Él nunca quiso ser Romeo
és de "Ella no s
mirando hacia todas las direcciones posibles, esperando reconocer en alguna p
ga, de mangas largas y tela de algodón; lentes de contacto para renovar su imágen, y un
s, no se permitiría descansar hasta encontrarse con el objetivo principal de su ta
su morral, y la otra sosteniendo la única pista del paradero de la chic
inaba adelante, en su misma dirección-, ¿Podrí
a imágen y alzó la comisura de s
oy hacia allá- le contestó la mujer con un tod
o, gr
cielo se comenzaba a tornarse opaco bajo los colore
la mujer al ver la ma
buscando a una persona- contestó Eliot, con esa pronunciació
er del cabello negro, dado que se dirigían a un cent
de mi princesa perdida- soltó una pequeña risa-, he oído que su casti
o visible frente a ellos, Eliot comparó la fachada con la foto que llevaba y fue alivio lo que abordó
da Arantza le hizo al hombre una se
gro perfectamente pulido y encerado, tan pulcro que podía utilizarse como espejo para suelas; el olor característico a alcohol anticéptico permanecía en el aire junto a un atisbo de aroma a cherry, un enorme cubículo yacía en el centro
?- cuestionó Arantza cuando
el castaño con su tomo dócil y sereno-. Muchas g
la recepción con intención de hablarle a una de las secretarias para que le facilitara la búsqueda. No obstante, el lugar a
aba paralizada, pero su corazón bailaba al compás de las melodías ficticias que producía su ensueño.
mágica que lo insitaba a descubrir los enigmas de su extraña y peculiar existencia; y como siempre aparece la aguja que pinc
velocidad abismal, todos al borde de un desespero crítico por
tros de distancia se percató de que todos habían entrado a una sala para
permitió detallar a Mia; se notaba que su cabello estaba más largo, a pesar de estar atado en un moño con un lápiz, su rostro había adquirido más madurez con el transcurso de un par d
través de la ventana, o quizás fue su delirio del momento que se habí
en tiempo real que la chica a había cumplido uno de sus objetivos más soñados, y la amargura de un recuerdo marchito lo hizo desviar la mirada un momento; ¿En serio fue tan egoísta en el pasado como para intentar
a vez escuchó su voz con claridad. Lo único que había cambiado en
onreír, pues no sabía si ella estaría dispuesta a dejarlo entrar una vez más a su vida. Él tenía toda la in
a eléctrica a su paciente para intentar renaudar su pulso cardíaco, lo supo cuando vió a Mia frotar entre sí un equipo médico que sólo
ó pronunciar aquel cuestionami
bre noventa- le con
ida. Mia volvió a frotar los desfibriladores con frenesí, y envió las descargas eléctricasó la enfermera con un
pasar frente a sus ojos después de tanto tiempo, ahora amenazaba con salir disparado
ue no notas que en realidad vives en paz, sino hasta que sales de una situación donde una v
encargue del resto -Mia observó el reloj de la pared mien
La doctora Suarez caminó por el pasillo hasta desaparecer de su vista, entonces Eliot decidió echarse a andar hacia
ión del tiempo cuando sus ojos se posaron sobre la pareja que se besaba en la sala de espera; una sensación de abismo se manifestó en todo su
esiones geniunas, los mismos que le pertenecieron a su piel; ahora besaban otros ajenos a los suyos. Esas manos que recordaba cálidas y suaves ahora acariciaban el rostro de otro hombre; las mism
ese momento, porque ella merecía ser feliz después de todas las lágrimas que derramó por las mentiras del pasado. Se sintió igualado por pretender a una mujer que ya había enc
perder la esperanza. Pero no est