Él nunca quiso ser Romeo
s no había llegado a su fecha de fallecimiento; pues, él creía que el ins
or que él no protagonizaba, alquiló una habitación de hotel y meditó entre la luz apagada, el
autobús. A pesar de que antes de ella dependía emocionalmente de un recuerdo, Mia con su sola existencia se convirtió en el nuevo pilar de su
a carretera, hasta que simplemente su razón de ser colapsó, como un principiante al
la idea de que Mia sanaría al reencontrar su amor propio, pero e
asa si se trata de la misma persona? ¿Qué pasa si en realidad la amaste desde el princi
n estaba con ella para satisfacer su obsesión. No tenía ni la más remota idea de cuándo nació s
dar a entender que hay personas que pasan por tu vida para romper tu corazón, luego reconstruirlo y a
l verdadero valor de una persona cuand
rtaba si era karma, lógica, o simplemente ganas de joder del destino; él regresaría al corazón de
había mermado, m
*
ue llevaba consigo sufría las consecuencias de esa intranquilidad. Llevaba puestos unos pantalones gruesos de lana, un abrigo jersey unicolor y una bufant
ó un poco al ver a Mia atravesar la salida del hospital con un sobretodo beig
or de las personas se estremece al ver a una persona que significó tanto en el pasado? El tiempo des
con la intención de llamar su atención. Y su tacto calentó sus dedos más de lo q
on voz suave, per
llamaba, su tono angelical y hechizante causó que El
ecíproca, ambos corazones se detienen sin lógica. Las mentes siguen estando ahí y desconectadas a la vez. Luego siguen los titubeos, la lengua se mueve, per
reparó un discurso concreto para el instante; ella estuvo estupefacta por unos minutos que
voz pinchó la burbuja
a creciente se dirigió a Eliot como si también lo hubiese llamado
ás oportuno para evitar un inminente conflicto
ojos permanecían perdidos en la galaxia memorial de las iris de Eliot, esa dond
da a Eliot al pasar por su lado, pero
pregunta, aquello resultó ser
cia, entonces, señaló con su cabeza las bancas que se encontraban en la salida de la clínica. Ante la ace
seaba era hacerle perder tiempo libre a la doctora, Eliot decid
tanta gente. Me harté de rec
ndo que había desechado los reproches durant
de darle la cara, sólo lo cue
sanado por completo -dijo
s rencores y volver porque simplemente sabes que, aunque pase una eternidad, nunca dejaré de ser
las razones,
nece
r que era real. A pesar de que tenían tiempo sin sentir la presen
removía sus memorias-, ¿por qué debería ser condescenciente ahora, si tú no estuviste cuando esta boba enamorada ne
bofeteado por su cordura porque un hada mágica no aparecería pa
la boca para decir algo más, pero la visión de un anillo en el anu
e las manos, se levantó, y se fue sin decir adiós... Com
*
a adrede las llamadas de su prometido. Junto a su celular, estaban la carpeta amarilla que l
a línea de la sobriedad y ebriedad, se preguntó el por qué estaba considerando esos pa
a obligarla a olvidar que ese hombre había aparecido. Per
ente otra vez. Sabía que las mariposas de la primera vez se habían transformado en polillas, pero estas co
explicaciones. No quería ser estúpida de nuevo y tomar al causante de su primer corazón roto como prioridad, pero sus dedos viajaron por sí
e por el tequila, sino por el nudo
n dedujo que tenía ciertas cosas fríamente calculadas. Él no volvería a buscarla, sabía que ella dese
r el tiempo y haberle dado la oportunidad de decirle la verdad aquella t
desconocidos, cada hoja describía un muy buen avance con respecto a su obsesión de depender
Luego de dar tantas vueltas y lecturas a sus avances psicológicos, Mia Suarez estuvo completamente clara de que tenía un
demasiado buena como para pagarle con la misma moneda. Pero ya tenía planes futuros, un protagonista con
ar comenzó a proyectar un tono distinto, cont
yia? -inquiri
estionaron al otro
icio, no regresaré hast
simular un suspiro, Mia pudo oírlo. Pero la mayor volvió a hablar antes de que ella d
ncias que tenía encima de la mesa y trazó el camino a la salida de la tasca. El aire helado golpeó su
e dio cuenta de que aún seguía en la lín
os de casa, Mia... -su voz se rompió por un momento-.
olpe bajo para el conoci
a parada de buses más cercana. Al parecer, ese día el destino se encontraba algo bipolar. Al llegar a la parada, la mujer se encontró
ó en su pecho al pensar en su abuela, quien ya llevaba varias semanas al bor
ta como para concentrarse en sus demonios internos. Entonces prefirió volver a centrarse en Eliot, presentándose en el momento menos indi
enzó a tocar una melodía que conocía más que cualquier c
- Alan
hacia la chica que le sonrió antes de
que tenía todas las de perder. Porque aunque existiera la posibilidad