillo, que cayó en un ruido sordo en el suelo tapizado con tercio
ándole la espalda-. Una clase de necesidad que me afe
todo este asunto. Incluso me mar
elante no me intere
iones, pero sus sentimientos eran muy evidentes, palpables a simple vista. Había odio y amor
ward. -dijo Marianne-. ¿Po
tar frente a ella, tenía los ojos enro
su compostura y n
percató de la reacción inmediata de Marianne, tensa y a la expectativa, un grado de estrés que c
levantando la barbilla, una
dos. Pero Edward le pasó por el lado y llegó a la puerta. Había un truco para destrabar la puerta que sol
Cu
er excusa. No me importa. No te quiero ver en Red Pulse ni en cualquier cl
ianne sin necesidad
s socios. Como bien sabrás, no soy el único que está mole