Perseguida por la Mafia
ecue
negra, jeans grises y zapatillas rojas. Su acompañante tenia puesto un vestido negro y de tirantes, tacones negros, a pesar del frio no
igable, reconfortante, había cierto agrado en su porte, exquisita, divina, una
as tenía diecisiete años, y demostraba una belleza innegable a pesar de eso. Aun
apenas nos conocemos, pero te considero como una amiga. -Elizabeth tenía una voz sensual, una mirada sensual, incluso sus
e escapó, no pudo aguantarse el
ando de deseo se
-Marianne bajó la mira
entimiento comienza a los dieciséis. Si ambas partes están de acuerdo, obviamente. Y, viendo como miras a mi hermano de manera muy hambrienta, estoy más que segura que tú estás muy ansiosa de darle ese consent
Marianne entornó l
jada. Elizabeth era muy despampanante. Demasiado hermosa, irreal. Elizabeth tomó de las manos a Marianne, se las acarició dulcemente-. De lo contrario, no estarí
ndo al presente, con la m
de Edward mirándola de reojo por el espejo retrovisor-. Edward no es t
hombre en el espejo retrovisor-. ¿Cuánto tiempo lleva
ser preciso...
nteresa
l Jefe ha tenido una semana agitada. Está irritado por ciertos asuntos en su negocio q
ue no lo conoces l
eso? -Jon sentía la mir
u verdadera
egocios dedicado arduamente a
eguntado al
interrumpió secamente-. Lo poco que sé lo h
has visto l
que me h
nne s
nico que le importa es que le dé de comer. -Marianne lo fulminó con la mirada, satisfecha por la inmediata
a la gente de esta mane
efecto. -dijo Marianne, s
desagradable c
tuvieras alabándolo. -Marianne volvió a mi
bozó una sonrisa, burlona
el que puedas imagina
conoce usted? -preguntó
no te pagan por
n sus manos. Detuvo el auto enfrente de un edificio de trans
tó en Red Pulse con su propio auto. Bu
uto, y luego cerró la puerta bruscamente. Se fue caminando con prisa h